Javier Milei envió un mensaje contundente y sin precedentes al cuerpo diplomático, en el que les exigirá a aquellos que no estén de acuerdo con el “rumbo” del Gobierno que presenten su renuncia. Este comunicado será enviado de manera individual a todos los representantes en el extranjero y a los funcionarios de la Cancillería.
La nota se emitió directamente desde la Casa Rosada, con copia a la ministra de Relaciones Exteriores. En el documento, el Presidente solicita que se comunique esta exigencia “a todos los funcionarios y personal bajo su jurisdicción, así como al personal diplomático y civil del Servicio Exterior de la Nación”, tal como se menciona al inicio del texto oficial.
La funcionaria había estado ayer en la Casa Rosada, donde se reunió con Santiago Caputo, asesor del jefe de Estado. En el documento, el Presidente la elogia de manera especial y agradece su trabajo. Hace unos meses, Mondino había enfrentado fuertes críticas desde la cúpula del Gobierno, al punto que la secretaria Karina Milei envió a una funcionaria de su confianza, Úrsula Basset, para intervenir en su cartera, y Milei hizo lo mismo con el secretario de Culto.
En la nota, que menciona a decenas de funcionarios y diplomáticos por su nombre, Milei incluye un fragmento de su discurso ante la Asamblea General de la ONU, pronunciado hace dos semanas, en el que cuestionaba la Agenda 2030.
“No es otra cosa que un programa de gobierno supranacional de corte socialista que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los estados-nación, y violentan el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de las personas”, dice. En ese momento, Lagorio, que había actuado en contra de los lineamientos libertarios, aún estaba en el cargo. Días después fue reemplazado.
En su explicación, Milei señala que esta nueva doctrina significa, por definición, “que ningún funcionario de esta administración ni quienes representan a la Argentina en el exterior deben acompañar ningún proyecto, declaración, resolución, o documento que establezca violaciones al derecho a la vida, la libertad y la propiedad; o un trato desigual frente a la ley; valores que son pilares de esta nueva administración, de ningún ciudadano del mundo. No importa bajo qué bandera noble se pretendan escudar estas violaciones”.
Al final, insta al cuerpo diplomático de manera contundente a presentar su renuncia si no están de acuerdo con los lineamientos de la política exterior libertaria: “Quienes no se encuentren en condiciones de asumir los desafíos que depara el rumbo adoptado en defensa de las ideas de la libertad, deberán dar un paso al costado”.
La carta fue objeto de discusión ayer durante la reunión en el despacho de Santiago Caputo con Mondino, en el primer piso de la Casa Rosada. A media tarde, también estaban presentes el secretario de Culto, Nahuel Sotelo; el asesor de comunicación Juan Carreira, conocido en redes como “Juan Doe”; y Caspar Sprungli, quien recientemente asumió el cargo de jefe de Gabinete de la Cancillería, reemplazando a Federico Bartfeld.
La Cancillería ha estado convulsa en los últimos meses. Con la llegada de Basset y Sotelo, el vicecanciller Sahores fue destituido para dar paso a Federico Bustamante, un miembro de PRO que había trabajado con Patricia Bullrich durante el macrismo. Antes de esto, Lagorio también fue apartado de su puesto en Nueva York ante Naciones Unidas.
Sin embargo, más allá de las luchas internas, la intensa disputa sobre el impuesto a las Ganancias entre las autoridades de la cartera y los funcionarios y diplomáticos ha llegado a los tribunales. Ahora, el Gobierno espera una resolución que ayude a dirimir este conflicto.
