SOLO CONTRA CRISTINA Y ANABEL
La interna peronista cerró este fin de semana con algunos resultados sorprendentes. Por ejemplo, la mayoría de los justicialistas locales terminó en la lista de Cristina Kirchner para la presidencia nacional del partido. En contraste, uno solo, Guillermo Elizalde, se puso la camiseta de Ricardo Quintela, el alfil de Axel Kicillof.
El único mosquetero de Kicillof en Mendoza sacó pecho por la lista opositora, mientras que todo el aparato peronista eligió la otra opción, con cuatro referentes locales adentro. “Van a ver una lista de muchos cumpas valiosos del interior, mucha renovación. Presencia de legisladores nacionales como Victoria Tolosa Paz, además de Intendentes e Intendentas de toda la Argentina”, detalló a varios periodistas este domingo.
A algunos les costaba ubicar a Elizalde porque no está en la vidriera últimamente. Es politólogo, vive en Guaymallén y tuvo cargo de ministro en la gestión de Paco Pérez. Su último paso por la administración pública fue con un cargo nacional en la administración de Alberto Fernández: delegado del Ente Nacional de Comunicaciones en Mendoza (Enacom).
EN CASA DE HERRERO...
Una situación particular se dio en el Tribunal de Cuentas. El órgano controla las cuentas de muchas áreas del Estado. Pero a veces comete curiosos descuidos con los propios: salto que el propio presidente del Tribunal de Cuentas, Néstor Páres, acarreaba una deuda en el Impuesto Automotor.
De hecho, la propia Justicia (Primer Juzgado Tributario de la provincia) le había pedido hace tiempo a la Administración Tributaria de Mendoza que registrara una inhibición sobre Parés para que no pudiera hacer uso pleno de sus bienes hasta que se pusiera al día. La deuda era un tanto menor y tenía varios meses: menos de 28.000 pesos.
El expediente casi no había tenido movimientos hasta hace unos días. Dicen que un opositor amigo le avisó a Parés que podía ser escrachado y el funcionario se apuró a pagar. Bien por él, más allá de la demora...
EL OPERADOR INOXIDABLE
El doble sueldo del concejal Gustavo Gutiérrez generó una fuerte polémica y la Municipalidad de Capital está juntando los papeles para seguir el procedimiento que podría obligarlo a elegir uno de los sueldos. Lo más grave, dicen en la comuna, es haber “mentido” en la DDJJ porque no habría dicho que percibía jubilación.
El dirigente de la Coalición Cívica e íntimo amigo de Elisa Carrió denunció operaciones mediáticas porque viene criticando a la gestión de Ulpiano Suárez. En medio de estos cruces, apareció alguien para bancar al edil: Sergio Bruni. El ex legislador dio a entender que había otra persona detrás de la movida.
Bruni fue asesor de Daniel Orozco en la Municipalidad de Las Heras, tenía cargo y todo. También estuvo en La Unión Mendocina junto al doctor y Omar De Marchi. Y ahora estaría asesorando al concejal, o al menos lo banca.
No sólo en las redes: el domingo los vieron a Bruni y Gutiérrez tomando café en un conocido local cerca de barrio Dalvian y hablando de notas polémicas de los medios.
FRASES SUBIDAS DE TONO EN LA INTERNA PERONISTA
El cierre de listas del PJ mendocino para la renovación de autoridades partidarias fue álgido. Los compañeros se tiraron con frases muy hirientes por las nominaciones y sus ubicaciones, tales como la que un dirigente lanzó contra otro, en aparente uso del doble sentido. “Lo que pasa es que aquel no soporta tener una mujer encima”.
Por prudencia y para no incentivar la violencia política evitaremos decir quiénes fueron los que más agredieron verbalmente a sus pares. Sin embargo, hubo un justicialista que comentó que las promesas de cargos en medio del cierre de listas suelen diluirse y ser irreales.
Con ese concepto, saltó otra frase subida de tono. Vamos con ella: “Hay dos cosas que no hay que creer: lo que se dice en un cierre de listas y las promesas hechas a las cinco de la mañana”.
Los pases de factura que están apareciendo en el PJ mendocino el día después le dan bastante entidad a esta metáfora.
UN SUPREMO DE JOGGING EN LA CANTINA
En el mundo de los altos cargos públicos suelen haber privilegios y lujos por doquier, esos que paga la ciudadanía en su gran mayoría: choferes, almuerzos, remodelaciones de oficinas, etc.
Los jueces no son ajenos a esto, muy por el contrario, aprovechan sus privilegios. Por eso sorprende cuando un alto funcionario hace vida de persona común, podría decirse. Así se lo vio a Julio Gómez, el ministro de la Suprema Corte de Justicia en el Club Gimnasia y Esgrima ubicado en el centro.
La cantina de la entidad es muy conocida por sus buenos platos y precios accesibles. Gómez llegó acompañado de un joven, cerca del mediodía del miércoles. No parecía venir del máximo tribunal, ya que su outfit era deportivo: jogging, remera y zapatillas. Ambos se sentaron en una de las mesas de adentro de la cantina. Afuera estaba soleado y hacía calor.
