Con la etapa testimonial a punto de concluir en el megajuicio a Walter Bento, varios imputados que se mantuvieron en silencio hasta ahora, hacen uso de su declaración indagatoria. Tal es el caso de Walter Bardinella Donoso, acusado como miembro de la presunta asociación ilícita liderada por el exjuez.
El hombre cursa desde 2022 una condena de 12 años de prisión por narcotráfico y cuando fue detenido, dos años antes, la información de su celular secuestrado resultó clave para la instrucción de la causa Bento. La Fiscalía descubrió los contactos que mantenía con el fallecido Diego Aliaga, el abogado Luciano Ortego y otros imputados, vinculados a operaciones espurias en la justicia federal.
Bardinella intentó desligarse de las maniobras descubiertas, señalando que se encargaba de “gestiones” que el despachante de aduanas no quería llevar adelante. Es decir, deslizó que existía una sociedad entre ellos y respondía órdenes que le daba para sus negocios. También negó haber sido “informante de la policía” y haber conocido esa faceta oculta de Aliaga.
En la audiencia de este miércoles, primero descartó algún beneficio por parte de Bento: “Es muy gracioso tener que venir a aclarar beneficios que no tuve. Yo fui condenado a 12 años por culpa de Bento. Me hicieron tres pericias de voz y un reconocimiento. Todo negativo”, dijo.
“Fui a juicio y me condenaron a 12 años. ¿Cuál es el cohecho? Todo me negó. Domiciliaria negada. Excarcelación, negada. El reconocimiento negativo de personas, también. Tres pericias de voz me hicieron y me condenaron igual. Hubo una falta de mérito y me la dio otro juez, en justa razón. Ya tendría que estar sobreseído”, se defendió ante el Tribunal Oral Federal N° 2.
La Fiscalía lo acusa de recibir esa falta de mérito, a cambio de haber “traído” a la banda al contrabandista Eugenio Nasi para pagar otra coima.
También evitó referirse de las comprometedoras charlas que mantuvo con el abogado Ortego (acusado como organizador de la banda), ya que aseguró que eran “confidenciales” porque se trataba de su supuesto defensor. “En este juicio me enteré que no era mi abogado”, dijo.
En tanto, sobre Aliaga, explicó que él le prometía beneficios que nunca cumplió mientras estuvo prófugo: “Nunca tuve contacto en la justicia federal. El único que boqueaba que tenía arreglo en el federal era el Diego Aliaga”.
“Yo estaba chocho, porque él tenía plata, vivía en Palmares. Hacíamos negocios, le vendía autos. Encima lo cuidaba porque había garcado a medio Mendoza. Y así pasó un año, hablando desde 2019 al 6 de marzo de 2020… Que mañana, que pasado… Y no me dieron nada. Llevo 5 años preso”, dijo para defenderse.
Luego indicó que “nunca” fue informante de la policía y sus charlas con el comisario Gabriel Moschetti (sindicado como miembro de la banda también), se dieron por presuntas delegaciones de Aliaga.
“Yo nunca fui informante de la policía, ni de Moschetti, ni nadie. Lo atendía yo porque el Diego no quería hablar. Él era un personaje. ´Yo, a este gil no lo quiero atender´, me decía. Y así tenía el teléfono de un montón de sus contactos”, señaló sorpresivamente.
“´Gestioname esto, gestioname aquello´… Y yo se lo gestionaba. Ni siquiera sabía que él era informante. Si hubiese sabido, ni a dos metros lo hubiera tenido”, completó.