La provincia de Mendoza fue una de las nueve provincias del país que pudo cerrar con superávit financiero en los primeros meses de 2020, un momento en el que el país comenzaba a dar los primeros pasos para contener la llegada de la pandemia del coronavirus a nuestro territorio; y las jurisdicciones empezaron a aplicar ajustes para reorganizar el gasto público. Dos estudios privados analizaron los números de la provincia, en los cuales se logra visualizar el número positivo en un contexto que ha sido complejo en términos económicos.
Según un informe de la consultora Aerarium, la provincia gestionada por Rodolfo Suárez pudo pasar de un primer semestre de 2019 deficitario, a uno con superávit financiero.
Según el estudio, el resultado de las cuentas se explica en cuatro puntos importantes: la disminución de la obra pública, la renegociación de la deuda en dólares, el ajuste en salarios y también la recepción de recursos por parte de la Nación para afrontar la caída fenomenal que tendría en la mayor parte del 2020 en la recaudación, producto de la cuarentena estricta desde los meses de marzo en adelante.
La situación de las cuentas públicas del año pasado también lo refleja el informe Fiscal (2010-2020) que realizó el Consejo Empresario Mendocino (CEM), que analiza los primeros nueve meses de 2020.
En el estudio del CEM, la evolución del resultado operativo de enero a septiembre del 2020, se observa en primer lugar, un ahorro corriente (recursos corrientes menos erogaciones corrientes) por $8.066 millones; mientras que el resultado operativo (ingresos totales menos egresos totales) fue superavitario en $5.578 millones.
Los datos de los dos estudios surgen también en un contexto complicadísimo en todo el país. En 2020 el Estado nacional cerró con el déficit fiscal más elevado en los últimos 45 años: el déficit primario ascendió a un número con muchos ceros: $1,749 billones, equivalentes a 6,5 puntos porcentuales del PBI.
En tanto, respecto a la recaudación de Mendoza, también hubo una baja “sin precedentes” en todo el 2020, con una disminución acumulada que en términos reales alcanzó el 14% para los ingresos de tributarios provinciales y del 2% para la coparticipación federal de impuestos y regímenes especiales nacionales.
Ajuste pandémico
En el acumulado del primer semestre del 2019, Mendoza tuvo un déficit de $122 millones; mientras que, en la misma etapa del 2020, el resultado fue un superávit de $5.459 millones. En este sentido, el informe nacional de la Consultora Aerarium, destaca a Mendoza y otras tres provincias que lograron pasar de déficit a superávit, tales como Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
Guillermo Giussi, director de la consultora, sostuvo a Ámbito Financiero que la pandemia obligó a reducir el gasto por parte de los gobernadores, y que el coronavirus “tuvo buen timing porque si se hubiera producido en junio con todas las paritarias adentro hubiera sido mucho más alto el gasto en personal”, sostuvo.
De hecho, en Mendoza en 2020 no hubo subas salariales, lo que ha repercutido en la relación de tres gremios con el Gobierno, quienes no aceptaron el aumento ofrecido en paritarias para 2021; es el caso del Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE), que tuvo aumento por decreto; Judiciales y la Unión Personal de Juegos y Casinos de Mendoza; sobre quienes se espera también la suba mediante un decreto.
El consultor señaló que otro ajuste importante fue en la obra pública, en la cual “prácticamente no hubo ejecución en el primer trimestre, y en el segundo subió un poco, pero cerró el primer semestre casi 45% abajo, ajustado por IPC”, agrupando a todas las provincias.
En este punto, Mendoza tuvo una caída de un 32,6% en términos reales comparando el primer semestre del 2019 y del 2020, en lo que corresponde a gastos de capital. El informe establece que, en esa etapa del 2019, los gastos correspondieron a $6.287 millones; mientras que en 2020 fueron de $6.345, un número similar, que lógicamente es menor en términos reales producto de la inflación.
Sobre las obras públicas, hay que indicar que siguieron en construcción en 2020 aquellas que se están realizando mediante préstamos (como lo es la refuncionalización de la ruta 82, con un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo) así como las que eran del sector de la Salud.
La resolución 65/2020 del ministerio de Infraestructura, establecía la paralización el 20 de marzo del año pasado de toda la obra pública, en medio de la emergencia económica de Mendoza, a excepción de las vinculadas con los hospitales Central y Schestakow, hasta el fin de dicha emergencia, publicada anteriormente.
No obstante, para este 2021 la provincia intenta reactivar la construcción, gracias en parte a un acuerdo que tuvo con la oposición para acceder al endeudamiento, así también con otro tipo de obras de PPP (participación Público-Privada), como es el caso de las viviendas.
Pero, por otro lado, Giussi señaló también que “el otro driver que ayudó en muchas provincias, como Buenos Aires, Río Negro o Mendoza, fue que incumplieron con los servicios de deuda”, con “crecimiento nulo en términos nominales del pago de intereses”.
En este sentido, la provincia comenzó a renegociar el bono de U$S 500 millones en mayo, mes en el que no pagó una cuota por U$S 25 millones, que terminó entrando en la restructuración de su deuda.
En el informe se destaca además lo que finalmente se comprobaría en el acumulado 2020, que es la discriminación de Mendoza en lo que respecta a recepción de transferencias discrecionales por parte de la Nación. En el primer semestre Mendoza recibió $3.340 millones, lo que corresponde a $1.678 por habitante, es decir un 53% menor que el promedio, que fue de $3.540 por persona.