La Asociación Empresaria Argentina (AEA) – la entidad que nuclea a los dueños y altos ejecutivos de las empresas más importantes del país- emitió un comunicado en el que planteó 12 iniciativas que la clase política debe abordar con urgencia, de cara a las elecciones generales de octubre.
Tras describir la prolongada crisis actual, con una Argentina como el país de peor desempeño entre sus vecinos, AEA advirtió lo que debería considerar la agenda política.
“En un año en el que se celebran elecciones de autoridades políticas que dirigirán los destinos del país, AEA quiere compartir con la sociedad su convicción más profunda: que el desarrollo económico y social de la Argentina depende de que puedan movilizarse plenamente las potencialidades y energías del sector privado”, detalló en el documento.
La organización agregó que las empresas son las principales generadoras de empleo, las que producen bienes y servicios y exportan generando divisas: “Son las empresas las que, junto con los ciudadanos, sostienen a través de impuestos el funcionamiento del Estado. Sin empresas no hay país”.
Los 12 puntos del documento de AEA
1) Respetar y fortalecer las instituciones de la República
•Todos los países exitosos han basado su desarrollo en instituciones sanas y fuertes. El desarrollo sostenido de nuestro país requiere un marco institucional y legal sólido y previsible, en todos los niveles de gobierno.
•El Poder Legislativo es un pilar fundamental del régimen republicano, y cumple un rol central en la articulación de consensos, tanto entre los partidos políticos como entre los diversos sectores de la sociedad civil. La experiencia de estos años muestra que esa articulación se ha deteriorado debido al clima de polarización y a los faccionalismos en las dirigencias.
•También es fundamental el rol que desempeña el Poder Judicial, y en particular, la Corte Suprema de Justicia. Este es garante de los derechos fundamentales establecidos por nuestra Constitución Nacional. Es preciso recuperar la atmósfera de convivencia y respeto hacia la administración de Justicia y en particular hacia la Corte Suprema. Debemos dejar atrás un estilo antagónico que, en definitiva, termina afectando el prestigio del Estado de Derecho.
2) Estabilizar la economía y equilibrar las cuentas públicas
•La regla de oro en el fortalecimiento de las instituciones económicas consiste en consolidar una macroeconomía estable y previsible, a través de la legitimidad de la moneda. Para eso hay que implementar políticas fiscales y monetarias consistentes.
•En el terreno fiscal, es imprescindible equilibrar las cuentas públicas deficitarias y la política monetaria debe estar a cargo de un Banco Central independiente, evitando la emisión. También deben adoptarse medidas orientadas a reducir la participación del gasto público en el PBI para fomentar el uso eficiente de los recursos.
•La inflación es un problema estrictamente macroeconómico. Un aumento general de los precios no es el resultado de la decisión puntual de unos pocos agentes económicos; sino el síntoma de graves desequilibrios macroeconómicos que impactan de modo generalizado y simultáneo en todos los sectores. En estos últimos años, la inflación ha vuelto a alcanzar niveles de extrema gravedad cuyas consecuencias las sufren en primer lugar los sectores más vulnerables.
3) Garantizar la previsibilidad y estabilidad de las reglas de juego
•El desenvolvimiento de los negocios en la Argentina, así como la puesta en marcha de proyectos de inversión requieren necesariamente un marco de previsibilidad y estabilidad de las reglas de juego.
•El derecho de propiedad de las empresas sobre su patrimonio y sus ganancias es fundamental para el desarrollo del país, ya que sin garantías a la propiedad privada no existen incentivos para realizar inversiones productivas. Ello se aplica, naturalmente, tanto a las compañías locales como a las extranjeras establecidas en el país.
•Las inversiones argentinas en el exterior son una parte principal de la proyección internacional de nuestro país. El desarrollo de la Argentina en el entorno global requiere contar con un núcleo de empresas nacionales de clase mundial. Esto exige, por parte de las empresas, un gran esfuerzo empresarial, y por parte del Estado, el compromiso de defender las inversiones argentinas en el exterior.
4) Reducir la muy elevada presión tributaria
•La presión tributaria sobre el sector formal ha crecido exponencialmente en las últimas décadas, muy por encima de la de otros países de la región y ha alcanzado un nivel elevadísimo.
•Es imprescindible reducirla, comenzando por los impuestos distorsivos. La evasión impositiva y la informalidad laboral deben ser erradicadas.
5) Reconocer y valorar el sentido de la rentabilidad y la inversión
•En un capitalismo moderno, la expectativa de rentabilidad es el motor de todas las inversiones productivas, de las mejoras en la productividad, de la innovación y el progreso tecnológico, de la creación de nuevas empresas y empleos y de la entrada de nuevos competidores en los mercados. Es también la contraprestación al esfuerzo que estas actividades requieren.
