Todo indica que ahora no habrá suspensión. Este viernes, finalmente, el candidato a Presidente de Unión por la Patria, Sergio Massa, visitará Mendoza en una parada de la campaña para el balotaje, que lo enfrenta al líder de La Libertad Avanza, Javier Milei.
El candidato tiene previstos eventos partidarios en Maipú, aunque a última hora del jueves, tomó color una actividad extra: también se reuniría con el gobernador radical Rodolfo Suárez en Casa de Gobierno. El Ejecutivo condicionó la reunión a que Massa confirme la ayuda económica que solicitó la Provincia por los perjuicios del viento Zonda.
El también ministro de Economía de la Nación había previsto venir a Mendoza el miércoles. En la agenda provisoria de aquella visita, que finalmente no fue, figuraban como destinos Maipú y Tunuyán. Pero en horas de la noche, la visita se suspendió.
Fue evidente por qué ocurrió. Las estaciones de servicio ese día todavía estaban llenas de autos haciendo cola para conseguir combustible, en medio de la crisis de desabastecimiento que había empezado varios días antes. Massa no había logrado solucionar el problema. No era el mejor momento para venir a una provincia en la que, además, no es el dirigente más apreciado, según los últimos resultados electorales
Sabido es, en este sentido, que Massa quedó tercero en las dos elecciones que disputó como candidato presidencial. Hay que recordar que quedó en ese lugar en la PASO, detrás de Milei y Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio). El orden de la grilla se repitió en octubre, con un Milei todavía hegemónico en las urnas, pero con Massa creciendo varios puntos respecto de la primaria.
Massa había resultado aquel domingo primero a nivel nacional. Bullrich quedaba en el camino para el balotaje y el peronismo mendocino encontró por primera vez razones para festejar. Antes de la elección primaria, vino a San Rafael. Ahora, después de la remontada, se animará a pisar Gran Mendoza, que es un desafío mayor para el justicialista.
La victoria nacional de Massa en la primera vuelta fue razón suficiente para juntar en Mendoza al massismo de todos los colores. Por eso, aunque mañana lo recibirá en la provincia una mayoría peronista, también habrá adeptos de afuera del PJ esperándolo.
Visita breve
Será breve la presencia de Massa este viernes en Mendoza. Estará sólo unas horas y concentrará toda la actividad en Maipú, salvo que surja alguna sorpresa. Se estima que alrededor de las 14 visitará Casa Vigil, en la localidad maipucina de Chachingo. Al parecer, el candidato presidencial se comprometió hace tiempo a visitar al enólogo Alejandro Vigil en su casa.
Desde allí, se dirigirá al estadio Arena Maipú, donde hasta ahora se desarrollará, a partir de las 16, la parte institucional de la visita. Massa tiene previsto presentar allí el Programa Integral de Ciudades Seguras, que es una de sus banderas en la campaña electoral. Se trata de un amplio plan de seguridad, en el cual el presidenciable propone una inversión millonaria para prevenir el delito con uso de la tecnología.
El evento en el Arena Maipú ha tenido una organización cuidada para que sea un acto sobrio y se evitarán imágenes que espanten votos mendocinos. “No es un acto militante, es más institucional y hay que asistir con invitación”, aclaró una fuente del PJ.
En el peronismo hacen la advertencia para evitar, precisamente, que la militancia se convoque con sus banderas y bombos en el estadio maipucino. No es lo que se quiere mostrar. Tampoco pretenden cerrar el círculo en el PJ y por ello estarán presentes algunos extrapartidarios, como el intendente electo de San Carlos, Alejandro Morillas; además del actual, Rolando Scanio. Ambos de la mano del diputado Jorge Difonso, quien es la figura más representativa en Mendoza del massismo no peronista.
Los organizadores hacían otra apuesta para fomentar la transversalidad electoral de Massa en Mendoza. Pretendían que también estuviera presente cuando llegue el candidato presidencial el intendente electo de Rivadavía, Ricardo Mansur, un dirigente de origen radical que tomó distancia de su partido y ganó las últimas elecciones con un sello departamental como humilde plataforma.
Cerraba por todos lados que Mansur participara, ya que el caudillo del este está en contra de votar a Milei. Además, la principal dirigente massista del peronismo mendocino, Gabriela Lizana, es de Rivadavía también, lo que ayudaba con las gestiones. La invitación formal fue cursada, pero Mansur, al final, pinchó el globo massista: “Me invitaron, pero este viernes me voy temprano a San Luis a descansar el fin de semana con mi esposa”, avisó Mansur ante la consulta de este diario.
¿En la Casa de Gobierno?
El maipucino Matías Stevanato será el único anfitrión, aunque la totalidad de los intendentes del PJ, tanto los que están en funciones como los electos, estarán presentes en la visita de Massa. El listado incluiría a Roberto Righi, de Lavalle, quien está enemistado con sus compañeros locales.
El esquema de poder en el justicialismo mendocino les da ahora protagonismo más que nada a los intendentes. La coyuntura ha empoderado a Flor Destéfanis, que es intendenta de Santa Rosa y la presidenta del partido. También son muy importantes los hermanos Félix de San Rafael y, por supuesto, la legisladora electa Lizana, en nombre del Frente Renovador.
Por supuesto que las invitaciones incluyen a los legisladores nacionales y provinciales del PJ, rubro en el que aparecen los dirigentes de La Cámpora. Entre ellos, la diputada nacional Anabel Fernández Sagasti, a quien le toca en la actualidad “acompañar” en lugar de liderar, según remarcan en el justicialismo local.
Poco le importan a Massa las cuestiones domésticas del PJ en esta visita, que durará poco, ya que en la noche del viernes tiene un acto en Mar del Plata.
Su agenda está definida, salvo que se termine de incorporar una parada importante a último momento. Desde el peronismo indicaron que a Massa le gustaría visitarlo al gobernador Rodolfo Suárez. “Es probable que se junten un ratito”, ensayaron. La razón sería institucional: los problemas que trajo el viento Zonda y que generaron el pedido de asistencia económica a la Nación.
Lejos de rechazar esta posibilidad, la respuesta del Gobierno fue muy directa. “Pedimos ayuda, si trae fondos, será recibido institucionalmente”, reconocieron en el Poder Ejecutivo. El pedido de ATN del Ejecutivo asciende a 4.000 millones de pesos, suma que se ha solicitado para afrontar los daños que provocó el viento.