Este lunes 26 de febrero se reanudó el megajuicio por presuntas coimas en la Justicia Federal mendocina, en el cual el principal imputado es el exjuez federal Walter Bento. En esta ocasión, entre otros testigos, declaró el policía Osvaldo Araujo quien estaba a cargo del allanamiento de la ostentosa casa de la familia en el barrio Palmares, de Godoy Cruz.
El 5 de mayo de 2021, dos móviles sin identificación se presentaron en la entrada de este barrio para informar que tenían una orden de allanamiento, nada más y nada menos que para la familia Bento. En cuestión de minutos, según el relato, ya estaban dentro de la casa. Al preguntar por los residentes, quien trabajaba con la familia desde hacía mucho tiempo en la limpieza de la casa les informó a los policías que estaban durmiendo. Araujo, al subir, los despertó.
Fue en ese momento cuando, por pedido escrito en la orden de allanamiento, el subcomisario les pidió a Bento y a Marta Isabel Boiza, esposa de Bento, los celulares de trabajo o personales. En ese momento, el entonces Juez Federal acusó que los celulares estaban en posesión de su abogado.
“Insistí tres veces en que me diera el teléfono. La última a pedido de mi superior, cuando me dijo que Bento estaba de guardia y por ende debería tener su teléfono”, recordó Araujo. Pero explicó que, a pesar de mostrarse colaborativo, Bento volvió a decir que no lo tenía. A lo cual se procedió a una requisa al matrimonio, y efectivamente, no tenían en su posesión los dispositivos móviles. Hasta el día de hoy, la Justicia no tiene el teléfono del exjuez.
LA CASA DE BENTO
Al ser el encargado del allanamiento de la morada. Araujo brindó una extensa explicación de los lujos con los que vivía la familia Bento. Desde un principio aclaró que varias cosas le llamaban la atención. “Apenas entras hay una puerta gigante que llama mucho la atención”.
“Entramos por el garaje. Tenían cuatro vehículos. Una camioneta y un auto marca Audi, una Amarok y una Hilux”, detalló el subcomisario sobre sus primeros pasos dentro de la casa del ex Juez Federal.
Otra cosa que resaltó en su testimonio es que “habían cinco bicicletas muy caras colgadas en el garaje en una especie de repisa. Yo hago ciclismo y puedo dar fe de que eran muy caras. Una de ellas, marca Scott, que hoy en día debe valer más de 3 millones de pesos, el resto eran también mountain bike pero no recuerdo las marcas”.
“En un rincón de la cochera, había una especie de puerta blindex en una esquina. La otra cara de esta puerta daba a la habitación de Bento y su esposa. Dentro del cubículo formado por estas dos puertas, se encontraba una estatua de acero de más de dos metros, muy imponente”, detalló Araujo.
Luego, pasó a describir el piso superior de la casa. “Había un gimnasio moderno con máquinas totalmente nuevas”, explicó, y luego contó que en la planta superior también estaba el dormitorio de uno de los tres hijos: “Era un dormitorio normal, pero con una silla gamer y objetos adaptados al mundo del gaming”. Cuando describió los demás dormitorios de los hijos, dijo que no tenían mucho más en especial.
En la planta de abajo estaba el dormitorio de Bento. “Tenía el baño y un vestidor que estaba lleno de ropa, muchos trajes, camisas y zapatos de todo tipo. Había prendas mayormente de masculino, pero no recuerdo si había otro en otra parte. Lo que si quedé impresionado con la cantidad de cosas”, explicó el encargado de la inspección judicial.
Además, detalló que la casa tenía una cava donde guardaban más de 50 vinos. “Todas las paredes estaban revestidas de madera, vinos y copas”, señaló al respecto. Al principio, detalló que para él tenía un tamaño aproximado de ocho metros por tres. Bento ha dicho en el juicio que no consume alcohol. Luego, cuando le mostraron el video de la requisa, recordó que era mucho más grande.
El patio de la casa Bento, según el subcomisario Araujo, estaba conformado por una piscina y un quincho.
Araujo comentó que contó cuántos televisores tenía la casa de Bento. “Tenían nueve televisores, los conté; solo uno era utilizado a modo de monitoreo de las cámaras de seguridad. Incluso el gimnasio y la cava tenían uno cada uno”.
