El intendente de Tunuyán, Martín Aveiro, transita su tercer y último mandato. Sin posibilidad de reelección, no descarta postularse a un cargo legislativo en las próximas elecciones aunque “no es una prioridad”. Sí tiene elegido un delfín para sucederlo: Emir Andraos, concejal del PJ. “Va a ser mucho mejor intendente que yo, porque está muy preparado”, dice confiado en que el peronismo logrará retener la comuna en 2023.
Recibe a Los Andes en el auditorio Jorge Raúl Silvano, ex intendente y con quien Aveiro empezó su actividad en el municipio. La recorrida se hace por cada rincón y no duda en decir que es una de las obras emblema de su gestión por la oferta cultural que propone y por cómo “le cambió la vida a la gente”.
Como vicepresidente del Partido Justicialista sentencia que el nuevo modelo de conducción, que encabeza Anabel Fernández Sagasti, será distinto a lo que ya se vio. “No va a ser el PJ de antes”, asegura. Y si bien el objetivo es el 2023, las legislativas “son muy importantes” porque un triunfo cortaría con una década de elecciones perdidas.
-Lleva nueve años al frente del municipio, ¿el 2020 fue el más difícil en su gestión debido a la pandemia?
-No, fue un año duro para la sociedad en su conjunto, de la cual soy parte. Pero de la gestión creo que el peor año fue el primero, el más duro. Fue muy difícil arrancar. Esto es como tener un hijo, que al principio no sabés cómo poner un pañal o cómo darle de comer y a las dos semanas sos un papá experimentado. Con la poca experiencia, 36 años, me sentía en un mundo difícil de acomodar en los primeros 5 o 6 meses, más allá de mi experiencia en la gestión provincial. El año de la pandemia fue socialmente difícil, pero con la misma intriga que teníamos todos. El día que apareció el primer caso en Tunuyán queríamos cerrar todo y seis meses después la encarás distinto. Yo ya tenía el albergue listo, como muchos intendentes, y gracias a Dios no se dió. El desafío fue atender las necesidades de la gente, en empleo, en llegar a fin de mes, remedios, alimentos. Pudimos pagar sueldos y hasta pudimos encarar obra pública, comprar vehículos para el departamento, que tiene todo propio y no alquila ni un tractor.
-La recaudación cayó en todos los municipios, ¿cuánto lo sufrió Tunuyán?
-Las cuentas están bien, incluso tenemos aprobados endeudamientos por el Concejo Deliberante que no se han utilizado. No sabíamos si íbamos a pagar el aguinaldo y en agosto reactivamos la obra pública. Es un municipio que hace casi todo por administración, tenemos un buen equipo de trabajo, hasta el último empleado municipal. Somos muy ordenados y el dinero lo volcamos en obras, no tenemos deudas.
-¿Terminará el mandato o salta antes a un cargo legislativo?
-No hay nada previsto. La importancia de todo esto es saber que si me toca ocupar otro lugar, siempre va a ser para trabajar en pos de Tunuyán o a quien más represente. No es una necesidad el cargo o a ver adónde salto. Quiero, como peronista que soy, que seamos gobierno provincial. Y voy a hacer todo lo posible para que lo seamos porque creo que se puede hacer mucho por cada rincón y tengo un sentimiento federal muy arraigado. Creo que los últimos gobiernos han estado en deuda con ese sentimiento federal de la provincia, en el desarrollo de las posibilidades y la igualdad.
-¿Se siente discriminado por los últimos gobiernos radicales?
- Si vos me preguntás qué obras quiero del Gobierno provincial, son agua, cloaca, gas y energía, que son las posibilidades para el desarrollo. Tenés 10 emprendimientos turísticos para abrir y no tenés capacidad energética para abastecer, por nombrar un ejemplo. De eso se tiene que encargar de verdad el Estado provincial, la gran obra de la gestión pasada fue el Parque Cívico. Hizo trabajos de municipalidad el Estado provincial, parecía que teníamos un intendente a cargo de la Gobernación, eso dejáselo al intendente de la Capital si querés embellecer. Queremos discutir muchas cosas. Si no nacés en el Gran Mendoza, no tenés chances de irte a estudiar sino es pagando otro alquiler, comida, más allá de que vayas a la universidad pública.
-El Gobierno de Cornejo inauguró muchas obras…
-Pero nada tuvo que ver con el desarrollo productivo de la región. Fue obra pública de estética para lo urbano, que es una tarea de los municipios. La UCR mostró un relato que no se trasladó en la gestión.
-Volvamos a lo electoral. ¿Le han ofrecido una candidatura legislativa para las próximas elecciones?
-Tenemos chances porque somos tres intendentes (Rigui en Lavalle y Emir Félix en San Rafael) que se nos vence (el mandato) en 2023. En este peronismo unido que hay en toda la provincia, en conjunto con Anabel y los intendentes y mucha gente que se está sumando todos los días, queremos ser gobierno.
-¿Se ve en la actividad legislativa?
