Es un año en el que, parece, ninguna decisión va a resultar sencilla dentro de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza. Por ello, sin bien se definió esta semana quién va a conducir el Consejo de la Magistratura durante los próximos dos años, la “grieta” volvió a decir presente: un sector del alto tribunal se abstuvo en la votación y dejó señales de disconformidad.
Hay algo claro. La elegida para conducir el organismo que selecciona los aspirantes a jueces en Mendoza durante los próximos dos años es María Teresa Day. Se trata de la ministra de la Corte más nueva: la postuló el gobernador Rodolfo Suárez y la aprobó el Senado en 2020.
La designación de Day como ministra estuvo marcada por una fuerte controversia en la Corte y en la política, ya que se discutió con intensidad si la ex coordinadora del Ministerio Público Fiscal cumplía o no con los requisitos necesarios para ser magistrada que dispone la Constitución.
Esa polémica quedó atrás hace tiempo, ya que un fallo de la propia Corte provincial la habilitó, al final, para ejercer el cargo. Pero ahora, Day fue protagonista de otro conflicto. Aunque la pelea en este caso excede a su figura y está relacionada con la puja de poder entre los sectores “filooficialista” y “filoopositor” de la Corte, que no da tregua.
Es el mismo tironeo que puso hace poco a la Corte al borde del colapso, por el proyecto que regulaba su funcionamiento. La iniciativa del Ejecutivo para eliminar el “fórum shopping” fue modificada por los propios ministros y sancionada por la Legislatura hace poco.
Pero renació la discordia. Esta vez, en concreto, los ministros opositores, que son minoría, al parecer no se oponían a que Day presidiera el Consejo de la Magistratura, pero sí querían negociar con el oficialismo un modelo de conducción que les asegurara participación a su referente en la designación de los jueces, o al menos de aquellos aspirantes de la materia penal.
Lo que se buscaba era el compromiso de que el ministro titular permitiría que el suplente ocupara su lugar en algunos casos, algo que ya han hecho ministros de signos políticos diferentes en el pasado.
Si había acuerdo en este punto, el elegido para ser suplente de Day en el Consejo de la Magistratura sería Omar Palermo. Pero como ese arreglo, que suponía compartir el control del organismo, no se produjo al final, los jueces filoperonistas prefirieron abstenerse y no poner al suplente.
Se entiende que Palermo quiera gravitar, dado que es uno de los ministros más críticos y ha apuntado contra el manejo actual del Consejo de la Magistratura.
“Quiero que nos demos una política en serio sobre el Consejo de la Magistratura, es lo que le está faltando a la Corte”, es la frase que viene repitiendo Palermo desde que se presentó en las comisiones de la Legislatura para tratar de frenar el proyecto del Ejecutivo para regular el alto tribunal.
En cualquier caso, la consecuencia del nuevo desencuentro interno de los supremos fue la siguiente: Day quedó consagrada como titular del Consejo, pero solo la votaron los cuatro votos de los ministros oficialistas. O sea, Dalmiro Garay (presidente), José Valerio, Pedro Lorente y la propia Day.
Los otros tres integrantes del alto tribunal, en tanto, dieron pruebas de que la grieta persiste, más allá de algunas poses de unidad para la foto que practicaron recientemente.
En efecto, Mario Adaro, Julio Gómez y Palermo, no acompañaron la decisión de darle la presidencia a Day, según informaron a Los Andes desde ese sector.
Sin acordada
La tensa definición de Day como titular del Consejo de la Magistratura para el periodo 2022-2024 tuvo como primer efecto que la elección, confirmada a Los Andes por tres fuentes, no pueda ser oficializada todavía por la Corte.
Desde el alto tribunal indicaron en este sentido que la decisión aún no ha sido firmada y que falta definir quién ocupará la vicepresidencia, o lo que en la estructura del Consejo figura como el representante “suplente” de la Corte en el organismo.
Para que la acordada respectiva sea emitida, primero alguien deberá ocupar ese puesto. En principio, todo indica que la vicepresidencia quedará en manos de Llorente, el ministro más veterano.
Tanto Day como Llorente pertenecen al sector “radical” de la Corte, con lo cual, la definición del número 1 y el número 2 no respondería a los equilibrios internos que el alto tribunal busca tener.
De hecho, hoy, el presidente y el vice son los ministros Valerio y Gómez, uno por cada sector interno. Ambos fueron elegidos en 2020 y sus mandatos caducarán cuando la Corte defina a sus sucesores.
Qué hace el Consejo
Básicamente, el Consejo de la Magistratura de la provincia tiene a su cargo la tarea de seleccionar y proponer al Poder Ejecutivo las ternas de aspirantes para el nombramiento de jueces y fiscales.
Luego, es el gobernador quien tiene la tarea de elegir a uno de cada terna. Ese pliego va al Senado provincial, que es el que en definitiva presta o no acuerdo para su designación por mayoría simple.
Si bien dos ministros de la Corte ocupan su conducción, como titular y suplente, el Consejo también tiene representantes del Poder Ejecutivo, del resto de los magistrados del Poder Judicial, del Colegio de Abogados de la provincia y de la Cámara de Diputados.
Por nombrar dos de ellos solamente, ocupan cargos allí el subsecretario de Justicia, Marcelo D´Agostino, quien controla la relación con los jueces desde el gobierno de Alfredo Cornejo; y el diputado líder de Protectora, José Luis Ramón.