En medio de la controversia desatada por las medidas tomadas por Javier Milei, la ex secretaria de Minería, Flavia Royón, se refirió sobre las razones detrás de su salida del gobierno. Ella señaló un posible “castigo” relacionado con el voto de los diputados salteños.
La ex funcionaria vincula su destitución con la necesidad del presidente Javier Milei de tomar medidas contra el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz. “Si soy parte de ese castigo, bueno, pero yo realmente no tenía injerencia ni contacto con diputados salteños”, enfatizó Royón.
La ex secretaria de Minería niega haber tenido participación en los acuerdos parlamentarios que fracasaron, incluida la Ley Ómnibus. Su destitución se produce en un contexto de tensión entre el Gobierno central y las provincias, con la renuncia también del titular de ANSES, Osvaldo Giordano, oriundo de Córdoba.
Recordemos que la medida se anunció a través de un comunicado oficial, en el que se precisó que Milei le solicitó la renuncia a ambos funcionarios.
“La crisis económica heredada y el momento histórico actual requieren funcionarios públicos comprometidos con la modernización, simplificación y desburocratización del Estado”, justificaron en el texto que se difundió a través de la Oficina del Presidente.
“La política es así, el Presidente tiene todo el derecho de armar el equipo con la gente que él considere, pero hay diputados de Salta que ni conozco, un poco me sorprendió”, expresó Royón sobre su inesperada salida del cargo.
Royón revela que recibió muestras de apoyo y solidaridad, incluyendo llamadas del gobernador Sáenz y otros mandatarios provinciales. “Recibí cientos de mensajes, fue muy movilizante el reconocimiento”, expresó.
Sin embargo, deja en claro que no fue parte de ningún acuerdo político y que lamenta haber sido objeto de represalias.
“Hablé con el gobernador, me dijo que no era parte de un acuerdo, que lamentaba la situación. Se lamentó, dijo que le parecía injusto que fuera castigada yo en función de este teórico acuerdo político”, detalló Flavia Royón, desvinculándose de las negociaciones entre el presidente y los gobernadores.