Inesperada la actitud del abogado principal del juez Walter Bento esta semana. Mariano Fragueiro, quien lidera la defensa del magistrado, no vino a Mendoza para participar de las audiencias del juicio oral en el que su defendido es el principal acusado.
Se juega años de cárcel Bento aquí y nunca había pasado que el jefe de sus abogados no lo acompañara en tribunales ¿Por qué pegó el faltazo el aguerrido Fragueiro? Alegó en principio que estaba con fiebre. Hasta un hisopado le hicieron, que tuvo resultado negativo, según comentó. Pero lo cierto es que el abogado tuvo asuntos que atender en Buenos Aires que le impidieron venir a la provincia. El tema fue, allá también, su cliente Bento.
Al famoso penalista bonaerense (intervino en la causa Vialidad y representó a Carlos Kirchner, primo del exPresidente Néstor, aunque dice que tiene clientes en los dos lados de la grieta y ninguna identificación política con nadie) le hicieron notas en varios medios de Capital Federal en estos días. Logró a lo largo de la semana captar la atención y hasta incluso provocó empatía en periodistas de diversa línea editorial: desde Baby Etchecopart hasta Pablo Duggan. Antes, también había respaldado alguna de sus teorías el propio Eduardo Feinmann. Efectivamente, Fragueiro se ocupó de difundir a los cuatro vientos, fuera del ámbito judicial, su hipótesis urgente sobre el caso Bento: dijo por todos lados que es un hombre inocente que está a punto de caer preso.
La actividad mediática de Fragueiro se replicó minuto a minuto en la dinámica cuenta militante que tiene el juez en las redes sociales (Defensa Walter Bento), que está manejada por una agencia de comunicación de Buenos Aires, y en un par de diarios online que desde hace tiempo también apuestan a su inocencia. Este costoso andamiaje comunicacional, solventado por un juez que hace meses no cobra sueldo (tampoco su esposa ni sus dos hijos, todos procesados) tiene dos caras. Por un lado, da su versión del juicio y polemiza a favor de Bento. Pero en una faz menos presentable, monta campañas contra los acusadores del juez.
Para el magistrado, efectivamente, esta semana era importante marcar presencia en Buenos Aires. Una actitud lógica, si se tiene en cuenta que son horas cruciales para él en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados de la Nación, el tribunal que podría precipitar el desenlace de su historia antes de tiempo.
Alegatos
A Bento lo juzgan por mal desempeño en sus funciones, en paralelo con la causa judicial. El proceso de mal desempeño no tiene como prioridad esclarecer si Bento recibía coimas o no, sino comprobar si el magistrado cometió alguna inconducta o falta al decoro. Lo es obviamente pedir sobornos, pero también podrían serlo los viajes a hoteles-casino de lujo en el exterior y la falta de explicaciones contundentes sobre el origen de sus gastos millonarios. Podrían ser mal desempeño también las averiguaciones que hacía en oficinas públicas sobre la investigación que le había iniciado el Ministerio Público Fiscal. Incluso, la toma de un crédito hipotecario subsidiado por el Estado, a pesar de que era propietario de una casa. O la venta de un departamento, cuando al juez estaba por caerle un embargo.
Desde que fue suspendido en abril por el Consejo de la Magistratura, el proceso por mal desempeño se aceleró. Tanto que mañana se producirán los alegatos finales de la parte acusadora y de la defensa, y a partir de allí sólo restará la deliberación final para emitir el fallo, que puede durar 20 días hábiles como máximo.
La sentencia se conocerá, entonces, a comienzos de noviembre a más tardar. Y sin dudas repercutirá en el juicio penal. Si sale absuelto, Bento no sólo será ratificado como juez, sino que se fortalecerá su posición en el juicio penal. Si el Jurado lo remueve, en cambio, no sólo perderá el cargo, sino también la inmunidad que hoy lo protege de los pedidos de prisión preventiva emitidos por el juez de instrucción de San Rafael Eduardo Puigdéngolas.
Hay dos posibles finales, pero la propia defensa del juez no es optimista. “El panorama es feo, Bento está a punto de caer preso”, reconoció Fragueiro en la nota radial con Baby Etchecopart, antes de dar las razones por las que considera que esto sería una injusticia.
