El resultado electoral conseguido en la interna porteña de Juntos por el Cambio le permitió a Ricardo López Murphy ocupar el cuarto lugar en la lista de candidatos a diputados nacionales que encabeza María Eugenia Vidal. A su vez, el economista también fue el impulsor del sector liberal productivista que compitió dentro de Cambia Mendoza en las PASO del 12 de septiembre.
Entrevistado por Los Andes, el ex ministro de Economía de la Alianza dio su visión sobre el “castigo” electoral que recibió el Gobierno nacional en las primarias y la “catástrofe institucional” que se generó en los días posteriores con el enfrentamiento entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Asimismo, el líder de Republicanos Unidos asegura que hay una revalorización de las ideas de la libertad luego de la experiencia de “penitenciaria” que significó la “cuarentena eterna”.
Tras la repercusión nacional que tuvo la acción de las amigas macristas mendocinas autodenominadas “pelo de cocker planchado”, López Murphy anunció días atrás que va a ser fiscal en las generales del 14 de noviembre. Advirtió que la iniciativa busca movilizar a la militancia del espacio por la preocupación que le genera la limpieza de los próximos comicios, por la incorporación al Gabinete nacional de Juan Manzur y Aníbal Fernández.
-¿El Frente de Todos perdió la elección solo por la situación económica como dice el Gobierno?
-Creo que fue la política educativa, sanitaria, social y económica, pero también la política exterior, de defensa e institucional. Todo fue muy negativo y me parece que la conjunción de todo eso arrojó un balance que la sociedad castigó y que se veía venir. Todos creían que porque iban unidos no iba a pasar lo que los números marcaban, y al final pasó.
-¿A quién se castigó en las PASO?
-Creo que tanto Cristina, como Alberto, como Máximo y como Massa, todos ellos pagaron la cuenta. Ahora la novedad es que Cristina se ha hecho cargo y la derrota va a ser de Cristina, porque le removió al Presidente hasta su vocero, una cosa que nunca se ha visto. Le nombró el Jefe de Gabinete, le reestructuró el gobierno y se lo reestructuró al Gobernador de la Provincia de Buenos Aires también. Ahora la escudería que compite contra nosotros es la escudería Cristina y si la derrotamos, derrotaremos esencialmente a Cristina.
-¿Cree que la derrota del Gobierno puede ser aún mayor en las generales?
-Ellos van a una política híperpopulista insostenible, con problemas cambiarios muy peligrosos. Estamos en una situación de extrema fragilidad monetaria en el mercado de capitales y, por supuesto, en las reservas internacionales. Me parece absolutamente peligroso lo que están haciendo porque si a todos los problemas que tenemos le agregamos un evento cambiario, estaríamos en una situación muy delicada.
-¿El oficialismo puede revertir el resultado con las medidas anunciadas?
-Mi lógica es que el castigo fue muy grande y fue muy objetivo. Con posterioridad a la elección ocurrió una catástrofe institucional. Que los miembros de la bancada oficialista llamen al Presidente “mequetrefe”, “fantasma”, “payaso”, “okupa” y no pase nada... Me parece que eso es negativo siempre, porque revela unos problemas de gobernabilidad enormes.
-¿Cuál fue la clave de JXC para imponerse en las PASO?
-Me parece que hubo en la oposición un importante reconocimiento de los errores cometidos y un propósito de enmienda que muestra la ampliación de la coalición y un proceso de renovación de los cuadros muy significativos, sobre todo en los lugares donde había habido más problemas. Además de la idea de que se necesita una coalición inmensa, bien estructurada, con gobernanza, con respaldo popular y con un programa razonable que apunte a recuperar el sector privado, que ha sido contraído a niveles insólitos.
-¿En la interna entre “halcones y palomas” usted dónde se ubica?
-Nosotros no pertenecemos a esa categoría avícola, nosotros estamos en la categoría canina (risas). Tenemos una actitud de mucha firmeza frente al Gobierno pero la hemos tenido históricamente. Creemos en una política muy transparente, muy franca, no en el doble discurso, en ambigüedades o discursos vacíos de contenido. Creemos en enfrentar los problemas, no en postergarlos.
-¿Cómo analiza el desempeño de Republicanos Unidos en la interna de Cambia Mendoza?
