En las próximas elecciones, miles de jóvenes mendocinos tendrán la posibilidad de elegir por primera vez quién quieren que dirija el destino del país. En el programa Los Andes Streaming “Más vivos que nunca” estuvieron tres de ellos: Santiago Pedone (17 años), Milagros Philippens (19 años) e Ignacio Lucero (17 años).
Todos coincidieron en algo puntual: quieren un cambio. Pero no a medias, uno radical. Y señalaron que el cambio más importante que quieren es primero económico y luego los cambios sociales, educativos y culturales. Santiago en un momento se animo a lanzar “que se vayan todos”. Otro dato curioso es el impacto que tuvieron los dos debates presidenciales en la juventud. Milagros comentó: “yo iba a votar a Bullrich hasta que la escuché y es impresentable”.
Milagros y Santiago coincidieron en que lo que define su voto es la economía, mientras que Ignacion dijo que la educación es más importante.
“Milei representa el odio que todos tenemos a los políticos”, lanzó Ignacio. Sin embargo, lo acompañó con un “no le creo del todo, me basta con que cambie pero sé que hay cosas que no puede llevar a cabo”. A esto último se refirió Nacho: “no va a llevar a cabo la dolarización, en este momento, porque no puede, pero confío en que lo lleve a cabo en los próximos años”.
A pesar de la confianza que tienen en Milei en el aspecto económico, los chicos hablaron del sistema “bimonetario” que propone Patricia Bullrich y que lo prefieren antes que la dolarización.
Las formas de los políticos, aunque algunos tengan como estrategia la violencia hacia el otro, la realidad es que a la juventud le choca la estrategia de comunicación de los candidatos: “es contraproducente que quieran todo el tiempo someter al otro, no se siente que tengan ganas de hacer algo bueno para el país”, dijo Milagros en referencia al eufórico candidato libertario.
Temas sociales que preocupan a los jóvenes
El punto en común fue que ninguno acepta las propuestas de los candidatos tal y cómo la escuchan y, por el contrario, tienen un pensamiento crítico hacia algunas propuestas descabelladas como puede llegar a ser el caso de la libre portación de armas. Los chicos criticaron esta medida y dijeron que prefieren que sea regulado por el Estado y “que se necesiten test psicológicos, exámenes y que no exista la posibilidad de ir a un supermercado y comprarte un arma”. “Que no se permita la portación irrestricta por las calles como en Estados Unidos”, agregaron.
Aún continúa muy fuerte el debate acerca de la interrupción voluntaria del embarazo en los jóvenes. “Si no te cuidaste, si no usaste el método anticonceptivo que deberías haber utilizado, yo creo que no deber ser legal”, dijo Ignacio. Por el contrario, la voz femenina de la mesa defendió el derecho a decidir: “yo creo que si no existe el deseo por parte de la mujer de tener el hijo debería poder acceder al aborto”.
Un fenómeno social que se ve cada vez más en los jóvenes es el papel que juegan los padres a la hora de votar a un candidato u opinar sobre un tema social: “yo escucho la opinión de mi familia, pero tengo mis propias opiniones que, en algunos casos, contradice a la que tienen mis padres”, coincidieron los tres invitados. En un tono empoderado Santiago agregó: “yo difiero en gran parte con mi familia y todo lo que aprendí fue investigando por mi cuenta”.
Educación sexual integral (ESI)
La educación sexual integral en las escuelas es un tema que preocupa a los jóvenes que aún están en la secundaria, y es un tema que “los políticos no abordan muy bien”, coincidió la mesa en pleno. En este apartado tuvo lugar la primera disidencia. Mili que hizo su secundaria (egresó el año pasado) en el Colegio Universitario Central (CUC) dijo que “la ESI en mi escuela fue buena, pero no suficiente”, y agregó: “debería ser una materia obligatoria en todas las escuelas”.
“En los primeros años te enseñan las partes de tu cuerpo, cómo cuidarlas y los límites que deben existir al momento de relacionarse con un adulto. Pero a medida que avanzamos, en los últimos años se iba acercando más a la práctica sexual, que tiene que dejar de ser tabú”, expresó.
Santi fue quien se posicionó en contra: “Yo tuve ESI, pero probablemente fue financiada por los impuestos de los chicos pobres que no tienen acceso a la educación y que tienen que estar pagando sueldos, charlas y debates que no les interesa o a los cuales no acceden”. “Hay gente que trabaja y paga impuestos y financia la universidad pública de los demás, cuando nunca en su vida pudo pisar un establecimiento educativo superior y le tiene que financiar la universidad a gente más pudiente”, agregó.