•Las inversiones productivas involucran riesgos, el llamado “riesgo empresario”, que se asumen con la aspiración a una rentabilidad, que finalmente puede no materializarse. Esta rentabilidad es por lo tanto legítima y absolutamente necesaria para motorizar un fuerte proceso inversor en la producción de bienes y servicios. Argentina tiene una muy baja tasa de inversión y es imperioso revertir esta performance.
6) Asegurar la libertad de precios en un marco competitivo
• Es fundamental preservar el sistema de libertad de precios en un marco competitivo en tanto establecen los incentivos y constituyen la fuente de información indispensable para el mejor uso de los recursos por parte de todos los actores económicos.
• La extensa experiencia histórica en el empleo de controles de precios por parte de los Gobiernos indica que estos son totalmente ineficaces para eliminar la inflación. En efecto, dicha manipulación discrecional de los precios agudiza las distorsiones de precios relativos en un contexto inflacionario, y genera fuertes desincentivos a la producción y a la inversión.
•Los precios son asimismo un fuerte determinante de la rentabilidad de las empresas. Su manipulación arbitraria genera incertidumbre para la actividad empresaria, e inhibe el planeamiento de nuevas inversiones productivas.
7) Crear y preservar empleos formales
•Para favorecer la creación y mantenimiento de los empleos en el sector privado formal es imprescindible adoptar todas las medidas que faciliten la incorporación de trabajadores por parte de las empresas.
•Ello requiere un diálogo con los diferentes actores sociales sobre la necesaria actualización de las normas laborales, teniendo en cuenta las muy variadas condiciones socio-económicas de la población y las disímiles realidades regionales y sectoriales.
8) Canalizar el ahorro nacional por el sistema financiero y el mercado de capitales
•Debe promoverse el aumento sostenido del ahorro de la población asegurando la estabilidad macroeconómica y el afianzamiento de la confianza en el orden jurídico como garante de los derechos de propiedad. Es prioritario fortalecer el sistema financiero que actualmente es muy pequeño comparado con otros países de ingreso equivalente, y desarrollar un mercado de capitales genuino.
•Debe preservarse la asignación de los fondos previsionales para resguardar un sistema de seguridad social estable y disponerse que una parte significativa de sus recursos se canalice al financiamiento de largo plazo del sector privado, tal como ocurre en otros países del mundo.
•Debe promoverse una activa reinserción de la Argentina en el sistema financiero internacional, de modo de acceder a los mercados de capitales en condiciones beneficiosas, tal como lo hacen los otros países de la región.
9) Impulsar las exportaciones
•Deben eliminarse las distorsiones y limitaciones en la actividad exportadora, así como aumentar genuinamente la competitividad de toda nuestra producción, de modo de fortalecer la capacidad de las empresas locales para defender sus posiciones en los mercados internacionales. Los impuestos que gravan las exportaciones son particularmente negativos para el crecimiento económico.
•La Argentina debe aumentar sus exportaciones y, particularmente, aquellas que involucran productos y servicios de mayor valor agregado, con más tecnología incorporada, diferenciados y, en lo posible, con marca propia. Para ello se debe avanzar en la remoción de todos aquellos factores distorsivos que dificultan la exportación.
10) Establecer marcos regulatorios que promuevan inversiones
•Para avanzar hacia un desarrollo federal más equilibrado, la Argentina requiere de importantes inversiones en infraestructura que reduzcan los elevados costos logísticos y vuelvan más competitivas las producciones regionales. El Estado debe favorecer la más plena participación de las empresas privadas en este campo.
•Ciertas áreas de actividad, particularmente aquellas que implican la realización de grandes proyectos con períodos largos de recuperación de la inversión, están regidas por marcos regulatorios específicos. Es esencial que las autoridades de los diversos niveles de Gobierno respeten a lo largo del tiempo las disposiciones incluidas en ellos brindando la necesaria certidumbre.
11) Garantizar una educación de calidad
•La educación es la base de la igualdad de oportunidades y al mismo tiempo la fuente última de nuestra competitividad como país. Debemos garantizar la inclusión de todos los niños y niñas, cualquiera sea el nivel de ingreso de sus familias, en un sistema educativo de alta calidad.
•Para esto, es necesario como primer paso, que todas las jurisdicciones educativas cumplan con los días de clases establecidos por ley y que, como sociedad, se garantice que ningún alumno termine la primaria sin saber leer, escribir y comprender textos ni sin saber hacer las operaciones matemáticas básicas para su edad.
12) Promover el diálogo entre la dirigencia política y la dirigencia empresarial
•Debe promoverse un ejercicio permanente e intenso de diálogo, estableciendo hábitos, prácticas y ámbitos institucionales orientados a tal fin. Todos los sectores deben hacer un esfuerzo genuino en tal sentido. En particular, debe desarrollarse intensamente el diálogo entre la dirigencia política y social y la dirigencia empresarial, ya que este es un elemento fundamental que ha distinguido a las experiencias más exitosas de desarrollo económico y social en todo el mundo. La amistad cívica debe prevalecer sobre una dialéctica hostil que tanta frustración ha generado durante largo tiempo.