Por otro lado, en los tribunales federales de Mendoza comparten la misma sensación y hay quienes tienen una sola duda: si el fallo surgirá antes o después de las elecciones presidenciales del 22.
El tribunal político que juzga a Bento por mal desempeño está compuesto por siete personas. Dos son magistrados (Javier Leal de Ibarra y Javier de la Fuente), hay cuatro legisladores nacionales (José Torello y Ana Romero, del Pro; y Daniel Bensusán y Anahí Costa, del Frente de Todos) y el restante miembro es el abogado Alfredo Barrau.
Cinco votos harán falta para generar mayoría en uno u otro sentido, aunque se presume que la sentencia podría ser unánime.
En la recta final hacia fallo, no se advierten diferencias ni en el ala judicial ni en la política del tribunal, más allá de que la acusación fue empujada siempre por el radicalismo y el Pro.
Así las cosas, si Bento finalmente es removido, podría ir a la cárcel en cuestión de horas. Dependerá solamente de lo que demore el circuito burocrático de comunicaciones de la Justicia.
Si el fallo es de remoción, la orden de detención la emitiría el tribunal que lo juzga en Mendoza por asociación ilícita, el cual tiene como presidenta a la jueza de San Luis Gretel Diamante. En su defecto, el que pedirá que el tribunal ordene la detención de Bento será el Ministerio Público Fiscal, a cargo de los fiscales María Gloria André y Dante Vega.
Ante un fallo adverso en el juicio de mal desempeño, Bento tendrá como única vía para quejarse el recurso extraordinario federal ante la Corte Suprema. Pero indican en tribunales que una eventual intervención de la Corte (que sólo lo haría ante una violación del derecho de defensa y/o de las garantías del juez, no ante el sentido del fallo en sí) no suspenderá los efectos de la decisión.
Si lo expulsaran al juez, hay quienes creen que el juicio penal, que en principio iba a durar más de un año, se aceleraría en Mendoza, porque podría quebrarse el frente común que existe entre el presunto líder de la banda (Bento) y el resto de los acusados. “Algunos podrían pensar que pueden comerse más años de cárcel si no colaboran”, dicen algunos observadores.
Mirando a Buenos Aires
No sólo Fragueiro se concentró en Buenos Aires. Varios actores del juicio penal a Bento que se hace en Mendoza actuaron pensando en lo que está por pasar allá.
El Ministerio Público Fiscal evitó citar a testigos ruidosos, para que el juez no utilice algún testimonio del juicio a su favor en el Jury en la antesala de su definición. Fueron convocados policías y dos abogados. El hecho más importante fue que la semana arrancó con la desestimación del tribunal de la denuncia por supuestas torturas en la Unidad 32, un elemento que Bento ha utilizado en Buenos Aires para demonizar al fiscal Vega y que la defensa del juez insiste en que fue real.
En medio de sus oscuros presagios, el abogado principal del juez suspendido ensayó estrategias de defensa en los medios de Buenos Aires. Algunas de ellas, novedosas.
“A Bento lo nombraron juez siendo porteño en Mendoza, primer pecado original suyo”, tiró con ironía en la nota con Baby Echecopart.
“Tiene un chico de 28 años que tiene una madurez de uno de 4, por eso la familia era medio cerrada. No era una persona querida, se aislaron un poco, porque vivían para él”, fue el perfil que hizo también Fragueiro en aquella entrevista.
El conductor y los periodistas del panel se sensibilizaron con la historia del juez que vive para su hijo con discapacidades y hasta Etchecopar concluyó que hay una “inquina personal” en la Justicia Federal de Mendoza contra Bento. Aunque uno de los panelistas puso un matiz y señaló que, a pesar de todo, “es muy difícil que si una causa está armada, viciada, vaya escalando posiciones en la Justicia”.
Tal vez Fragueiro no esperaba que en esa mesa amigable alguien le indicara que numerosos magistrados (alrededor de 20) convalidaron el avance del proceso contra Bento en distintos ámbitos judiciales. Pero así y todo, no abandonó su teoría. “No se crea -respondió-, a veces es como que las cosas empiezan a pasar por una ventanita, encuentran un haz de luz y pasan, esto pasa, para bien o para mal”.
