Salieron a luz los chats de WhatsApp en los que el expresidente Alberto Fernández le rogaba a Fabiola Yáñez que no lo denunciara, algo que consiguió al principio ya que ella desistió hacerlo en la primera audiencia por Zoom con el juez Julián Ercolini. Después, a los pocos días, cambió de opinión y el caso se abrió en la Justicia.
La conversación data horas antes del pasado 28 de junio, cuando la exprimera dama -desde España- mantuvo un tenso ida y vuelta con el exmandatario. Visiblemente preocupado, Alberto le aconsejó a Fabiola que “hablara lo menos posible” durante la audiencia. Aparentemente, esta conversación influyó en la decisión de Yáñez de desistir de presentar una denuncia penal por violencia de género.
La interacción incluyó una llamada vía chat de unos 10 minutos y se extendió entre las 15.30 y las 19.22. Poco después de la conversación, Yañez participó desde Madrid en la audiencia con Ercolini, relacionada con los mensajes y fotos con golpes encontrados en el celular de María Cantero, la exsecretaria de Fernández.
En el intercambio, Fernández le pidió a Yáñez que atendiera a su entonces abogado, Juan Pablo Fioribello, subrayando la gravedad del asunto. Después de la llamada, Fernández le envió un largo mensaje en el que expresaba su tristeza y arrepentimiento, mencionando que nunca había querido causarle daño y que estaba muy afectado por la situación.
Yañez, tratando de calmarlo, le respondió que ya había hablado con el abogado y que seguiría sus consejos. Desistió presentar la denuncia, y el juez Ercolini archivó aquel anexo con las pruebas por violencia de género.
“Lamento mucho todo. Me doy cuenta que estás muy lastimada. Nunca quise que todo fuera como fue. Siempre te amé y nos tocó un tiempo tortuoso que seguramente no me dejó darte la atención que merecías. Hoy estoy muy triste por todo. Mis ganas de vivir no existen. Soñaba otra cosa a tu lado. Te pido perdón por el daño que sin querer te he causado. Beso grande”, dijo en uno de los mensajes el expresidente.
“Ya hablé con Juan Pablo, quedate tranquilo voy a hacer lo que me dijiste que había que hacer”, le contestó la periodista a su ex para tratar de calmarlo.
“Lamento todo, creeme”, insistió Fernández.
Más adelante, le expresó a Fabiola: “Creeme que lamento enormemente todo”. Yáñez estaba por empezar la audiencia por Zoom. En ese momento, el expresidente intentó guionarla: “No hubiera nunca haber tenido que pasar por esto. Me viene internet por momentos. Mi consejo es que hables lo menos posible. Esa es la mejor garantía de que no se vuelva noticia”. Lo logró. Yáñez no quiso hacer la denuncia.
Sin embargo, el sábado 3 de agosto, cuando Fernández se enteró de que Clarín iba a dar a conocer la existencia de los mensajes explosivos que le había mandado Yáñez a Cantero, la cosa cambió. Y el martes 6 de agosto, sin avisarle a nadie, Fabiola abandonó el hermetismo, llamó al juez Ercolini y dio a entender que el expresidente la había amenazado para que no hiciera la denuncia por violencia de género. Desde entonces, nada fue igual.