TESTIMONIO DE UN SEGURIDAD DEL DALVIAN
Quien también declaró fue Gustavo Bastías, un policía retirado que actualmente ejerce como director de la cooperativa encargada de la custodia integral de la seguridad del barrio Dalvian.
Los hijos de Diego Aliaga, presuntamente uno de los organizadores de la “banda” liderada por Bento, están bajo la atención de los fiscales. Uno de ellos es Juan Ignacio Aliaga Lottero, el hijo mayor, quien actualmente cumple una probation por falso testimonio al negar los vínculos de su padre con miembros de la “banda” de Bento.
Bastías fue interrogado por el fiscal Dante Vega sobre si la familia Aliaga-Lottero vivía en el barrio Dalvian y la cantidad de vehículos registrados. Al respecto confirmó que residían allí: “No sé la cantidad de casas que tienen, pero si la señora Lottero y uno de sus hijos residían en el domicilio, en la casa 65″. A lo que especificó la cantidad de vehículos registrados de dicha familia.
Entonces, explicó el contenido del informe que se le solicitó a la cooperativa encargada de la seguridad del barrio Dalvian, referido a los movimientos de vehículos, con especial atención en los ingresos y egresos de Juan Ignacio, el hijo mayor. Según su declaración, la familia Aliaga-Lottero utilizaba varios vehículos registrados que estaban dentro de un sistema especial, mediante un dispositivo electrónico, que registraba los vehículos de los propietarios.
Según estos registros, la familia no había registrado una camioneta Amarok gris que supuestamente sería propiedad de Bento, de la cual sí hay registro de su ingreso al barrio Dalvian.
Bastías, en concordancia con el informe, confirmó que se registraron ingresos a nombre de Juan Ignacio Aliaga Lottero con dicho vehículo, el cual, vale aclarar, no contaba con el distintivo del sistema electrónico de la barrera para propietarios, y por eso entraba por la puerta de visitas.
“Es correcto, hay seis registros de ingresos de Juan Ignacio Aliaga Bottero, con un automóvil patente PKF 325″, confirmó el testigo.
Además, aclaró que en ninguno de los seis registros Aliaga hijo mayor tenía acompañante. “Si todos los ocupantes del vehículo quedan registrados. Si en el informe no se ha consignado acompañante es porque ha ido solo”, explicó Bastías.
EL ALLANAMIENTO
Luego de este testimonio, se sentó en la silla de los testigos, Rodrigo Carrizo, oficial principal perteneciente a la división de delitos económicos, quien participó en el allanamiento de la casa de Bento en el barrio Palmares en mayo de 2021.
Al respecto, comentó que su función se limitó a ser el nexo entre el personal de requisa y la persona encargada de librar el acta. Detalló que el ingreso al barrio y la posterior entrada al domicilio fue totalmente normal y que estaba el matrimonio, dos hijos y una empleada (quien abrió la puerta), y que el comportamiento de todos fue normal y colaborativo.
La fiscalía corroboró los conocimientos que tenía Carrizo sobre la morada, mencionó al menos cuatro habitaciones, un gimnasio, dos garages y un subsuelo. Al respecto dijo que vio dos vehículos, una camioneta y cinco bicicletas mountain bike; a lo cual mencionó que nada le llamó la atención, que era algo esperable en una casa en un barrio privado.
Sobre la requisa informó que se sustrajeron dos teléfonos celulares (explicó que para él no estaban en funcionamiento), una computadora portátil, un ordenador y dinero en efectivo.
DECLARARÁ WALTER BENTO
Este lunes 26 de febrero se reanudó el megajuicio por presuntas coimas en la Justicia Federal mendocina, donde el principal imputado es el exjuez federal Walter Bento. En esta ocasión, presta testimonio de Gustavo Bastías, un policía retirado que actualmente ejerce como director técnico de la Cooperativa de Trabajo Sarpol Limitada, encargada de la custodia integral de la seguridad del barrio Dalvian.
Entre lunes y miércoles, se espera el testimonio de Bento que se viene postergando desde fin de año. También de uno de los hijos del ex despachante de aduanas asesinado Diego Aliaga.
Diego Aliaga “junior” será obligado a declarar y, tal como adelantó Los Andes, podrían llevarlo a tribunales con la fuerza pública.
También hablarán Martín Ríos y Javier Angeletti, abogados que están imputados en la causa. En el caso de Ríos, es uno de los arrepentidos de la causa.