Juicio a Bento: un imputado ratificó que pagó coimas y desmintió a dos “arrepentidos”

Javier Santos Ortega salió al cruce de los abogados Martín Ríos y Matías Aramayo. Aseguró que la presunta banda encabezada por Bento le pidió 1 millón de dólares y pagó gran parte, después de vender departamentos. Uno de ellos a una empleada del Juzgado.

Juicio a Bento: un imputado ratificó que pagó coimas y desmintió a dos “arrepentidos”
El abogado Martín Ríos Foto: Orlando Pelichotti

El megajuicio contra Walter Bento tuvo un nuevo cimbronazo este jueves, con la declaración explosiva de un imputado por soborno, Javier Santos Ortega decidió prestar indagatoria, sin el aval de sus abogados, y arremetió contra el giro testimonial que los abogados Martín Ríos y Matías Aramayo (antes arrepentidos) plantearon en las audiencias recientes.

El imputado ratificó los dichos que vertió durante la Instrucción y afirmó que la banda encabezada por el exjuez lo presionó para que le pagara 1 millón de dólares para “limpiarle” una causa por contrabando agravado en el año 2019, en la que también fue imputado su sobrino y socio Juan Carlos Molina.

Ante el Tribunal Oral Federal N° 2, Santos Ortega leyó un escrito que escribió “a las 4 de la mañana” de este jueves y desmintió a los abogados, sindicados como miembros de la asociación ilícita, que denunciaron haber sido extorsionados por el fiscal Dante Vega para colaborar como arrepentidos en la causa contra Bento.

Vale decir que, en su indagatoria, el abogado Ríos -quién lo defendió en esa causa de contrabando- negó haberle solicitado una coima a Ortega para lograr su excarcelación. Además, comentó que este tenía una supuesta deuda con Aliaga y él oficiaba de intermediario porque le tenía “miedo”. Hoy el sobornador se encargó de desmentir ambas declaraciones.

Santos Ortega mencionó a varios de los principales integrantes de la banda en su escrito y sostuvo: “El juez Bento le decía a Diego Aliaga, a Aramayo y a Martín Ríos que yo tenía que poner 1 millón de dólares y me quedaba limpio”.

Además, manifestó que cuando se produce la desaparición del despachante de aduanas (sindicado como mano derecha del exjuez) en el año 2020, temió que se revelara el arreglo espurio que tenía con ellos. “Cuando desapareció Aliaga tenía mucho miedo que se descubriera esto, del juez Bento. Iba cada dos días y le decía a Aramayo y Ríos, que iba a pasar. Ellos me decían que Ortego iba a tener problemas, no nosotros”, sostuvo.

“Ríos y Aramayo decían que yo debía plata a Diego Aliga. Totalmente mentira. Le compré mercadería en 2017, hice ese negocio con él y nunca más. Le pagué y no le quedé debiendo ni un dólar. Así que es mentira que le debía, como dicen”, contraatacó Ortega.

Y afirmó el pago de la coima, que los abogados desconocieron como tal, aunque la foto del papel forme parte del expediente. “Yo pagué para salir 300 mil dólares. Yo tenía un papel escrito con lapicera verde por Martín Ríos y lo rompí cuando mataron a Diego Aliaga. Yo, lo que dije en mi declaración es pura verdad. No mentí en nada”, aseguró.

Ortega y su sobrino Juan Carlos Molina fueron detenidos en 2019, cuando allanaron un depósito en Maipú, donde se secuestró un millonario cargamento de ropa y zapatillas deportivas que habían ingresado de forma ilegal al país, vía Chile y que fueron valuadas en unos 200 millones de pesos.

En su testimonio de hoy, el imputado confirmó que le pagó 150 mil dólares a Ortego para que su sobrino obtuviera la libertad, en principio. En total llegó a entregarle a la banda $720 mil dólares del millón que pedían, producto de la venta de cuatro departamentos, manifestó.

En ese sentido, se refirió a la sospechosa venta de un inmueble que se ventiló en el debate el 19 de octubre del año pasado. La empleada del Juzgado Federal que encabezaba Bento, Carolina Bartolini, le compró un departamento en calle Avellaneda de la Quinta Sección a Juan Carlos Molina el 17 de agosto de 2019 (dos meses después de su excarcelación). Ortega señaló que la venta de ese departamento, fue pergeniada y utilizada por la banda para presionarlo por el pago total de la coima.

“En primer lugar la señora Bartolini, cuando hizo las órdenes de allanamiento, yo le alquilaba los departamentos donde ella vivía. Ella trabajaba en el Juzgado, era secretaria del juez Bento. Después de meses decidió comprarme el departamento y le preguntó al juez Bento si estaba en condiciones para comprarlo. El juez Bento le contestó que lo comprara”, sostuvo para complicar aún más al exjuez.

Y agregó: “Me mandaban a decir con Diego Aliaga, que no me hiciera el pelotudo y cuando pagaran, esa plata tenía que ir para el doctor juez Bento”.

En su declaración, Ortega también involucró al extitular de la Aduana, Javier Ruggero, a quién señaló que le pidió personalmente 100 mil dólares para que no lo allanaran. “Mi causa estaba armada”, sostuvo.

Tres días antes del allanamiento, un día de lluvia, yo estaba cargando la camioneta solo. Un pedido en el galpón y estaba el portón abierto. Apareció un señor con traje y se presentaba como Javier Ruggero, de la Afip. Yo me senté en la compuerta de la camioneta y lo escuché”, manifestó.

Y agregó: “El me dijo que me iban a allanar y tenía que poner 100 mil dólares para salvar la situación. Yo le dije que no tenía ese dinero. Me pareció que era un chantaje de un ciruja y cuando se fue, me asomé y andaba en una camioneta blanca. Si no me creen, el galpón de al lado tenía cámaras”. Afirmó que lo reconoció cuando declaró como testigo en el juicio.

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