La Argentina está sin embajador nada menos que en China, su principal socio comercial después de Brasil. Quien ocupaba el cargo, Luis María Kreckler, fue echado de manera intempestiva en la Nochebuena, según fuentes oficiales, y su traslado de regreso a Buenos Aires se confirmará en las próximas horas con un decreto presidencial.
Sobre la salida de Kreckler, un diplomático de carrera, hay versiones encontradas. En el Poder Ejecutivo se lo atribuyen a la demora en las negociaciones para la adquisición de vacunas chinas contra la Covid-19 y a que no reportaba sus acciones a la Cancillería sino que se salteaba al jefe del área, Felipe Solá, e informaba directamente al Ministerio de Salud y al secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz.
Además, en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto le achacan haberse tomado vacaciones en las playas de Hainan, un centro turístico muy solicitado por la alta burguesía china y por los extranjeros, aunque Kreckler lo niega, según indicó el diario Clarín, que, sin embargo, confirmó que había pedido licencia para tomarse unos días.
El problema es que las supuestas vacaciones de Kreckler se produjeron, si es cierta esta versión, justo en momentos en que la Argentina negocia con China y precisa la llegada de millones de dosis de vacunas contra el nuevo coronavirus, SARS-CoV-2.
El Gobierno, justamente, hizo saber que venía exigiéndole al embajador que acelerara las negociaciones para comprar varios millones de dosis de las vacunas de las empresas chinas Sinovac y Sinopharm Group.
El despido de Kreckler, según publicó la agencia Noticias Argentinas (NA), fue decidido por el propio presidente Alberto Fernández y consensuado con la vicepresidenta Cristina Kirchner y el canciller Solá.
Una vez que se emita la orden desplazamiento, Kreckler tendrá 45 días para mudarse de Pekín a Buenos Aires. Cada vacuna china está cotizada en 20 dólares y recién estaría disponible comercialmente para fines de marzo del año próximo.
“Chivo expiatorio”
Tras conocerse la noticia, el antecesor de Kreckler durante la presidencia de Mauricio Macri, Diego Guelar, afirmó que el desplazamiento es “un chivo expiatorio del fracaso” de la gestión de Solá.
En diálogo con el programa “Crónica de una Tarde Anunciada”, que conduce Nelson Castro por Radio Rivadavia, Guelar, que también es diplomático de carrera, opinó que la decisión de separar a Kreckler de su puesto no obedece a una “mala gestión de una embajada” que estaba a su cargo sino a “una inconsistencia del poder Ejecutivo en política exterior”.
Guelar, de esta manera, puso en duda las versiones sobre la supuesta falta de eficacia de Kreckler para cerrar la negociación comercial con China a fin de comprar la vacuna contra el coronavirus, que se fabrica en ese país asiático.
Para Guelar, existe una “falta de rumbo” en la política interna del Gobierno, lo cual repercute en la política exterior.
“El embajador [Kreckler] llegó en agosto, se instala en un destino prioritario y en diciembre se lo retira. No es un gesto de una política exterior con un socio creciente y principal socio comercial”, cuestionó el exembajador en China.
En este sentido, indicó que no debería descuidarse el vínculo diplomático con una potencia como China, al que calificó como un “socio muy importante”, que colaboró al principio de la pandemia con insumos y equipamiento sanitario.
Kreckler es un diplomático de larga trayectoria. Según el diario Clarín, había llegado a Pekín con cierto aval político de Cristina Kirchner, a quien conoce desde hace años. Había representado al Estado argentino en Alemania y Suiza, en la gestión de Macri, y antes, había cumplido funciones en Brasil.