“Esto es paso a paso, la foto, vos no te la esperabas”, le aseguró el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, a este cronista, antes de abandonar Chachingo, la localidad maipucina que sirvió de escenario este jueves para el multitudinario Desayuno Real, y en el medio de su fugaz visita por la Fiesta de la Vendimia 2023.
Y sí. La reunión que juntó a Alfredo Cornejo con Omar de Marchi en Maipú resultó inesperada. Pero también fue tensa y hoy no se puede anticipar si ese improvisado encuentro, casi en el final del evento vendimial, se convertirá en unidad política en las elecciones provinciales, concepto en el que insistió Rodríguez Larreta a lo largo de toda la visita, o quedará como una mera anécdota más de todos sus desencuentros.
A juzgar por los gestos de unos y otros, fue apenas una tregua en medio de la batalla que enfrenta al senador radical y al diputado del PRO. De Marchi llegó al evento pasadas las 11 acompañando al alcalde porteño. Ya en el quincho donde se desarrollaron las actividades principales, se ubicó al lado del gobernador Rodolfo Suárez.
Bien lejos de De Marchi, se sentó Cornejo. Charló casi todo el tiempo con el vicegobernador Mario Abed, a quien tenía al lado. Cada tanto giraba la mirada a la izquierda para dirigir algunas palabras a los anfitriones no políticos de la reunión y a Rodríguez Larreta, quien se instaló en el medio de todos.
El jefe de gobierno porteño alternaba diálogos con los grupos de la izquierda (Cornejo y Abed) y de la derecha (Suárez y De Marchi). A quienes se los vio charlar muy animadamente durante varios minutos fueron al gobernador y a De Marchi. De a ratos se reían, pero hubo momentos en los que se pusieron muy serios.
Lo cierto es que el diputado nacional del PRO y el candidato a gobernador de la UCR prácticamente no se miraron entre sí durante todo lo que duró la reunión.
Los gestos de uno y otro brindaron los datos más importantes, porque con la música a todo volumen, era imposible saber qué decían. Al cabo de unos minutos, Cornejo se levantó del sillón y se fue. Por supuesto, esquivando y sin saludar a De Marchi.
MUY LEJOS
El hombre del PRO, por su lado, lució un poco más relajado que su oponente interno y se quedó bastante más tiempo que él en el evento. A quienes le preguntaron, les remarcó lo que había estado a la vista: las distancias no se acortaron. “Estuve con Cornejo, ¿pero vos viste dónde me senté?”, comentó a quienes le preguntaron.
“Esta no es la foto de la unidad, es una foto de dirigentes de Mendoza en un evento importante”, minimizó también De Marchi, en declaraciones más formales a la prensa, cuando le preguntaron por los minutos en los que se sentó con Cornejo y otros radicales, como la presidenta provisional del Senado, Natacha Eisenchlas, y más gente del PRO, como el intendente de Luján, Sebastián Bragagnolo, y el funcionario de CABA Waldo Wolf.
Cornejo, por su lado, volvió a marcar sus diferencias con De Marchi y criticó al hombre del PRO por sus cuestionamientos a la gestión radical y sus amagos de rompimiento con Cambia Mendoza. “Hay que preguntarle a él dónde está, a esta altura me marea con las cosas que dice”, soltó, ofuscado.
Desde el cornejismo, para tratar de aislarlo, señalaron además que De Marchi “se colgó” de la invitación que el Gobierno provincial le había hecho solamente a Rodríguez Larreta para pasar por el Desayuno Real en Maipú y encontrarse con las autoridades radicales.
Hubo algo más. Las conversaciones del jefe de gobierno porteño con el gobernador Suárez y Cornejo sobre el futuro de la coalición siguieron después del mediodía en un almuerzo que tuvo como escenario la residencia oficial de La Puntilla.
Los cornejistas tiraron una versión muy ácida sobre la conclusión de ese segundo cónclave, que fue en privado. “Larreta dijo que (De Marchi) tiene las horas contadas a su lado si no va (como candidato a gobernador) por dentro de Cambia Mendoza”, lanzó uno de ellos.
POR DENTRO O POR FUERA
Conviene a esta altura recordar el eje de toda la discusión. Cornejo será candidato a gobernador y De Marchi aseguró que lo será también, pero el dirigente del PRO amaga con presentarse por fuera de Cambia Mendoza, lo cual debilita el poderío electoral de la coalición gobernante.
Si bien De Marchi ya firmó un documento que lo condiciona para ir “por dentro”, que fue la suscripción del PRO al frente para las elecciones de los siete departamentos mendocinos que desdoblan y adelantan la elección, esquiva definiciones sobre qué hará en abril, cuando deban definirse los integrantes del frente a nivel provincial para los comicios en los que se elegirá el próximo gobernador.
De Marchi, además, milita la candidatura presidencial de Larreta, quien por su parte hace equilibrio entre su operador político mendocino, el PRO y los radicales locales, que son también sus aliados nacionales en Juntos por el Cambio.
Queda claro que la primera grieta que tiene que enfrentar el jefe de gobierno porteño es la interna. En esta visita a Mendoza, volvió a decir que apoya las aspiraciones de De Marchi, pero le puso como condición la “unidad” y compartió escenarios con Cornejo y el presidente radical Tadeo García Zalazar.
Al final, ciertamente, los juntó a todos, pero el “paso a paso” de Larreta para unificar dirigentes mendocinos terminó en esta ocasión con un avance muy cortito y poco esclarecedor del futuro.