Omar de Marchi es un dirigente de larga trayectoria. Cuenta en su haber con dos gestiones y media en la intendencia de Luján de Cuyo (1999-2003; 2003-2005 y 2015-2019), que parecen haber sido exitosas, porque los vecinos de Luján son su base de sustentación política y desde ahí ha intentado dar el salto a la gobernación en dos oportunidades (2007 y 2019).
Siempre ha sido un hábil polemista, con mucho sarcasmo. Hoy se muestra casi como un corderito, cosiendo grietas internas de Cambia Mendoza y externas. El principal blanco de sus dardos es el kirchnerismo.
Es difícil saber si la nueva versión de De Marchi tiene que ver con su tarea de operador de la candidatura presidencial de Horacio Rodríguez Larreta en el interior del país o si es su ánimo de volver a correr por la gobernación.
Cualquier conocedor de la rosca política local, podría advertir que la tarea de consolidar la postulación de Rodríguez Larreta en todo el país podría entorpecer el viejo anhelo de De Marchi de ser gobernador, porque debería “pelearse” en una PASO con los socios que debe seducir para que apoyen al Jefe de Gobierno porteño puede complejo.
Sin embargo, el dirigente del Pro dice que la tarea con el precandidato a la Presidencia “es complementaria, porque me permite hacerle un aporte a los contenidos de Mendoza, producto de la síntesis de mi visión de todo el país. Estar presente en diferentes provincias de la Argentina, me genera un nivel de relacionamiento y conocimiento integral del territorio, que me permite volcarlo a nuestro armado en la provincia”.
-¿Sigue siendo precandidato a la Gobernación?
-Absolutamente. Para gobernar hacen falta tres cosas: un plan de gobierno, un equipo calificado y conducir todo eso. Las definiciones de candidaturas, se pueden producir un mes antes de la elección. Lo que no se puede hacer un mes antes es armar un plan de gobierno serio y articular equipos calificados de gobierno. No solamente soy candidato, estamos trabajando en un proyecto de transformación positiva para la Mendoza que viene.
-¿Ya tiene el plan?
-El plan de gobierno lo empezamos a desarrollar en febrero, ahora a fines de julio estamos terminando la etapa de diagnóstico y entramos con la etapa de propuestas; a fin de año las vamos a tener.
-¿Quién es el principal adversario a su candidatura? Tiene varios obstáculos que superar en la carrera.
-El adversario a vencer es el 44,5% de pobreza que tiene Mendoza, los doce años que hace que la provincia no crece.
-¿No es el radicalismo el adversario?
-No. Con el radicalismo participamos de un espacio común. El adversario son los problemas profundos que tenemos. Hace muchos años que en la Argentina vemos que los adversarios son las personas. Trasladamos la discusión a una pelea de personas. En la medida que advirtamos que los adversarios son los problemas, pelearemos menos con las personas y concentraremos el esfuerzo para encontrar la salidas a los problemas.
-Muchos creían que su plan era jugar en la elección 2023 por fuera de Cambia Mendoza, con el PD y la Coalición Cívica, otras dos fuerzas que dejaron la coalición oficialista local, para evitar la PASO con el radicalismo.
-Nosotros trabajamos en el desarrollo de un plan y en la articulación de equipos, a través de la Fundación Pensar Mendoza. Llegará el momento, el año próximo, cuando se tengan que definir la integración de los frentes provinciales; a nivel nacional tenemos un espacio común que es Juntos por el Cambio, tenemos que intentar en Mendoza articular un frente que sea mucho más amplio que el que tuvimos en la última elección, que se parezca más al que tuvimos en 2015 con partidos que ya no están, como la Coalición Cívica y el Partido Demócrata, por ejemplo. Pero la fecha para presentar el frente se fija en el calendario electoral y eso se definirá el año que viene.
-El PD tiene un límite para participar en Juntos por el Cambio. Ya tiene un candidato a presidente, Javier Milei.
-Todas las definiciones políticas se definirán el año que viene. hay que ver qué sucede. Si las elecciones provinciales son desdobladas, es un escenario, si son unificadas es otro. Podría confirmar que serán desdobladas, pero hay que esperar el decreto del gobernador. Sería un papelón que habiendo votado boleta única, las elecciones terminen siendo unificadas y no se aplique. En ese caso, la cuestión Milei no sería relevante.