Aunque no está en contra de la ESI como tal, sino que cree que “no es el momento para dar ESI, hay gente que está muerta en las calles y hay que ocuparse de ello”, cerró Santi. Nacho, que fue a la misma escuela que su compañero varón, aclaró que “solo tuvimos ESI en el primer año y fue una charla muy breve, creo que deberíamos tener más clases sobre el tema”, y señaló el papel que juegan las series audiovisuales: “Sex Education explica muy bien todo”.
Los jóvenes que se quieren ir del país
Justo se dio la particularidad de que Mili se va del país. Con 19 años decidió que las oportunidades que quería para su vida, las iba a encontrar en el viejo continente: “Yo me voy en marzo, dejo mi sueño que es estudiar nutrición para poder vivir mejor”, y agregó: “No iba a hacer todo el trámite de homologación en el país que quiero ir (España). Acepto tener que sacrificar lo que deseo con tal de vivir en el primer mundo, que es donde creo que voy a tener mejores oportunidades”.
“En mi grupo de amigos y en los círculos que me muevo veo que los chicos ya no tienen confianza en el país. El que tiene la posibilidad de irse, se va”, sentenció Santi. Nacho compartió el pesimismo de sus compañeros: “incluso si gana el candidato que yo quiero, nos va a seguir yendo mal. Se necesitan, al menos, 15 años para cambiar el país. Para vivir mejor necesitamos copiar a otros países como Chile y Uruguay que están mejores que nosotros”.
Las formas de los políticos
Los tres participantes coincidieron que utilizan los medios de comunicación para informarse de las propuestas de los candidatos. Santi y Mili le dieron mayor valor a los diarios como mecanismo para estar informado sobre los fenómenos políticos y Nacho agregó a las redes sociales.
Santi mantuvo su tono tajante y escéptico frente a la posibilidad de que los políticos se acerquen a las escuelas para brindar información sobre sus propuestas: “mientras más lejos estén de la educación, mejor”, la solución que propone es que sea obligatorio una materia de “pensamiento crítico”, pero señalo que no debe retraerse únicamente a la política sino a abordar temas más amplios como la filosofía.
Además, se refirió al tono de la campaña y cómo ésta les influye negativamente a la hora de llegar a los que recién se inician en el voto democrático: “de Néstor para acá todos los candidatos han basado su comunicación en gritos y desagravios”, y cree que lo mejor que pueden hacer los políticos es presentar propuestas y dejar el “show”: “tienen que tener campañas más relacionadas a la lógica y no tanto a lo emocional”.
Mili defendió a los colegios de la universidad y señaló el valor informativo que tienen algunas charlas: “en el CUC, recientemente, hicimos el debate de los candidatos a gobernadores y nos ayudó a ver cómo se comportan los políticos”, en referencia al comportamiento durante el debate, en el cual Omar de Marchi tuvo un exabrupto con un profesor del CUC, “eso nos hizo ver cómo en verdad son”.
“Los debates nos permiten ver si los candidatos tienen ideas de las cosas que les preguntamos, muchas veces nos pasó que les preguntamos algo y no saben que responder”, cerró Mili.
La situación es distinto para el caso de Nacho que va a una escuela de San Martín: “en el colegio no se habla de política, y si hablas te dicen que está mal hacerlo” y compartió la opinión de Santi con respecto a una cátedra para hablar de política: “mucha gente vota mal, porque no sabe de política y tampoco sabe las propuestas de los candidatos”.
Qué le hace falta a la política
Muchas veces los candidatos se expresan sobre cuestiones que no interpelan a los sectores jóvenes, y logran el efecto contrario al utilizar de forma desmedida las redes sociales. Durante la conversación surgió el tema de cómo los políticos usan esta nueva vía de comunicación: “me dan verguenza cuando los veo en tiktok”, compartieron los tres. Aunque Nacho señaló que, si fuera jefe de campaña de un político, se centraría mucho en las redes sociales. “Hoy muchos votan a un candidato por sobre otro porque ven fragmentos de discursos en las redes sociales”.
Mili señaló que hoy en día faltan propuestas concretas para los jóvenes: “quiero un político que se centre en brindarle el primer empleo a los jóvenes. Me gustaría que nos brinden oportunidades laborales mientras estamos estudiando en la secundaria”. Santi, por otro lado, dijo que para llegar al sector juvenil se debe ser “un anti sistema y apuntar a los temas en los que la vieja política fracasó”.
Nacho habló de que hoy es necesario “cambiar el sistema educativo” y que se deben enseñar temas que ayuden a la persona a insertarse en el mercado laboral: “no nos enseñan a armar un curriculum vitae, cómo abrir una cuenta en un banco, ni como sacar una tarjeta de crédito, entre muchas otras cosas que un político debería proponer en tema educativo”.do