Fernández y Lacalle Pou volvieron a exponer sus diferencias sobre el Mercosur

Uruguay quiere avanzar en acuerdos de libre comercio en soledad y pide bajar el arancel común. Brasil apoya esa posición. Argentina rechaza.

El presidente Alberto Fernández encabezó la cumbre del Mercosur, en la que la presidencia pro témpore pasa a manos de Brasil.
El presidente Alberto Fernández encabezó la cumbre del Mercosur, en la que la presidencia pro témpore pasa a manos de Brasil.

El presidente Alberto Fernández y su par uruguayo Luis Lacalle Pou ratificaron sus diferencias respecto a la estrategia de apertura comercial del Mercosur, con duros reclamos cruzados que, por segunda vez, caracterizaron la cumbre del bloque regional.

El episodio se produjo apenas después de conocerse que Uruguay abrirá negociaciones sin esperar la bendición del resto de los socios del Mercado Común del Sur.

La novedad determinó los ánimos del encuentro, en el que Fernández le traspasó la Presidencia Pro Témpore del bloque a su par de Brasil, Jair Bolsonaro.

Solos, alimentaremos el espejismo de una vana prosperidad, y unidos, podemos consolidar un Mercosur creativo que avance de la mano de sus pueblos y que no se corte solo, imponiendo sus visiones unilaterales”, advirtió el mandatario argentino.

El presidente Fernández cuestionó las decisiones unilaterales sin mencionar al gobierno de Lacalle Pou y recordó que la posición de la Argentina siempre fue la de promover las decisiones que surjan del “consenso”.

“Creemos que el camino es cumplir con el tratado de Asunción (con el que hace 30 años se fundó el bloque), negociar juntos con terceros países y bloques, y respetar la figura del consenso con base en la toma de decisiones en nuestro proceso de integración”, reclamó el mandatario desde el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada.

El presidente Alberto Fernández encabezó la cumbre del Mercosur, en la que la presidencia pro témpore pasa a manos de Brasil.
El presidente Alberto Fernández encabezó la cumbre del Mercosur, en la que la presidencia pro témpore pasa a manos de Brasil.

Volvió a citar al papa Francisco y advirtió que “nadie se salva solo”. Y lanzó una suerte de reproche: “Nos están mirando nuestros pueblos, en un momento donde las divisiones de América latina solamente pueden fomentar debilidad, fragmentación, polarización y fisura de proyectos grandes y generosos”.

En respuesta, Lacalle Pou defendió su decisión de iniciar negociaciones con otros países, volvió a pedir un acuerdo con la Unión Europea y desestimó las quejas de Fernández, al señalar que esas gestiones “no significan vulnerar ni violentar las reglas del consenso”.

“El mundo va muy rápido, se está entrelazando comercialmente, y el covid y el final del mismo va a hacer que estas negociaciones se disparen. El mundo avanza hacia allá, está claro, y el mundo no nos va a esperar. Por eso, amigos presidentes, con tranquilidad y un concepto mercosuriano (sic) les queremos decir que hacia allá va el Uruguay, ojalá que vayamos todos juntos”, planteó el mandatario del país vecino.

Los argumentos del gobierno argentino

Por lo pronto, según las fuentes del gobierno consultadas por este medio, los cortocircuitos no impactan en las relaciones formales dentro del Mercosur. “Lacalle Pou está haciendo política interna”, opinan.

En la administración de Alberto Fernández indicaron que al gobierno de Uruguay se le ofreció un mecanismo que permita “negociar a distintas velocidades” con potenciales socios fuera del bloque, pero advirtieron que en el país vecino “no quisieron saber nada”.

“Exponerse a la apertura indiscriminada es suicida para Argentina”, explicaron las fuentes consultadas para justificar la posición local. Y también alertaron sobre los efectos que tendría la baja del Arancel Externo Común (AEC) que reclaman Uruguay y Brasil: “Al sector que más perjudica es al automotriz”.

La cumbre de ayer tuvo otra particularidad vinculada con la transmisión de los discursos. En esta oportunidad, la Casa Rosada decidió que cada país se ocupe de las palabras de su presidente.

Cabe recordar, que en el anterior encuentro Lacalle Pou y el brasileño Jair Bolsonaro le dedicaron varias críticas a Alberto Fernández.

“Las reglas del consenso no pueden ser transformadas en una herramienta de veto o de freno permanente”, se quejó el brasileño para pedir mayor celeridad en las gestiones para ampliar el comercio.

Y Lacalle Pou recurrió a un término que instaló definitivamente la polémica. El presidente uruguayo dijo que “no puede ser que el Mercosur sea un lastre” y que en su gobierno no aceptarían que “sea un corset” que impida la ampliación comercial de su país.

Visiblemente molesto, Fernández lo desafió: “Si nos hemos convertido en otra cosa, en una carga, lo lamento. La verdad es que no queríamos ser para nadie. Porque además, una carga es algo que hace que a uno lo tiren de un barco y lo más fácil es bajarse del barco si es que esa carga pesa mucho”.

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