Ordenaron una pericia psiquiátrica para el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, en una causa por abuso sexual en su contra.
El juez de Instrucción de Río Grande, Raúl Nadim Sahade, dispuso esta medida después de casi dos años de tener el expediente y en medio de una investigación que se abrió en su contra por sospechas de que habría cobrado por fallos y para “arreglar” causas en su juzgado, informó Infobae.
Melella fue denunciado por presunto acoso y abuso sexual a tres obreros de la construcción a cambio de trabajo, cuando era intendente de la ciudad de Río Grande.
Para ello el gobernador será convocado para la pericia a través de la Comisaría de Género y Familia. Además, el juez también citó a declarar a los tres denunciantes, Damián Rivas, Alfredo Suasnabar y Mario Lovera. Les fijó fecha recién para abril del 2020.
La denuncia
La imputación de Melella ocurrió tras la denuncia del obrero Mario Lovera, una de las tres presuntas víctimas del gobernador que declararon en la sede judicial.
Según explicó el fiscal a cargo, a mediados del 2016 “el denunciante se hizo presente en el domicilio de Melella y, una vez allí, el intendente lo interrogó sobre su situación laboral y le ofreció desempeñar funciones en el Municipio de esa ciudad”.
Según su declaración, el entonces intendente “lo obligó a materializar actos sexuales contra su voluntad frente al temor que implicaba negarse, dada su condición de Intendente y máxima autoridad de la ciudad”.
Posteriormente, otros dos hombres denunciaron acoso por parte de Melella en similares circunstancias.
Según cuentan en sus denuncias, el Intendente tenía un “modus operandi” muy particular con los nuevos trabajadores de la municipalidad: daba empleo o solucionaba problemas de cobro de sueldos a cambio de favores sexuales, informó Clarín.
Según su relato, la Municipalidad no les pagó el trabajo realizado en la última obra pública realizada y que Melella se quedó con el presupuesto que estaba destinado a cubrir los gastos de la construcción. Alrededor de este episodio habrían ocurrido los abusos sexuales.
Alfredo, uno de los obreros, fue el primero que tuvo que soportar las insinuaciones de Melella. Primero por teléfono, con llamadas y mensajes de Whatsapp y luego personalmente en su casa. Melella, por su parte, dijo que usaron su orientación sexual en su contra para perjudicarlo.