La situación de la seguridad en Mendoza ofrece al menos dos caras. En un aspecto se ha mejorado, pero en otro se empeora. De acuerdo con las últimas cifras oficiales del Ministerio Público Fiscal, los hechos graves (homicidios y robos agravados) bajaron, como viene ocurriendo desde hace varios años. Sin embargo, en contraste, los delitos considerados “menores” (asaltos sin armas, robos de vehículos y hurtos), han aumentado entre 2021 y 2022, en algunos casos, en forma considerable.
La estadística muestra que en enero y febrero de este año la cantidad de homicidios se redujo casi a la mitad respecto del mismo periodo de 2021. Hubo 7 en el primer mes del año y 7 en el segundo, o sea, 14 en total. En cambio, en esta categoría, el saldo fue de 24 víctimas fatales en toda la provincia (15 en enero y 9 en febrero) a comienzos del año pasado.
Del mismo modo, los robos con armas que han ocurrido entre enero y febrero de 2022 representan cerca del 50 por ciento de los que hubo en el mismo tramo del año anterior. El conteo oficial señala que se produjeron 828 casos en Mendoza a comienzos de 2021 (425 en enero y 403 en febrero). Pero hasta fines de enero de este año habían bajado a 429 casos (235 en enero 134 en febrero).
Desde fines de 2015, la política en materia de seguridad se encuentra orientada, precisamente, a reducir los hechos más graves, en particular, el robo con armas. Para ello se endureció el régimen de prisión preventiva durante el gobierno de Alfredo Cornejo, por ejemplo.
En este sentido, los índices generados a partir de las denuncias de las víctimas ante la Justicia provincial muestran que, a pesar de que parece haber crecido la sensación de desprotección en Mendoza, hay cada vez menos delitos de los considerados más graves.
Pero también hay una mitad del vaso que luce medio vacía.
MÁS DELITOS “MENORES”
La comparación en otras categorías del delito no es tan buena como la presentada hasta aquí. Por ejemplo, en los primeros dos meses de 2021, en la primera circunscripción judicial, que abarca el área metropolitana (Capital, Godoy Cruz, Las Heras, Guaymallén, Luján, Maipú y Lavalle), hubo un total de 1.896 robos simples. En cambio, en el mismo periodo de 2022, se produjeron y/o denunciaron 2.189 hechos de este tipo. O sea que los robos simples no bajaron, sino que aumentaron en el área más poblada de Mendoza, por arriba del 15 por ciento.
En cuanto a la sustracción de vehículos, el incremento es más importante aún. Entre robos y hurtos de vehículos (la diferencia entre uno y otro radica en si hubo o no violencia en el robo), entre enero y febrero de 2021 se denunciaron 574 hechos en el área metropolitana. En cambio, en los primeros dos meses de 2022, se registraron 760 hechos. O sea que, en la categoría de los vehículos, la suba de robos ha sido de más del 30 por ciento.
La estadística se vuelve más negativa en el caso de los robos agravados sin armas. En esta categoría se agrupa una amplia diversidad de delitos, entre los cuales se incluyen los “robos con escalamiento”, que es cuando alguien salta la pared para asaltar en una propiedad.
En los primeros dos meses del 2021 se denunciaron en el área metropolitana 192 casos en total. No obstante, entre enero y febrero de 2022, ya se han registrado 337 hechos (172 en enero y 165 en febrero). La suba ronda el 75%, según los números del Ministerio Público Fiscal.
En efecto, la categoría de los robos agravados sin armas es uno de los que más ha proliferado luego de la cuarentena sanitaria que encerró hasta a los delincuentes. El Ministerio de Seguridad también lo ha detectado a través de las llamadas al 911 de la Policía. Reconocen en ese ámbito que el robo de celulares en la vía pública es uno de los que más ha aumentado.
LA REACCIÓN DE LA JUSTICIA Y EL GOBIERNO
Aunque la población ha quedado sensibilizada luego de una seguidilla de hechos trágicos, en especial, el de Emiliano Fernández, el trabajador al que mataron esta semana de un piedrazo para robarle la bicicleta, el Procurador General de la provincia, Alejandro Gullé, desdramatiza el cuadro general de la provincia.
El jefe de los fiscales cree, en base a los números, que la situación no es seria, porque sigue bajando la cantidad de casos graves, y resalta la importancia de la prisión preventiva como “herramienta útil” cuando hay “peligrosidad” en los delitos.
Gullé asegura que los fiscales tienen hasta siete audiencias diarias y que atienden la mayoría de los casos que reciben, a pesar de que faltan investigadores. También habla de un trabajo coordinado con el Ministerio de Seguridad que conduce Raúl Levrino.
Sin embargo, el Procurador aclaró esta semana que la prevención del delito no es su tarea y que tiene vínculos solamente con un sector de la Policía: el área de Investigaciones, que es la que trabaja en el esclarecimiento de los delitos.
Consultado por Los Andes, Gullé habló también del caso del asesino del trabajador de Cuyo Placas, Héctor “Pitay” Maravilla, quien tenía antecedentes delictivos.
“¿Por qué estaba suelto? Porque tenía dos causas absolutamente excarcelables y no hay juez en el mundo que lo deje preso por eso, ya que si tuviéramos que dejar presas a las personas con este tipo de delitos, necesitaríamos tener una cárcel para cincuenta mil personas”, advirtió el Procurador.
En el Ministerio de Seguridad, no obstante, creen que había elementos para que la Justicia mantuviera preso a “Pitay” antes del brutal crimen que cometió.
La polémica se extiende y hay quienes señalan en la Justicia que la pulseada entre “garantistas” y “mano dura” continúa. En este sentido, hay que recordar que las medidas solicitadas por los fiscales son revisadas por jueces de garantías que las pueden “dar vuelta”.
En tanto, en un análisis global, desde el Ministerio de Seguridad argumentan que “la situación económica” es la razón del aumento de algunos tipos de delitos en Mendoza y reiteran que esperaban que esto ocurriera en la pospandemia. “Se está ejecutando un plan, por eso el impacto en la inseguridad demoró más de lo pensado”, aclaran.
Para funcionarios de esta área, la clave para mejorar la situación consiste en “hacer más eficiente a cada policía con tecnología, equipamiento, cámaras e inteligencia”, y dicen que esto incide más que un eventual aumento de la cantidad de efectivos que salen a la calle.
En la cartera que conduce Levrino también respondieron por qué en medio del aumento de hechos no se incrementa el personal policial para tratar de prevenirlos: “La cantidad de policías está condicionada por la capacitación y las exigencias. No se trata de armar a una persona que no cumple los requisitos”, afirmaron.