Para evitar un fracaso que impactaría directamente sobre la vicepresidenta Cristina Kirchner, el oficialismo dio marcha atrás y postergó para la semana próxima la sesión prevista para este miércoles en el Senado con el fin de tratar la reforma del Consejo de la Magistratura, el órgano que selecciona y remueve jueces.
El Frente de Todos pospuso la votación del proyecto porque necesita asegurarse al menos dos adhesiones extra, ya que se requiere una mayoría absoluta de 37 votos. Las negociaciones con el rionegrino Alberto Weretilneck, el senador que podría destrabar el tema, se complicaron en las últimas horas.
El bloque volvió a convocar a las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Justicia para este martes a las 16, y de allí podría salir un nuevo dictamen con modificaciones. En rigor, los cambios podían introducirse directamente en el recinto, pero el oficialismo no quiere toparse con ningún imprevisto y eligió la vía de las comisiones.
La decisión no sorprendió a Juntos por el Cambio, que se abroqueló en contra del proyecto. En el interbloque hay dudas reglamentarias sobre si es posible avanzar con un segundo despacho, pero no dudan de que el Frente de Todos podrá imponer su criterio porque sí tiene mayoría en ambas comisiones.
Este golpe de timón acota el margen de acción del Congreso: la ley debe estar sancionada antes del 15 de abril, y si se aprueba la semana próxima, quedaría solo una semana para el tratamiento en la Cámara de Diputados, donde los números son todavía más ajustados. Si no se cumple con el plazo, existe el riesgo de que todos los actos del Consejo a partir del 16 sean considerados nulos.
En el Senado, las miradas apuntan de lleno a Weretilneck, que está enfrentado políticamente al ministro de Justicia, Martín Soria, y en las últimas horas endureció su postura de no acompañar si no le conceden los cambios que pide.
En un ida y vuelta con el ultrakirchnerista Oscar Parrilli, Weretilneck ofreció a última hora del lunes una “contrapuesta”, pero en su entorno advirtieron que no le concedieron “ningún cambio relevante”. Parrilli le pidió que, por lo menos, aporte al quórum. El rionegrino le dio su compromiso, pero “siempre y cuando el bloque junte los votos”.
Weretilneck reclama que para la elección y remoción de jueces se integre el Consejo con “consejeros regionales” del Norte, Sur, Centro y AMBA. Estos consejeros no cobrarían sueldo y solo intervendrían para la selección y enjuiciamiento de jueces. Sería una forma de darle mayor participación a las provincias en la toma de decisiones.
Originalmente, el senador también proponía que la Corte Suprema integrara el Consejo, pero está dispuesto a resignar ese cambio. Por el contrario, para Juntos por el Cambio es una cuestión innegociable: el máximo tribunal debe formar parte del organismo y presidirlo, como sucedía hasta 2006. Entre otras cosas, ese cambio le garantizaría a la Corte el manejo del presupuesto del Poder Judicial.
“La única forma de unificar un dictamen es incluir a la Corte. Ese es el tema de fondo”, señaló un senador de la oposición, que sospecha que “la pelea interna del Frente de Todos les complica avanzar hasta en las cosas más básicas”. “Arrancamos de cero a discutir una nueva ley”, aportó un colaborador.
Entre los senadores que habitualmente acompañan al oficialismo en las votaciones también están la misionera Magdalena Solari Quintana, que firmó el dictamen favorable; y la riojana Clara Vega, que según voceros se encuentra “consultando a juristas”. La senadora restante, la cordobesa Alejandra Vigo, ya anticipó su rechazo.