El outsider liberal Javier Milei consiguió el domingo una arrasadora victoria sobre su rival, el peronista Sergio Massa, y se convirtió así en el próximo Presidente de una Argentina que parece haber iniciado el camino hacia una nueva era en la que predominan las incógnitas, sobre todo por el dramático escenario económico y social.
“Hoy comienza la reconstrucción de Argentina”, prometió Milei al celebrar su victoria en su búnker de campaña, instalado en el Hotel Libertador de la Capital Federal. El postulante de La Libertad Avanza (LLA) cosechó más del 55,6% (14.465.577 votos), mientras que Massa quedó con el 44,3% (11.505.612 votos), según la información que brindó la Cámara nacional Electoral con el 99,18% de las mesas escrutadas.
Milei le sacó más de 11 puntos de ventaja a un Massa que parecía correr con ventaja tras haber dado vuelta el resultado en las generales. Duplicó su caudal de votos desde aquel 22 de octubre, mientras que su rival de Unión por la Patria sumó cerca de 2 millones de votos.
Los guarismos indican que el referente de LLA sumó más de 6 millones de voluntades, universo comparable al que acompañó a la postulante de Juntos por el Cambio Patricia Bullrich en la primera ronda. El bastión de su triunfo fue la provincia de Córdoba, donde alcanzó más del 74% (1.637.147 de votos).
Pero también consiguió un triunfo contundente en Mendoza (71,1%) y se impuso en la mayoría de los distritos provinciales, salvo en Santiago del Estero, Formosa y Buenos Aires. En el territorio bonaerense liderado por el kirchnerista Axel Kicillof, Milei quedó a un paso del triunfo: duplicó el resultado de las generales y sacó el 49,2% mientras que Massa sumó apenas 694 mil sufragios y ganó con el 50,7%.
“Quiero agradecerle muy especialmente al presidente (Mauricio) Macri y a la señora Bullrich que desinteresadamente, en un acto de grandeza como no se ha visto nunca en la historia argentina, pusieron el cuerpo para defender el cambio que la Argentina necesita”, dijo Milei atento al pacto que selló con el fundador del PRO y la ex candidata a presidente de JPC tras las elecciones generales y con el que reforzó su convocatoria para ponerle fin al kirchnerismo.
La victoria de Milei, que será el décimo mandatario en sentarse en el sillón de Rivadavia desde el regreso de la democracia, supone un cambio de paradigma para la política en todo su espectro y el correr de los días expondrá cómo queda lo que supo ser JPC y qué sucede con un peronismo vapuleado y con un kirchnerismo recluido en la provincia de Buenos Aires.
Los resultados del domingo catapultaron a Mauricio Macri como uno de los grandes ganadores. El ex Presidente se aventuró con su apuesta por el libertario, duramente cuestionada por sus otrora socios radicales.
Atento a los desafíos que afrontará su elegido, el fundador del PRO ratificó el domingo su pedido para respaldarlo. “El nuevo gobierno de Milei necesitará apoyo, confianza y paciencia de todos nosotros. Lo que vaya a pasar dependerá de su gestión y de la convicción que mantengamos los argentinos de no ceder ante la lucha que significará cambiar de verdad. Nos espera un futuro espectacular, de crecimiento, trabajo, estudio y libertad”, afirmó.
“No hay dudas de que hoy comienza una época. Eso nos da esperanza. Pero las responsabilidades del desastre económico producido por el gobierno actual, especialmente por la gestión de Massa, no pueden ser exoneradas tan fácilmente cuando entregan un país quebrado. No podemos aceptar en silencio que el culpable se despida como salvador”, advirtió.
Con el 55,6% Milei sumó más voluntades que Cristina Kirchner en su mejor momento, cuando logró la reelección en 2011. Pero el amplio triunfo contrasta, en principio, con el poder que tendrá para garantizar su gobernabilidad. A saber, será uno de los Presidentes con menos representación en el Poder Legislativo, donde tendrá apenas 38 diputados y 7 senadores (ni un tercio de las cámaras) y su éxito dependerá de la negociación política, tal vez el talón de Aquiles para alguien que propone terminar con la casta.
“Desde mañana la responsabilidad, la tarea de dar certezas, de transmitirle garantías sobre el funcionamiento político social y económico de la Argentina es responsabilidad del nuevo presidente, del presidente electo y esperamos que así lo haga”, advirtió Massa al reconocer la derrota, antes de que se conozcan los resultados oficiales.
El candidato de UP reveló además que se iniciaron gestiones con el presidente Alberto Fernández para garantizar la transición. El extenso proceso electoral y la coyuntura del país instalaron una dramática cuenta regresiva porque en tres semanas, Milei deberá asumir el control del Estado nacional.
“Soy un hombre de la democracia, y nada valoro más que el veredicto popular. Confío en que mañana mismo podamos empezar a trabajar con Javier Milei para garantizar una transición ordenada”, confirmó el presidente Fernández con un mensaje en sus redes sociales.
Atento a los desafíos urgentes y a las dudas respecto a su capacidad para construir los puentes necesarios para gestionar, Milei aprovechó su primer discurso para convocar a “todos los dirigentes políticos, a todos aquellos que quieran sumarse a la nueva Argentina”. “No importa de dónde vengan, no importa qué hayan hecho antes, no importa qué diferencias tengamos, estoy seguro que es más importante lo que nos une que lo que nos separa, porque eso es lo que va a hacer que pongamos de pie a la Patria y volvamos a ser una potencia”, completó.
Pero también alertó que se avecinan tiempos complejos. “Que se entienda bien, la situación de Argentina es crítica. Los cambios que nuestro país necesita son drásticos, no hay lugar para gradualismo, no hay lugar para la tibieza, no hay lugar para medias tintas. Si no avanzamos rápido con los cambios estructurales que la Argentina necesita, nos dirigimos derecho a la peor crisis de toda nuestra historia”, apuntó.
Los números dan cuenta del drama. La pobreza alcanzó a más del 40% de la población y los problemas irresueltos vinculados a la inflación, a la falta de dólares, y a la situación del déficit fiscal amenazan con agravar el escenario.
La solución que propone Milei también fue el elemento que alimentó el temor. El libertario aseguró que implementará un ajuste fiscal incluso superior al que reclama el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ese es su denominado plan “motosierra” que, aclara, afectará solamente los recursos de la política.
“Sabemos que hay gente que se va a resistir, sabemos que hay gente que quiere mantener este sistema de privilegios para algunos y que empobrece a la mayoría de los argentinos. A todos ellos quiero decirles lo siguiente, dentro de la ley todo, fuera de la ley nada. En esta nueva Argentina no hay lugar para los violentos, no hay lugar para los que violan la ley para defender sus privilegios. Vamos a ser implacables con aquellos que quieran utilizar la fuerza para defender sus privilegios. Al gobierno queremos pedirles que sean responsables, que entiendan que ha llegado una nueva Argentina y que actúen en consecuencia, que se hagan cargo de su responsabilidad hasta el final del mandato”, dijo el presidente electo.
La transición será compleja, más allá de las expresiones de buena voluntad, y los próximos días también serán claves para que Milei envíe señales de fortaleza y de previsibilidad, con sus palabras y también con los nombres de quienes serán sus laderos en el gobierno.