-¿Su trabajo con Rodríguez Larreta afectó su relación con Bullrich?
-Al otro día que vino a Mendoza, tuvimos una reunión del Consejo nacional del Pro y estuvimos charlando un rato largo. Diferenciamos los posicionamientos internos de lo que tiene que ver con el enorme desafío de transformar la Argentina.
-¿Y con Macri?
-Todo súper bien. Hace dos semanas tuve una reunión personal de una hora y cuarto. Mi relación siempre ha sido muy buena y lo sigue siendo.
-¿De Marchi se ha vuelto paloma?
-No existe eso de halcones y palomas. Es un invento que deviene de los roles que cada persona ocupa. No es lo mismo un jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires que la presidente de un partido de oposición. Quien tiene una tarea ejecutiva, tiene la obligación de actuar con mayor prudencia, porque tiene que resolver problemas de educación, de salud, de seguridad, no puede estar todos los días a las piñas. Mientras que la presidente de un partido de oposición como Patricia, tiene la obligación de tener un discurso fuerte, porque ese es su rol.
-Vamos a la macro y lo micro ¿En medio del caos en el que se encuentra Argentina, cómo puede avanzar Mendoza?
-Es muy difícil desarrollar una provincia en el marco de una economía nacional inestable o sin rumbo. Es fundamental que el próximo gobierno nacional sea lo suficientemente serio y profesional, para resolver los problemas macroeconómicos de la Argentina. Por ejemplo, el 28% de Vaca Muerta está en Mendoza: para que lleguen inversiones tiene que haber una macroeconomía ordenada porque esa actividad requiere una enorme inversión y los capitales son privados, no hay chance de que el Estado ponga toda la plata. Ahora, mientras el país sea un desastre, Mendoza necesita animarse a innovar en materia educativa, que no depende de la macroeconomía, del presupuesto nacional. Todo eso depende de la Provincia. También la transformación digital, hay mucho por hacer en infraestructura digital.
-Imagino su respuesta, ¿pero quién sería el mejor candidato a presidente?
-La Argentina que viene no admite improvisación, requiere de serenidad, de consensos y de una profunda transformación. Para que eso suceda tiene que haber un plan claro y equipos altamente calificados. No es a los gritos como vamos a transformar la Argentina que viene. Cómo las transformaciones van a ser muy profundas, la única forma de que avancen es por consenso, para que sean sustentables en tiempo. Hay cuatro áreas a transformar: el sistema tributario, el previsional, el laboral y la integración de la Argentina en el mundo. Esos cuatro ejes no se pueden concretar a las patadas.
-Es decir, el Presidente debería ser una paloma y no un halcón. Y del otro lado, harían falta actores más flexibles, capaces de, por lo menos entregar el bastón de mando y la banda civilizadamente...
-El problema es que el kirchnerismo es residual, pero muy ruidoso. Creen ser una alternativa y no lo son. Hoy es un grupo de hombres y mujeres, liderados por Cristina Fernández de Kirchner, que no conciben un proyecto de país, lo único que los une es la defensa de su libertad. Su único objetivo es meter mano en la Justicia.
-Tienen un proyecto de conurbano...
-Apuntan a conseguir votos para conseguir una cuota de poder para influir en la Justicia. Cuando el kirchnerismo abandone el gobierno, que va a ser pronto, la Argentina va a tener una conversación madura, entre los referentes políticos y seguramente vamos a tener coincidencias. Hoy el kirchnerismo representa un 10 o 15%. El resto de la Argentina quiere un país normal.
-La última, ¿se lo va a llevar a Rodolfo Suárez al larretismo?
-(Risa sarcástica) Los posicionamientos políticos se verán el año que viene. Hay buena relación con el gobernador.
Vida y obra
Omar de Marchi es abogado, egresado de la Universidad Nacional de Córdoba.
Casado. Dos hijos.
Fue concejal de Luján de Cuyo (1993-1997); intendente durante dos mandatos y medio (1999-2003; 2003-2005 y 2015-2019).
En 2005 fue electo diputado nacional y renovó mandato en 2009.
En 2007 y 2019 quiso ser gobernador de Mendoza y fue derrotado.