Armador de puentes con empresarios, impulsor de una agenda propia con eje en la clase media y protagonista del anuncio de un diálogo todavía incierto: Sergio Massa se hace camino en medio de la campaña electoral y juega a varias puntas para no perder el capital político que lo llevó a ser la llave de la victoria del Frente de Todos en 2019.
Después de mediar dentro de la alianza oficialista en los días más difíciles, el titular de Diputados buscó el visto bueno del presidente Alberto Fernández y la vice, Cristina Kirchner, para proponer un acuerdo postelectoral que terminó exponiendo diferencias entre el ala dura y moderada de Juntos por el Cambio.
El llamado al diálogo fue una forma de calentar motores para lo que viene: una Cámara baja donde el Frente de Todos puede quedar en desventaja para avanzar con leyes que miran a largo plazo, como las de hidrocarburos, agroindustria y movilidad sustentable. Y donde, además, el propio sillón de Massa podría ser disputado por la principal oposición.
Mientras tanto, el presidente de la Cámara baja no quiso quedar diluido entre los múltiples anuncios económicos y se aferró a dos proyectos de ley orientados al bolsillo. Uno de ellos fue la reconversión de los planes sociales en trabajo. Otro, un nuevo alivio fiscal a contribuyentes y entidades sin fines de lucro castigados por la pandemia.
Fernández implementó por decreto el “puente al empleo”, urgido por los tiempos electorales, pero en el equipo massista entienden que el proyecto “es complementario” y que seguirá su curso en el Congreso.
Sostienen cerca del tigrense que para regularizar las relaciones laborales precarias se necesita una ley, y que además el decreto necesita algunos agregados.
En tanto, el proyecto de alivio fiscal será tratado en el recinto el próximo martes, en la última sesión antes de las elecciones generales del 14 de noviembre. Se suma a las leyes ya sancionadas sobre cambios en el monotributo y en el impuesto a las Ganancias. Todas han sido propuestas por Massa, quien siguen tratando de ser el eslabón del Frente de Todos para llegar a la clase media.
Por fuera de la agenda parlamentaria, participa de rondas habituales y distendidas con empresarios, junto al jefe del bloque oficialista, Máximo Kirchner, y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro.
Trascendió que, recientemente, los tres se reunieron con Jorge Brito hijo (Banco Macro), Marcos Bulgheroni (Pan American Energy) y Francisco De Narváez (Walmart). “En una mesa, te sentás a proponer y a ceder”, es la idea con la que Massa asiste a esos encuentros.
El titular de Diputados también sigue de cerca la negociación del ministro Martín Guzmán con FMI, luego de su paso por Estados Unidos a mediados de junio.
Y acompañó a la distancia las gestiones del jefe de Gabinete, Juan Manzur, con empresarios e inversores de ese país. La relación con el tucumano es estrecha y tiene como nexo al legislador provincial Gerónimo Vargas Aignasse.
Las recorridas por la provincia de Buenos Aires para ayudar a revertir el resultado electoral también forman parte de la apretada agenda de Massa, casi siempre acompañado por el ministro de Transporte, Alexis Guerrera, su hombre en el Gabinete nacional. El objetivo son los dos millones de votos que el peronismo perdió en comparación a 2019.
En el almuerzo del viernes en Olivos junto al presidente, el gobernador Axel Kicillof, intendentes bonaerenses y parte del Gabinete, Massa planteó que, entre votos en blanco, fuerzas que no superaron el umbral de votos en las PASO y la caída de concurrencia en comparación con una elección promedio legislativa, hay “un 19,5% todavía en disputa”, con lo cual “es una elección que está abierta”.
El titular de Diputados camina la Primera Sección Electoral y se muestra con intendentes bajo dos premisas: escucha y gestión. En los últimos días estuvo en San Fernando y Pilar con Juan Andreotti y Federico Achával, y ya tiene agendado otro acto en Escobar. La idea de una “gira nacional”, por ahora, es descartada en su entorno.
Massa sigue los consejos de Antoni Gutiérrez-Rubí, el ideólogo de la campaña del “Sí”. Hace unas tres semanas, el asesor catalán fue presentado como estratega de la campaña del Frente de Todos -ahora Todos, a secas- en el Complejo Cultural C, en el barrio de Chacarita, que opera como comando de campaña.
Gutiérrez-Rubí comenzó a colaborar con el Frente Renovador en 2017 tras la experiencia de la alianza 1País, y dos años después creó para Massa el slogan de la “nueva mayoría”. Finalmente, Alberto y Cristina lo adoptaron como armador discursivo de toda la coalición en reemplazo de Juan Courel.
La consigna “la vida que queremos” quedó atrás: la instrucción de Rubí fue “salir del no”, después de un año de restricciones sanitarias. “Pasar de la prohibición a la libertad” a través de la escucha, la gestión y la movilización del voto, en ese orden. La narrativa está montada sobre los anuncios ministeriales “hechos a coro” y se opone al “basta” que expresa Juntos por el Cambio.