La Provincia está inmersa desde hace más de una década en una grave crisis hídrica y los estudios no son alentadores respecto a cómo evolucionarán los caudales de agua en los próximos años. Este año, Mendoza tiene una oferta de agua que es solo el 65% del promedio de los últimos 30 años. Pero hay otro dato importante: cerca del 50% del agua disponible se pierde, ya sea por falta de obras, por redes que quedaron obsoletas o infiltración, entre otras causas.
Se trata de la conclusión a la que llega un informe elaborado por el Grupo Olascoaga, un “think tank” peronista que tiene como referente al ex gobernador Arturo Lafalla. El documento al que accedió Los Andes detalla la escasez de agua y el preocupante panorama hacia el futuro, pero también propone algunas alternativas para mejorar la eficiencia en el uso del recurso, que incluye invertir el dinero de Portezuelo del Viento en obras de Irrigación y Aysam.
Martín Lafalla, hijo del ex gobernador, sostuvo que el documento refleja una situación compleja que atraviesa Mendoza con el uso del agua: “Perdemos el 50% de la eficiencia del uso”, dijo en base a informes de los organismos mencionados.
“Para mejorar no sólo se necesita que haya más conciencia de la ciudadanía, sino obras. Hay proyectos ejecutivos que sólo necesitan el financiamiento. Hablamos de revestimientos de canales, reservorios de agua para mejorar el trabajo de Irrigación; pero también otros para cambiar redes en las cuales hoy se está perdiendo agua potable día a día”, remarcó.
Según el informe que realizó junto a Marcos López y Enzo Orosito, con alrededor de U$S700 millones se podría solucionar gran parte de este problema, más allá de las obras que se están llevando adelante por parte de Irrigación y Aysam.
A lo largo del documento, se da un panorama pormenorizado de la escasez de agua en el mundo y la necesidad de realizar obras de potabilización y saneamiento. Y para ello cita a la Organización de las Naciones Unidas, para la que el cambio climático influirá negativamente en la cantidad y calidad del recurso hídrico.
También cita al reconocido investigador del Ianigla y el Conicet Ricardo Villalba, quien ha analizado profusamente la crisis hídrica de la última década; y a otras investigaciones científicas realizadas en Argentina y Chile que marcan que “el caudal de los ríos de los Andes Centrales va a disminuir durante este siglo”.
En Mendoza, el 80,4% del agua disponible se utiliza en la agricultura, el 12,5% para el abastecimiento poblacional, el 3,9% para uso recreativo, el 1,9% para uso público, el 0,7% para el sector industrial y el 0,5% para minería y petróleo, según el informe del Grupo Olascoaga citando a Irrigación.
Panorama complejo
Respecto a esta situación, Sergio Marinelli, titular de Irrigación, sostuvo a Los Andes que los últimos 12 años ha ido bajando el promedio histórico del caudal de los ríos mendocinos y que el año pasado fue “el más pobre de la historia desde que se mide”, un 50% menos. En tanto, este año será de un 65%: “Las lluvias nos han salvado”, afirmó.
El funcionario expresó que si bien hay crisis hídrica, antes “estábamos acostumbrados a dar más agua de lo que se necesitaba”, por lo que marcó que producto de “una administración más sensible del agua hemos sido más eficientes. No quedaban otras alternativas”.
Con relación al agua que administra Irrigación, indicó que el 45% de lo que se tiene, se pierde. El grueso es por infiltración (no sólo de cauces, sino también en el riego a manto), aunque además en los embalses un porcentaje se evapora, como en El Nihuil, donde un 10% se pierde por ese motivo.
En tanto, en canales no revestidos se llega a perder en algunas zonas hasta el 25% del caudal. De hecho, de los 12.000 kilómetros de canales que hay en la provincia, sólo el 15% están revestidos. En este sentido, Marinelli indicó que esto se revirtiendo con créditos provinciales, nacionales o de organismos multilaterales. “Estamos llevando adelante un ambicioso plan de obras en las diferentes cuencas”, expresó.
Irrigación también tiene varios proyectos para los que busca financiamiento (unos U$S 300 millones) para crear reservorios de agua con redes impermeabilizadas. Sumados a obras que todavía no están finalizadas, la inversión llega a los U$S700 millones.
Más allá de esto, Marinelli destacó que, con asistencia técnica a los productores y pequeñas inversiones (para sistemas de compuertas chicas o nivelaciones de terreno), “se puede mejorar por lo menos un 20% la eficiencia de riego”.
En cuanto a Aysam, su titular, Alejandro Gallego, informó que de toda el agua que está potabilizada, se pierde desde que sale de la planta hasta que llega al usuario “por lo menos el 35%” por pérdidas en redes que están obsoletas y necesitan renovación.
En Mendoza hay 4.500 kilómetros de redes de agua, de las cuales 800 kilómetros están en mal estado y se deben ir reparando constantemente. “Hubo años de falta de inversión y eso se nota”, destacó Gallego, quien apuntó a los gobiernos peronistas por “no invertir y utilizar dinero de Aysam para pagar sueldos”.
Sobre la crisis hídrica, se manifestó preocupado y marcó la necesidad de renovar las redes obsoletas, así como también incorporar la micromedición del agua “para que la gente sepa cuánto consume y se mejore la eficiencia”.
De hecho, tienen en cartera proyectos por U$S700 millones (de agua y cloacas) pero estima que con U$S400 millones podrían hacer frente a una buena cantidad de obras para tener un mejor sistema de agua potable.
“Actualmente tenemos en ejecución unos $4.000 millones en obras y pronto tendremos otros $4.000 millones más. Es una inversión récord que es importante mantener”, sostuvo.
Una propuesta polémica: usar la plata de Portezuelo para otras obras
Como solución a la falta de dinero para obras, el Grupo Olascoaga sostiene que Portezuelo del Viento debería hacerlo el Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (Coirco), ya que los grandes beneficiados serán el resto de las provincias, y Mendoza utilizar los U$S1.023 millones para obras hídricas.
En su informe, marca algunas dudas respecto a los beneficios de la obra pero más allá de esto, Martín Lafalla sostuvo que el problema “ya no es cómo conseguir el dinero, sino qué hacer con él”.
“Hablemos del agua. No estamos diciendo que no a Portezuelo, sino que entendemos que es una obra que no beneficiará a Mendoza sino a las provincias aguas abajo. Tenemos U$S1.023 millones y serios problemas con el agua, la propuesta es que lo destinemos a eso”, consideró.
En este sentido, aclaró que debe ser el gobernador Rodolfo Suárez el que debe tomar la decisión aunque evitó el enfrentamiento político. “Es tan solo un aporte que hacemos. Ya están los proyectos en Irrigación y Aysam, y la plata está llegando porque le corresponde a Mendoza: utilicémoslo en obras que ya están listas y que otorgarán una solución a los problemas que tiene la provincia con nuestro recurso hídrico”, opinó.
Desde el Gobierno evitaron la polémica y ratificaron que Portezuelo seguirá en marcha. Desde el ministerio de Infraestructura se limitaron a decir que ese dinero ya tiene un destino asignado y que están “todas las fuerzas puestas en ese objetivo”.
En tanto, el ministro de Economía, Enrique Vaquié, sostuvo que los mendocinos “tenemos que acostumbrarnos nuevamente a empezar y terminar los proyectos. Esto empezó con acuerdo de todos en 2006 y se han invertido montones de millones de dólares estudiando Portezuelo, con lo cual tenemos que hacer esta obra”.