-Me va a costar mucho, pero si me toca lo voy a usar para romper puertas, para conseguir cosas para la gente. Me veo en gestión, más allá del poder político en el que esté, entiendo lo que soy y en donde esté trabajaré para conseguir cosas.
-¿Quién decide el armado de las listas en el PJ?
-Hay una mesa de trabajo, más allá de que hay una conducción con Anabel a la cabeza y los intendentes. Hay una mesa donde se sientan todos los departamentos, va a haber un consenso. El peronismo está muy unido y era el principal desafío que teníamos después de las derrotas era rearmarnos como grupo, como equipo.
-Pero dentro del PJ conviven dos sectores: el peronismo más tradicional de los intendentes y el kirchnerismo, ¿se limaron esas asperezas?
-Entendimos que estábamos perdiendo mucho tiempo en la política, en la rosca, y se perdían votos porque no estábamos leyendo bien la necesidad de la sociedad. Entendimos que la necesidad no eran las listas, desaparecieron los sectores internos. El peronismo pasó a ser único, consolidado y con un solo objetivo que es trabajar por las necesidades de la gente. Anabel es una gran gestora, está todos los días hablando con los ministros buscando soluciones.
-¿Qué cedió cada uno?
-Es que no había que ceder nada.
-¿Egos?
-Creo que todos bajaron a la realidad y también lo de Anabel no se lo ganó con egos ni con rosca, se lo ganó en las urnas porque nos ganó en la interna. No la puso Cristina, se lo ganó democráticamente. El que gana conduce y encima es una gran gestora. Está sentada a la derecha del Presidente, no es sólo Cristina (Fernández de Kirchner). Es Cristina y Alberto (Fernández). Aprendió mucho en su candidatura a gobernadora, recorrió la provincia, se llenó un libro de necesidades y entendió las particularidades de cada pueblo.
-Llevan una larga sequía de triunfos en las urnas, ¿por qué cree que la gente no los eligió?
-Por malas decisiones nuestras y además la Gobernación va a atada a hacer buenas intendencias. No podés ganar sin una buena propuesta electoral en los departamentos.
-¿Entonces los intendentes serán la carta de presentación para mostrarse como alternativa?
-Sí, tranquilamente. Aunque el papel de Anabel es muy importante. Es cierto que lo que hay es un conjunto de cosas. Hay capacidad de política, de nexos, de gestión, juventud, que es clave. Y por otro lado tenés muestra de equipo de gobierno que en gestión le va bien.
-¿Cómo se achica la brecha con el radicalismo y, sobre todo, el rechazo al kirchnerismo que muestran las encuestas en Mendoza?
-Tenemos que ser inteligentes. A la gente no se la puede subestimar más allá de la comunicación que la UCR quiere establecer permanentemente hablando del kirchnerismo. Nosotros estamos más pendientes de otras cosas, Nadie reniega de nada. El PJ unido tiene claro que quiere gobernar en 2023. Al empresario queremos ayudarlo de verdad, no sólo en el almuerzo de las cámaras. Queremos que tenga energía, saneamiento, gas, conectividad para que sea más productivo y en eso es fundamental el nexo con políticas públicas.
-A Fernández Sagasti, ¿la perjudica o la beneficia estar tan cerca de Cristina Kirchner?
-Ni la beneficia ni la perjudica. Anabel tiene claro lo que quiere para Mendoza y eso es muy bueno. Ha crecido muchísimo en estos últimos meses y no tiene que ver con Cristina o Alberto, sino con el peronismo unido de Mendoza y cómo estamos enfocados en la problemática.
-Otros intenentes peronistas han dicho que tienen más diálogo con Suárez que con Cornejo. ¿Usted lo siente así?
-Sí, porque con Cornejo no hubo nunca diálogo en 4 años. Sólo nos llamaba cuando necesitaba endeudamiento. Con Suárez hay respeto mutuo y cada vez que he llamado o he ido, siempre hemos hablado bien. Es otro tipo de persona.
-Usted es el único intendente peronista del Valle de Uco, Soto y Scanio son oficialistas, ¿la convivencia es obligada o hay políticas en común?
-Hay políticas en común, esto de la basura es una, el turismo es otra, la marca Valle de Uco que nació con un fuerte proyecto del Prosap cuando yo estaba en Deportes en la gestión provincial. En políticas educativas también. Hay mucha relación y el nexo social es muy fuerte desde lo laboral, lo familiar, lo deportivo, gente que era de Vista Flores y vive en La Consulta, gente de Tupungato que se pone de novio con gente de Tunuyán (risas). La relación es buena, tenemos nuestras diferencias políticas bien marcadas, pero nos llevamos bien.
-¿Cuál es el legado que le gustaría dejar en Tunuyán?
-El saludo de la gente, sigo saliendo a la calle, haciendo las compras. Soy una persona que no tiene chofer, ando solo.
-¿Y en materia de obras?
-A Tunuyán le falta un estadio cubierto nuevo, la Costanera de punta a punta y el camino a Chile, que me faltan 30 kilómetros.