Los votos que perdió el PJ fueron a De Marchi y la verdadera segunda fuerza son los enojados

El oficialismo y el bloque opositor se mantuvieron inalterables en los porcentajes desde 2019. Cambia Mendoza repitió el 42% y el Frente Elegí más La Unión Mendocina reunieron el 35% que el PJ solo obtuvo aquel año. Pero todos perdieron votantes por la fuerte caída en la participación ciudadana y el crecimiento de los votos en blanco.

Los votos que perdió el PJ fueron a De Marchi y la verdadera segunda fuerza son los enojados
Guillermo Carmona, Omar Parisi y Omar de Marchi, cuando se encontraron en la Asamblea Legislativa el 1 de mayo. Foto: Orlando Pelichotti

Pasaron cuatro años y el electorado mendocino parece haberse mantenido inalterable. Casi como una foto. No se trata sólo de que el oficialismo de Cambia Mendoza repitió el porcentaje de las PASO de 2019. También el principal bloque opositor se mantuvo, aunque reconfigurado: la suma de los números del Frente Elegí y La Unión Mendocina del último domingo da la misma cifra que el peronismo obtuvo en 2019 en soledad.

El oficialismo reunió el 42,68% de los votos sumados sus dos precandidatos (Alfredo Cornejo y Luis Petri) hace cuatro días. El número es casi calcado del que cuatro años antes también había conseguido en las primarias de gobernador. Entonces fueron tres los postulantes (Rodolfo Suárez, Omar de Marchi y Fernando Armagnague) y juntaron 42,89%.

Cornejo terminó 3,5 puntos abajo de los 29,5 que había obtenido Suárez como precandidato. Mientras que el 16,73% de Petri supera el 13,43% que habían sumado De Marchi y Armagnague. La caída de uno y el crecimiento del otro puede expresar la mayor insatisfacción que tiene hoy el votante de Cambia Mendoza con el presente provincial, pero sin salirse del frente oficialista.

El dato, sin reparar en otras variables, muestra un frente consolidado, pese al paso de los años y las salidas de dos de sus figuras fuertes: Omar de Marchi y Daniel Orozco.

El peronismo había recolectado en 2019 35,64% de los votos en la interna en la que Anabel Fernández Sagasti derrotó a Alejandro Bermejo por unas décimas. Ahora, cayó estrepitosamente a 15,68% con cuatro precandidatos (Parisi, Carmona, Guillén y Guevara). Esos 20 puntos que le faltaron son casi los mismos que cosechó la fórmula De Marchi-Orozco: 20,29%.

El Frente Elegí perdió así en cuatro años el 56% de su participación electoral. Una catástrofe. Las urnas confirmaron el domingo las presunciones que empezaron a tejerse cuando se conformó La Unión Mendocina: el nuevo frente de macristas, radicales, peronistas y hasta kirchneristas se nutrió en parte de votantes del PJ, que optaron esta vez por quien percibieron como el principal opositor a Cornejo. Dejando de lado incluso que hasta hace tres meses era un acérrimo opositor al Gobierno nacional.

Por supuesto que no todo es tan lineal como pueden sugerir los números: ese 20% de De Marchi está conformado también por muchos de los que tradicionalmente lo han votado a él (principalmente en Luján) y por parte de los que en Las Heras lo hacían por Orozco. O sea ex votantes de Cambia Mendoza.

Cuando se pasa de los porcentajes a los valores absolutos, la foto sí se modifica. Oficialismo y oposición perdieron votos, aunque su participación en la torta electoral sea la misma y pese a que desde 2019 se incorporaron al padrón 82.654 electores.

Cambia Mendoza pasó de 449.683 a 421.369 sufragios. Lo del peronismo, ya se dijo, es una catástrofe electoral: cayó de 373.621 a 154.810. Sumando los 200.367 de La Unión Mendocina, también queda abajo de aquel dato de hace cuatro años.

Los otros dos jugadores de la elección (Protectora y FIT antes, Partido Verde y FIT ahora) reunieron no sólo menos votos sino también menos porcentaje que entonces.

Hay una sola razón para ello: fueron muchos menos electores a votar que hace cuatro años. La asistencia bajó de 74,56 a 66,32% y los ausentes crecieron de 357.702 a 501.376. Uno de cada tres faltó. Por eso, pese a que se incrementó el padrón votaron 61.000 personas menos que en 2019.

El bloque de los “desesperanzados” lo completan los votos en blanco: fueron 62.351 (6,31%), bastantes más que los 39.236 (3,74%) que en 2019. Los votos nulos también se multiplicaron por más de 3: pasaron de 19.037 (1,82%) a 61.949 (6,27%), aunque en este caso puede haber influido en algo el debut de la boleta única, que muchos no entendieron.

Así, esos mendocinos entre indiferentes, resignados y enojados que se sumaron el domingo a los desencantados de siempre son un mensaje para todos los frentes y candidatos. Ninguno los expresa. Y fueron la verdadera segunda fuerza.

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