El 13 de agosto a la noche, una vez que en el búnker electoral de Unión por la Patria asumieron que habían quedado en tercer lugar, Sergio Massa, que sin sorpresas había vencido en la interna a Juan Grabois, apareció en el escenario y dejó dos líneas conceptuales de cara a las presidenciales: habló de la necesidad de construir una nueva mayoría y de formar un gobierno de unidad nacional en su eventual presidencia.
Ya ganador el 22 de octubre, se volvió vital la construcción de un bloque que supere los límites de UP para ganar el balotaje. A eso apuntó Massa esta tarde en Mendoza, un distrito radical y opositor: “Les digo a los mendocinos y mendocinas que a partir del 10 de diciembre empieza una etapa nueva en la Argentina, que vamos a un gobierno de los mejores, que vamos a enterrar la grieta”.
La construcción de la nueva mayoría que necesita implica adentrarse en territorios con electorados refractarios al oficialismo. En las generales, en Mendoza se impuso Milei con 475 mil votos, siguió Bullrich con 289 mil votos y Massa cosechó 269 mil. Se agregaron cien mil votos a los obtenidos en las PASO, pero hay que ampliar. Alfredo Cornejo, electo gobernador, se mantiene orgánico al radicalismo que definió una posición neutral frente al balotaje. Massa visitó al gobernador saliente, Rodolfo Suárez, también radical. “Conmigo se termina la grieta”, reiteró el candidato de UP en su visita mendocina.
Si bien la UCR declaró que debe prepararse para ejercer la oposición del próximo gobierno y mantenerse al margen del balotaje, algunos dirigentes como Gerardo Morales, Lousteau, Emiliano Yacobitti y Rodrigo de Loredo manifestaron un rechazo tan enérgico a Milei, que se interpretó como un potencial apoyo a Massa.
“Me imagino un gobierno de unidad nacional en los 40 años de democracia, y por eso quiero inaugurar una nueva etapa, y convocar a los mejores sin importar de dónde vienen”, es otra de las frases de Massa en su objetivo de ampliar UP.
En esa línea, la semana arrancó con el apoyo de radicales alfonsinistas (Leopoldo Moreau y Cecilia Moreau, Leandro Santoro, Nito Artaza, el sindicalista Sergio Palazzo, entre otros). “… Sergio Massa presidente, de la mano de Alfonsín…”, le cantaron en un restaurante porteño.
Casi al mismo tiempo, el peronista bonaerense Alejandro “Topo” Rodríguez y la peronista cordobesa Natalia De la Sota, ambos del interbloque Federal en Diputados, se pronunciaron a favor de la candidatura de Massa. En la primera vuelta acompañaron la candidatura de Schiaretti. “Queremos que Sergio Massa sea el nuevo presidente de la Argentina y esto se da en una coyuntura en lo que no puede haber tercera posición. Es Massa o es Milei. Y en este contexto no tenemos duda que tiene que ser Sergio Massa, el presidente”, argumentó Rodríguez.
La decantación del Partido Socialista hacia la candidatura de Massa fue bien recibida en el búnker de campaña de UP. “Es el primer partido nacional opositor que llama a votar por Massa”, destacaron.
“Nuestras postura no significa un cheque en blanco, significa defender la democracia contra el autoritarismo”, explicó Mónica Fein, presidenta del Partido Socialista.
La decisión del PS fue tomada “por unanimidad” de los integrantes del Comité Nacional. “Aquí no se puede ser tibios antes quien reivindica el terrorismo de Estado”, argumentó Fein.
El PS tiene especial influencia en Santa Fe, donde gobernó, en alianza con el radicalismo, entre 2007 y 2019. Ahora integró la coalición que llevó al radical Maximiliano Pullaro a la gobernación. A nivel nacional, el socialismo integró la coalición Hacemos por Nuestro País, y apoyó la candidatura presidencial de Schiaretti.
El sector del exgobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, y también el grupo de Roy Cortina, socialista porteño aliado en CABA a Rodríguez Larreta y a Lousteau, confluyeron en el apoyo a Massa.
Casi en simultáneo al PS, se formalizó el alineamiento con Massa de Juntos por Río Negro, el partido provincial que ganó las últimas tres elecciones locales. Ya la semana pasada el gobernador electo Alberto Weretilneck y la mandataria saliente, Arabela Carreras, se fotografiaron con Massa y los gobernadores peronistas y aliados.
La posición rionegrina no debería sorprender. Cuando en abril pasado Weretilneck ganó las elecciones, al día siguiente viajó a la Capital Federal y fue a visitar a Massa, quien era solo ministro y la candidatura del oficialismo tenía muchos aspirantes. Los dos se sacaron una foto junto a Rolo Figueroa, el ganador de la gobernación de Neuquén. Massa había empezado entonces a construir la nueva mayoría.
“Baño de legitimidad opositora”
Estos pronunciamientos de opositores a favor de Massa, ¿indican una posible tendencia en el electorado o son expresiones con poco peso? “Podrían ser poco relevantes si se tratara de un candidato opositor que está intentando seducir a los votantes de otras fuerzas opositoras”, dice el consultor político, Lucas Romero.
“Pero en el caso de Massa, que necesita seducir votantes opositores, para que crucen el rubicón y se pasen a apoyar un candidato oficialista en este contexto y darle continuidad a un candidato oficialista, son señales políticas que se valoran más. Ayudan a legitimar la oferta del candidato oficialista. Massa necesita mucho de eso por lo que está aprovechando mucho las oportunidades que se le presentan. Hoy firmó un convenio con el gobernador de Mendoza y aprovechó para sacarse una foto en el medio de la campaña con un gobernador opositor”, agrega el director de Synopsis Consultores.
Romero concluye que “Massa necesita darse un baño de legitimidad opositora, por llamarlo de alguna forma, y todos estos señalamientos lo ayudan a blanquear un poco su imagen ante el electorado opositor. No son hechos políticos menores para los objetivos de la estrategia de Massa”.
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