-La lista que llevamos y la calidad de sus integrantes, las propuestas, la campaña enérgica que se hizo con medios menores que nuestros competidores fue muy valiosa. Hay un liderazgo ahí importante e interesante que va a expresar corrientes muy profundas de la sociedad mendocina. Mendoza tiene características diferenciales respecto del resto del país y se valora mucho la iniciativa privada y el espíritu emprendedor. Me parece que en ese contexto sociocultural y de valores, la propuesta de Republicanos Unidos tiene un espacio enorme para avanzar. Hay una necesidad histórica del sector emprendedor e innovador y de las pymes de tener un partido que represente a los que generan riqueza, a los que bancan al resto. Ese contexto de despertar de las ideas de la libertad explica el surgimiento.
-¿Por qué no confluyeron con otros espacios liberales mendocinos como el PD?
-No es que no intentamos. Buscamos durante un largo periodo hacer converger a todas las fuerzas. Me parece que finalmente prevaleció la idea de que el riesgo que corríamos con el kirchnerismo y sus desmesuras necesitaban una gran coalición de una gran densidad y envergadura, que pusiera freno al intento hegemónico y totalitario y además fuera capaz de ofrecer una alternativa de gobierno. Prevaleció esa interpretación sobre la más doctrinaria.
-¿Por qué decidió fiscalizar en las elecciones generales?
-Nadie desconoce la trayectoria de Manzur, se sabe que la tradición del modelo político tucumano ha sido muy mala. Yo tengo preocupación sobre cómo van a ser los comicios y la limpieza de los comicios. Creo que el liderazgo tiene que dar el ejemplo, esa fue mi intención. Yo soy candidato en la Capital Federal y ahí no veo riesgo, pero lo hago para que la gente nuestra se movilice sobre todo en el oeste y el sur del Gran Buenos Aires, que van a ser zonas muy críticas, como lo van a ser Tucumán, Formosa o Santiago del Estero. No nos vamos a quedar esperando en un salón vip, vamos a estar al frente de esa movilización. Republicanos Unidos es una agrupación que valora mucho estos incentivos morales, no es un partido amalgamado desde el poder. Era fundamental transmitirle a toda nuestra militancia que somos conscientes que con Mazur y con Aníbal Fernández la elección se va a complicar y que no están solos. Nosotros comprendemos la naturaleza del problema, no nos dormimos y no tenemos un optimismo infundado, sino que sabemos que a la libertad se la preserva cuidándola todos los días y en especial en los momentos en que está en riesgo.
-¿Cómo describiría la elección de Javier Milei que compitió con un armado propio?
-Me parece que hay una revalorización de las ideas de la libertad, después de pasar por una experiencia casi de penitenciaria con la cuarentena eterna y con las restricciones que enfrentamos. También hay en una fracción de la población, sobre todo en los barrios del sur de la Capital Federal, un rechazo al sistema y un enojo que no es fácil canalizarlo institucionalmente. Creo que el voto argumental más liberal vino con nosotros y él tuvo mucho voto en zona sur donde a nosotros no nos fue bien y son barrios de menores ingresos, eso refleja un enojo muy profundo.
-¿Hay un avance de la derecha liberal en Argentina?
-Hay un avance por la experiencia que ha vivido el país. La idea de un estatismo entrometido, que regula todas las cuestiones de la vida, que pone cepos, controles y prohibiciones por todos lados y produce un proceso de degradación de la vida colectiva, tiene un rechazo y eso se expresó.
-¿Argentina tendrá un presidente liberal en 2023?
-Va a haber casi con seguridad un programa muy inclinado a la libertad. Yo no veo otra forma de resolver los problemas de acumulación y crecimiento. El Estado está quebrado, no tiene ninguna posibilidad de liderar el proceso, no tiene recursos. Por otro lado, tenemos una fuga de empresas y empresarios al exterior formidable. Intentar un camino estatista a mí no me gustaría en ningún caso, a mí me gusta un esquema de fuerte peso de la sociedad civil y de la iniciativa privada. Ya es una cuestión de racionalidad seguir el programa de la libertad porque para el otro camino se necesitan recursos que no están disponibles porque tenemos 40 mil millones de dólares de déficit.
Ficha:
- Edad: 70 años
- Profesión: Economista
- Cargos: Ministro de Defensa 1999-2001; Ministro de Economía 2001