El 100% de los accionistas de Impsa votó a favor de la emisión de nuevas acciones por un valor total de U$S20 millones y decidió no ejercer su derecho de preferencia por lo que los títulos serán ofrecidos al Gobierno de Mendoza y al Gobierno Nacional, quienes ya mostraron claras intenciones para adquirirlos.
La oferta será presentada formalmente en los próximos días, pero la posibilidad de participar activamente en una de las empresas de tecnología energética más grandes del país despertó el interés inmediato del Estado Provincial. “En principio me parece razonable que Mendoza participe en la capitalización de Impsa, dado que es una empresa de tecnología de punta. Ahora habrá que estudiar los detalles. Lo iremos viendo los días siguientes”, sostuvo el ministro de Economía de Mendoza, Enrique Vaquié.
En el mismo tono, también fuentes del Gobierno Nacional consultadas por Los Andes confirmaron que hay interés por hacer un aporte financiero para que la empresa pueda dejar atrás la crisis y fortalezca sus procesos productivos. De hecho, revelaron que ya hay un preacuerdo entre el Ministerio de Desarrollo Productivo, el Gobierno Provincial y la empresa, con apoyo de la Unión Obrera Metalúrgica, para que la Nación se convierta en accionista.
Según las fuentes consultadas, la idea es que el Estado Nacional haga un aporte de capital en la sociedad a través del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (Fondep), dado que la compañía es considerada por el Gobierno como una “empresa estratégica para el desarrollo nacional”.
Desde el punto de vista técnico, el ministerio de Desarrollo Productivo que conduce Matías Kulfas fue habilitado por el presidente Alberto Fernández para avanzar con esta iniciativa a través del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 122/2021 publicado en el Boletín Oficial el pasado 21 de febrero. El artículo sexto de ese DNU –emitido en el marco de la emergencia económica y sanitarita- indica que la instrumentación de estos aportes implicará la emisión de acciones por parte de la compañía destinataria (como está haciendo Impsa) para su suscripción e integración.
En la normativa, el Gobierno modificó los alcances del Fondep ampliando los posibles destinatarios, tipos de financiamiento a otorgar (como el que dará a Impsa) y el destino del fondo creado originalmente en 2014. Por otro lado, el Gobierno consideró en el DNU que el Fondep debe contribuir al aumento del consumo de bienes o servicios de origen nacional o con componentes nacionales, siempre que ello implique un impulso a los productores de bienes o prestadores de servicios nacionales.
No está previsto que participan en la compra de acciones ni la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) ni el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE). De todas formas, este último ya es accionista por las acreencias que quedaron a su favor en la reestructuración de deuda de Impsa.
Quedará por ver si tras las compras de estos títulos Impsa finalmente queda con la mayoría de participación estatal en su composición.
El detalle de la operación
A través de un comunicado enviado a la Comisión Nacional de Valores, Fabián D’Aiello, responsable de Relaciones con el Mercado de Impsa, brindó algunos detalles de cómo será la capitalización de la empresa.
En primer lugar, el representante de la compañía detalló que el objetivo es lograr un aumento de capital de hasta $1.817.200.000, es decir el equivalente en pesos de 20 millones de dólares, según la cotización actual del Banco Nación. Eso se logrará con la emisión de 1.817.200.000 nuevas acciones ordinarias nominativas no endosables de la Sociedad correspondientes a una nueva “Clase C” de acciones, con derecho a un voto por acción y de valor nominal de $1 cada una.
Por otro lado, la emisión de acciones implicará la realización de una reforma integral del Estatuto Social de la compañía. La modificación contemplará la creación de la Clase C de acciones y aumentará a siete el número de directores titulares, de los cuales cuatro serán elegidos por la mencionada clase C (incluyendo presidente y vicepresidente), dos por la clase A y uno por la clase B.
El objetivo de largo plazo
Impsa lleva adelante un proceso de reestructuración de deuda desde 2014, cuando una empresa “hermana” brasileña entró en convocatoria de acreedores e Impsa debió asumir deuda garantizada de más de USD850 millones, teniendo que reestructurar pasivos por USD1.200 millones, lo que derivó en la cesión por parte de Enrique Pescarmona del 65% de las acciones a los acreedores. Asi la familia fundadora quedó bajo la figura de un fideicomiso con el 35% de las acciones. El otro 65% se repartió entre los bancos Nación, Bice, BID, Export Development Canada, Corporación Andina de Fomento y un grupo de bonistas.
En 2020 comenzó un nuevo “Plan de Recomposición de Estructura de Capital”. Así en noviembre de 2020 logró cerrar la aprobación del canje de la deuda existente a condiciones sustentables para la compañía, de unos U$S560 millones por nuevas Obligaciones Negociables con oferta pública y privada, un nuevo bono internacional y nuevos préstamos. En esta reestructuración de deuda se incluyó la mejora en los plazos de pago, con vencimientos para intereses para 2025 y de capital para 2028 y una clara rebaja en las tasas en dólares pasando de 8,5% al 1,5%.
Carlos Fernández, CEO de Impsa, compartió su análisis sobre la decisión tomada por los accionistas. “Con la concreción de esta capitalización cumpliríamos con los principales objetivos del Plan de Recomposición de Estructura de Capital”, declaró.
“De esta manera la empresa logrará una posición económica-financiera que le permitirá preservar años de inversión en tecnología para la industria nacional. Además, podrá permanecer como referente internacional en materia de energía para la exportación de productos de alto valor agregado”, apuntó.
¿En qué trabaja Impsa?
Actualmente, Impsa está ejecutando contratos para centrales hidroeléctricas, nucleares, eólicas y solares, como así también equipamientos para la industria del petróleo y gas.
También está diseñando y fabricando las nuevas turbinas de la Central Hidroeléctrica de Yacyretá, los aerogeneradores del Parque Arauco (La Rioja), equipamientos para la Central Hidroeléctrica El Tambolar (San Juan) y equipamientos para YPF.
A eso se suma la fabricación del primer reactor nuclear argentino para generación de energía, el Carem, uno de sus principales trabajos. A su vez, tiene previsto competir este año para llevar a cabo proyectos en Latinoamérica, Estados Unidos, India y el sudeste de Asia.