Está retrasado el plan de vacunación contra el Covid-19 anunciado y prometido por el presidente Alberto Fernández. Si bien se esperaban 5 millones de dosis para finales de enero, solo han llegado 600 mil de la Sputnik V, que ya fueron aplicadas al personal de salud en todo el país. Mientras tanto, el tercer vuelo de Aerolíneas Argentinas con destino a Rusia sigue sin fecha.
“La operación será programada a la mayor brevedad posible, una vez que contemos con la confirmación de todos los actores que participan de la cadena logística que permite el traslado de las vacunas”, dijo el lunes por la noche Pablo Ceriani, presidente de Aerolíneas Argentinas, en su cuenta de Twitter tras confirmar la suspensión temporal del vuelo.
“Este tipo de operaciones requieren de un trabajo coordinado para mantener la seguridad en cada una de las etapas y hasta que no estén confirmadas todas y cada una de ellas, no es posible comenzar con la que nos corresponde a nosotros: el vuelo de carga”, justificó.
Explicó que “la logística terrestre implica que, una vez autorizada la operación, el forwarder (embarcador) se presente en el laboratorio para empacar las vacunas en envases especiales. Luego, son documentadas y transportadas al aeropuerto para realizar el proceso de aduana y su posterior estiba al avión”.
El Gobierno nacional firmó con el Fondo de Inversión Directa de Rusia (FRID) un contrato por cuatro millones de la dosis 1 y un millón de la dosis 2 para que arriben antes de finales de enero, es decir un total de 5 millones, además de un convenio por 14,7 millones para febrero.
Pero el objetivo no logrará cumplirse a fin de mes, de mantenerse la actual organización de los vuelos. Es que la capacidad máxima de cada avión podría llegar a 1 millón de dosis, utilizando parte de la cabina, pero para eso todavía restan algunos trámites burocráticos.
Desde diciembre, Aerolíneas Argentinas realizó dos vuelos a la ciudad de Moscú en busca de la vacuna Sputnik V. En esos viajes fueron trasladadas al país 600 mil dosis (300 mil en cada uno). Si bien ya fueron distribuidas al personal de salud, la promesa de vacunar a los docentes y a los grupos de riesgo (mayores de 60 años) quedará para más adelante ante el faltante de dosis.
De esta manera, los tratamientos no llegarán acorde a lo establecido en el contrato firmado por la Argentina y el Fondo Ruso de Inversión Directa porque todavía no han sido fabricadas por las plantas farmacéuticas que reciben órdenes directas del Kremlin.
Fernández ya ha cumplido con los contratos y los tiempos pautados, pero desde Rusia no hay avances para concretarse el lote en el lapso planeado.
Según Infobae, en las oficinas del Fondo Ruso de Inversión Directa, los gerentes de la nomenclatura del Kremlin reconocieron a la asesora presidencial Cecilia Nicolini y a la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, que no podían cumplir con los embarques previstos para enero y febrero.
“Que manden lo que tengan, lo que puedan”, fue la instrucción directa de la Casa Rosada, trasmitida sin demoras a los negociadores de la vacuna Sputnik V.
En paralelo, el gobierno de Fernández no cierra acuerdo con China, aún Pfizer no contestó la contrapropuesta legal para proveer 3 millones de vacunas, las dosis de AstraZeneca/Oxford -producidas en Argentina- recién llegaran en marzo y la farmacéutica estadounidense Moderna recién podría entregar su producto en el segundo semestre de 2021.