Con sus lúcidos 85 años, Héctor Antinori sigue trabajando. Y haciendo una pausa a su tarea, recibió a Los Andes en su taller de Guaymallén para recordar lo que más lo impactó de los hechos de violencia que dieron forma al Mendozazo, en los que estuvo.
Antinori fue uno de los participantes activos de aquella triste jornada inicial de una revuelta de varios días, que sumó a Mendoza a la escena de violencia y terror que los argentinos sufrimos, aun en cortos períodos de democracia, en la oscura década de los ‘70.
Testigo durante décadas de muchos reclamos de la gente, no puede dejar de recordar especialmente aquellos sucesos de abril de 1972. Y lo traduce en la amena conversación mantenida. Su memoria es su mejor archivo.
¿Qué recuerdo tiene del Mendozazo, luego de tantos años?
“Recuerdo nítidamente que el pueblo mendocino salió a las calles para reclamar por las elevadas tarifas de la luz. Como en mi caso, ahí nos movilizábamos miles de personas en representación de todas las uniones vecinales, que fueron el motor de la protesta. No fueron los gremios los que primero movilizaron, sino las uniones vecinales. La marcha de la CGT llegó después de nosotros.
“Y también recuerdo con afecto a un viejito simpático, (Bernardo) Razquin, que con un farolito de plaza colocado en la punta de un palo encabezaba la manifestación. Era muy querido en aquel momento, como un tutor, y todos los seguíamos ese día.
“Lo que pasó no fue otra cosa que un fuerte desafío mendocino a la dictadura de entonces, aquí apañada por el Partido Demócrata, que tenía como gobernador a (Francisco) Gabrielli,
“Cerca de la Casa de Gobierno abrieron fuego contra los manifestantes. La que disparaba era la Policía de Mendoza. Una comerciante, un estudiante, entre otros, murieron por las balas de esa feroz represión. Y hubo muchísimos heridos. En realidad, esa situación por las elevadas tarifas de luz se registraba en toda la Argentina, pero tuvo su mayor repercusión aquí, en Mendoza. Había un contexto nacional que favorecía este tipo de reacciones de la gente.
“Lo importante es que, pese a esa violencia, a los asesinatos, con toda esta gente en la calle se logró que se bajara la tarifa de la luz”.
Entonces, usted concurrió a la protesta como un ciudadano indignado más y también como dirigente.
“Yo siempre estuve involucrado en estos hechos como representante vecinalista y participé como tal en aquella jornada. Lo hice desde los 18 años y lo sigo haciendo.
¿Cree en la espontaneidad de las protestas de aquellos días? ¿O hubo mucho activismo detrás de los hechos?
“Fue una reacción natural del pueblo de Mendoza. Lo que pasa es que la gente luego se enardeció, entre otras cosas, por la represión que hubo a los maestros, que ese día también se manifestaban por las calles de la ciudad en reclamo de mejores salarios.
¿Qué más recuerda de aquella acción represiva?
“Mire, lo que recuerdo es que nosotros avanzábamos para protestar, como ya dije, sobre la Casa de Gobierno y sin mediar palabra tiraron a mansalva. De la magnitud de la represión le puedo agregar que yo estaba tratando de protegerme junto a un árbol y a mí, y a otras personas, nos cayó una rama encima como consecuencia de los balazos, que pasaban por todos lados.
Me imagino que, más allá de la indignación de la protesta, debe haber sentido miedo en aquella oportunidad.
“Realmente, yo nunca siento miedo en una protesta. Y, por lo tanto, no lo sentí aquella vez, a pesar de que hubo que protegerse para no perder la vida. Uno cuando está junto a los vecinos, a la gente, no siente miedo. Porque tampoco lo sienten quienes están junto a uno.
¿Alguna vez volvió a tener una experiencia similar a la del Mendozazo?
Sí, se repitieron varios hechos. Pero lo que le cuento ahora no fue en una protesta, pero fue un hecho impactante. En la época de la (última) dictadura, viniendo yo a mi casa por el puente Pécora dispararon desde arriba. La bala pegó en el limpiaparabrisa de mi Rastrojero y rebotó, impactando algunas partes a mi señora en la cara.
“De inmediato, una camioneta del Ejército nos acompañó hasta el hospital Central. Yo iba con mi vehículo llevando a mi esposa. En el hospital le hicieron curaciones. Tuve suerte de que no me detuvieran, porque en ese momento yo era delegado del gremio metalúrgico.
Como hombre tan activo durante tantos años, ¿qué reflexión nos puede dejar recordando siempre lo que constituyó el Mendozazo?
“Lo que puedo decir es que siempre debemos defender a la democracia y la participación de la gente. Es la única forma posible de desarrollo que tiene nuestro país.
“Si bien ya llevamos casi 40 años de democracia, ¡que nunca más haya una dictadura! Hay que ayudar para que los gobiernos se desarrollen siempre con la participación de la gente. Lo digo con convicción, porque yo he sufrido en carne propia la represión en épocas de dictaduras.
Perfil. Pasión por el vecinalismo
Antinori ha sido durante décadas un perseverante dirigente vecinalista que no sólo se encargó de peticionar ante las autoridades de turno por aspectos relacionados con los servicios que debe garantizar el Estado. Su aporte le mereció, también, varias distinciones, como la que recibió de la Municipalidad de Guaymallén el año pasado como gestor de actividades culturales a través de la Unión Vecina Amistad, de Villa Nueva.