La abogada Brenda Salva defiende a Gabriel Carrizo, el líder de la “banda de los copitos”, y hasta el día de hoy se desempeñaba como asesora de la diputada nacional del PRO, Karina Bachey, ya que fue despedida de su cargo por presión del peronismo.
“Corresponde velar por el esclarecimiento del hecho y por la paz social”, justificó su decisión Bachey, en un breve comunicado. En ese texto, la diputada del PRO precisó que Selva la asesoraba “en temas de discapacidad” pero en simultáneo ejercía su profesión de abogada.
El bloque de Diputados del Frente de Todos (FdT) exhortó ayer a la legisladora puntana a separar “con urgencia” de su grupo de colaboradores a la abogada por defender al acusado de participar en la organización del atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y esta mañana se concretó.
“Es imprescindible que la diputada Nacional del PRO Karina Bachey separe con urgencia de su staff de asesores a Brenda Salva, abogada defensora de Gabriel Carrizo”, expresaron desde el bloque de diputados del FdT a través de un comunicado.
Y afirmaron: “Su permanencia contradice el apego a la convivencia democrática en la que debe funcionar la Cámara de Diputados”.
Además, señalaron que “somos las y los diputados quienes elegimos a nuestros colaboradores”, y en ese sentido, “somos nosotros los que tenemos que, individualmente, pedir su baja administrativa”.
“Basta de mirar hacia al costado. Si queremos más democracia, separemos a asesores/as que defienden a estos personajes”, completaron.
Gabriel Nicolás Carrizo es el cuarto detenido en la causa que investiga el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Brenda Salva es defensora de Carrizo, junto con Gastón Marano, que fue asesor hasta hace pocos días del senador nacional por Chubut de Juntos por el Cambio, Ignacio Torres, en la Bicameral de Inteligencia.
Comprometido por su propio celular, Carrizo insiste con el pedido de excarcelación
La defensa del detenido Nicolás Gabriel Carrizo apeló el rechazo a su excarcelación, por lo que el tema pasará a ser analizado por la Cámara Federal porteña.
La presentación fue realizada por el abogado Gastón Marano, quien sostuvo que la excarcelación estuvo mal denegada en primera instancia y resaltó que “el imputado no opuso resistencia a la detención y que luego de ella también designó defensor, por lo que siempre se mantuvo a derecho en la causa”, además de haber entregado él mismo su celular de modo voluntario.
Para tratar el nuevo planteo de la defensa de Carrizo, la sala primera de la Cámara Federal porteña fijó fecha de audiencia para el próximo martes, informaron a Télam fuentes de la investigación.
Al rechazar la excarcelación, sin embargo, la jueza federal María Eugenia Capuchetti había remarcado la existencia de riesgos procesales concretos que se desprendían de la propia actitud del imputado, según surge en constancias de la investigación.
”Cobra especial relevancia la actitud que puede revelarse a través de las comunicaciones que Nicolás Gabriel Carrizo sostuvo con posterioridad al hecho investigado, en el marco de las cuales hizo referencia al ocultamiento de elementos vinculados con la presente investigación, las cuales son materia actual de investigación”, sostuvo Capuchetti.En ese punto, la magistrada recordó el diálogo extraído del celular del propio Carrizo en el que el imputado le decía a una persona que tenía agendada como “Andrea”: “Mira no se si es una buena noticia pero el arma con la que intento ponerla no es la mía, yo le di un 22 corto... recién hable con la novia y la tiene ella así que mañana la vamos a ocultar y vamos a ir a Crónica a hablar”.Ese señalamiento también había sido realizado por la querella de la vicepresidenta Fernández de Kirchner cuando la jueza le corrió vista sobre el pedido de excarcelación.
“Lejos de querer colaborar, Carrizo quiso limpiar su imagen. Buscó incesantemente comunicarse personalmente con Brenda Uliarte luego del atentando, con la muy probable intención de planear cómo despegarse de la investigación”, sostuvo la expresidenta.”Carrizo incluso trató de deshacerse de prueba: manifestó que ocultaría el arma que le había entregado a (el procesado Fernando André) Sabag Montiel y que al final no había utilizado.
Al día siguiente, le dijo a Andrea: ‘Yo le di un 22 corto ... recién hable con la novia y la tiene ella así que mañana la vamos a ir a ocultar’”, recordó la vicepresidenta en su presentación.Carrizo quedó más comprometido ayer en la investigación cuando la justicia detectó que tenía en su celular un mensaje en el que se afirmaba la voluntad de “matar al jefe de La Cámpora”, informaron a Télam fuentes de la investigación.
”Estamos pensando en matar al jefe de La Cámpora esta vez”, “Están llegando todos. Vamos a tener una reunión grupal”, son los mensajes detectados en el celular de Carrizo que le mandó a una persona agendada como ‘Jony White’, tan solo dos horas después del fallido ataque contra la exjefa de Estado.Los mensajes, según pudo reconstruir esta agencia, salieron del celular del cuarto detenido por el ataque a la vicepresidenta a las 23.40 del 1° de septiembre y no serían los únicos que lo comprometen en la causa en la que se investiga el intento de magnicidio.El receptor del mensaje, ‘Jony White’, es una persona de estrecho vínculo con Carrizo cuya identidad se mantendrá reservada para no frustrar medidas de prueba en curso en la investigación.
Carrizo está detenido desde el miércoles pasado y se hizo conocido el 2 de septiembre cuando acompañó a Brenda “Ámbar” Uliarte, procesada por el intento de atentado, durante una entrevista que le concedieron al noticiero del canal Telefé.En aquella entrevista, Carrizo se presentó como el dueño de la máquina de hacer los copos de azúcar que vendían “Ámbar” y su novio, Fernando Sabag Montiel, el hombre que apuntó y gatilló a la cabeza de la vicepresidenta con una pistola Bersa calibre .32 que tenía cinco balas en el cargador.Junto con Carrizo y Uliarte, en la entrevista otorgada a Telefé Noticias participaron también Sergio Orozco, Leonardo Volpintesta, Miguel Ángel Castro Riglos y Lucas Acevedo.
De los cinco que se presentaron junto con Uliarte, que sería detenida 48 horas después, hasta ahora solo Carrizo está imputado en la investigación mientras que el resto permanecen en el expediente en calidad de testigos.Los mensajes de WhatsApp conocidos hoy no le habían sido exhibidos a Carrizo durante la indagatoria del viernes pasado por lo que si la jueza federal Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo los consideran como elementos de prueba se descuenta que dispondrán que se le amplíe la indagatoria.
Entre los mensajes que si se le exhibieron, figura un diálogo con su hermanastra “Andrea”, a quien la misma noche del atentado fallido le dijo que el ataque debió haberse concretado en otra fecha y que él le había aportado a los agresores una pistola de un calibre diferente al que finalmente utilizaron.”Estuvo muy cerca, falló el arma, no lo entiendo andaba bien”, se lamentó el acusado en un intercambio de mensajes con “Andrea”, según pudo reconstruir Télam de fuentes con acceso a la investigación.