El Poder Legislativo es la caja de resonancia de la sociedad, allí los representantes del pueblo opinan, discuten y sostienen los valores por los que llegaron a ocupar una banca. Pero la verdad es que la voz queda restringida a pocos legisladores -en general a las autoridades-, algunos tienen pocas intervenciones y otros no han emitido comentario desde que las sesiones son virtuales.
Según un análisis que hizo Los Andes de los diarios de sesiones de ambas cámaras, haciendo un corte desde el 20 de marzo al día de hoy, hay cuatro legisladoras radicales que no han dicho ni una palabra durante los debates.
Se trata de la diputada Carolina Lencinas, y las senadoras María Cecilia Cannizzo, Anabel Rocca y Laura Contreras. Las tres primeras entraron a la Legislatura tras las elecciones del año pasado y Contreras en 2018.
La diputada Lencinas fue concejal de La Paz durante el último mandato de Gustavo Pinto y el de su reemplazante, Diego Guzmán.
Cannizo trabajó en la parte de prensa de la delegación Sur del Ministerio de Salud, una activa colaboradora de Abel Freidenberg, ex candidato a intendente de San Rafael por el Frente Cambia Mendoza.
Por su parte, Rocca es una militante de Las Heras cercana al espacio del presidente del Tribunal de Cuentas, Néstor Parés.
Contreras es de Tupungato y trabaja en conjunto con la senadora Gladys Ruiz. Los últimos meses del año pasado, tuvo mucha visibilidad por su proyecto para darles prioridad en los hospitales y centros de salud a las personas con trastornos del espectro autista.
Hay un grupo de legisladores que ha intervenido en muy pocas sesiones. De las 27 sesiones sobre tablas que se hicieron en la cámara baja desde que empezó la pandemia, Claudia Bassin (UCR), Gustavo Ruiz (UCR), Hebe Casado (Pro), Sandra Astudillo (UCR), José Orts (UCR), Carlos Sosa (PJ), Néstor Márquez (PJ) y Edgardo González (PJ) hablaron sólo en dos o tres sesiones.
En el Senado tuvieron intervenciones sólo en tres sesiones los radicales: Lucas Quesada, Gabriela Testa y Gladys Ruiz.
Quién tiene el micrófono
Por reglamento interno de ambas cámaras, los presidentes de bloque son los encargados de cerrar los debates. Expresan la posición de todo el bloque con respecto a un tema. Por lo tanto, son las autoridades de las cámaras, los jefes de bloque y los presidentes de las comisiones los que suelen hacer más uso de la palabra y expresarse sobre los proyectos de ley.
Más allá de este ordenamiento reglamentario, una vez abierto el debate todos los legisladores pueden hacer uso de la palabra siempre y cuando sus comentarios tengan que ver con la temática que se está tratando. Además, en todas las sesiones hay un espacio para los homenajes en donde todos pueden expresarse libremente sobre un asunto de su interés.
Los dos presidentes de bloque de Cambia Mendoza y sus pares del PJ dejaron en claro que no hay limitaciones ni restricciones para pedir la palabra pero admitieron que en la práctica es muy complejo que todos puedan intervenir. Además, remarcaron que hay una instancia anterior a la sesión: la reunión de bloque. Allí todos participan y aportan para armar la postura del bloque.
“Cada senador hace su aporte en las reuniones de bloque. En el caso de Cannizzo ha trabajado mucho en el sur con el tema de salud y el turismo. Y así todos. Muchos trabajan en equipo como Ruiz y Contreras. No hay ningún tipo de prohibición para hablar pero sí hay un orden que lo da el Reglamento por eso hay muchas más intervenciones de los presidentes de bloque o de las comisiones”, dijo el jefe de bloque de la UCR en el Senado, Alejandro Diumenjo.
Una explicación similar dieron desde el equipo de trabajo del jefe de bloque del PJ, Lucas Ilardo. “El trabajo se organiza con el miembro informante que es el que se ocupa del tema, la investigación y la parte técnica con sus equipos. Hay libertad para que todos lo que quieran intervenir hagan uso de la palabra. Siempre cierra el jefe de bloque como marca el reglamento”, señalaron.
Además, indicaron que hay temas que exceden lo que pasa en el recinto. “Hay trabajo de un legislador que no se puede cuantificar, como el trabajo previo a la presentación de un proyecto o las gestiones para distintas asociaciones o grupos”, dijeron.
En el mismo sentido, el jefe del bloque del PJ en diputados, Germán Gómez dijo que los legisladores que “desarrollan alguna temática por sus intereses o formación profesional tienen la posibilidad de hablar y participar”. “Siempre los presidentes de bloque son los que más hablan, eso pasa en sesiones presenciales y virtuales. También así lo exige el reglamento interno de las cámaras. Ese cierre refleja lo que opina el bloque y no hay limitaciones para que un diputado”, dijo el jefe del interbloque Cambia Mendoza en diputados, Jorge López.
“Los legisladores tienen que presentar proyectos que tienen que ver con lo que ellos quieren hablar en el recinto. Ellos pueden hablar y expedirse sobre el tema. En la reunión de labor se ven los temas que se van a tratar y en las reuniones de bloque, ordenamos la sesión en lo que respecta a proyectos de ley y cómo vamos a abordarlo. Hay un miembro informante que explica los alcances de la ley, muchas veces es el presidente de la comisión o un legislador que ha trabajado el tema con el Ejecutivo. Vamos rotando el miembro informante para que participen todos”, agregó.
Piden la palabra
Marcar la diferencia
Como hay legisladores que hablaron en pocas sesiones, también hay diputados y senadores que tienen la palabra al menos una vez en el recinto. La explicación es simple, la mayoría son autoridades de las cámaras, conforman monobloques o son los únicos de su partido dentro de un frente por lo que tienen que dejar en claro su punto de vista si no coincide con el mayoritario.
En el grupo de los monobloques están por ejemplo, la diputada del FIT Mailé Rodríguez y su par en el Senado Lautaro Jiménez, Mario Vadillo y Marcelo Romano de Ciudadanos por Mendoza. Y los de Cambia Mendoza que marcan la diferencia son: la demócrata Mercedes Llano, el exintendente Jorge Difonso de Unión Popular, Pablo Priore del Pro y el socialista Fernando Alín