El testimonio de Daniel Ostropolsky tuvo como finalidad desempolvar un debate espinoso y demorado en el país. De la eutanasia se habla poco y nada y es un tema polémico. Su pedido, al Congreso de la Nación para que se sancione una ley que regule esta práctica evidenció que no hay proyectos de ley sobre el tema.
El senador nacional Julio Cobos (Juntos por el Cambio) es uno de los legisladores que está trabajando en un proyecto de ley. En la Cámara Baja, dos diputadas nacionales de Córdoba, Brenda Austin (Juntos por el Cambio) y Gabriela Estéves (Frente de Todos) están elaborando iniciativas al respecto, cada una por separado. Ninguna de las tres ha ingresado formalmente, y todo indica que no será en el corto plazo.
Ostropolsky padece Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) desde hace 4 años. “Es una enfermedad que no te quita la facultad cognitiva porque lo que se muere son las células motoras pero no las sensitivas. Tiene algo que es penoso que implica perder la dignidad personal y yo, como ciudadano, abogado, padre y abuelo quiero tener la libertad de poder elegir y no tener que resignarme a una vida que no es la que quiero para mí, ni para mi familia, ni mis seres queridos”, sostuvo a Los Andes en la edición publicada el 1 de junio.
La intención del reconocido abogado no encuentra asidero en las normativas vigentes. La Ley 26.742 (conocida como Ley de Muerte Digna), sancionada en mayo 9 de 2012, en su artículo sexto, modificó la división 11 de la Ley 26.529 (Derechos del paciente en su relación con los profesionales e instituciones de la salud) sólo en relación a las Directivas anticipadas y exceptuó la eutanasia.
“Toda persona capaz mayor de edad puede disponer directivas anticipadas sobre su salud, pudiendo consentir o rechazar determinados tratamientos médicos, preventivos o paliativos, y decisiones relativas a su salud. Las directivas deberán ser aceptadas por el médico a cargo, salvo las que impliquen desarrollar prácticas eutanásicas, las que se tendrán como inexistentes”.
Sin prioridad
En la agenda del Congreso no hay un proyecto presentado sobre la eutanasia aunque hay tres representantes que trabajan en un articulado. El último antecedente data del 2009 y llegó de la entonces senadora formoseña Adriana Raquel Bortolozzi de Bogado pero su iniciativa no avanzó.
La iniciativa de la formoseña proponía que toda persona mayor de edad y consciente que se encuentre en estado terminal, entendiéndose por este un pronóstico de sobrevida de un mes, o padezca una enfermedad grave, discapacitante e incurable, o haya sufrido un accidente que la coloque en esa situación, podrá oponerse a la aplicación de tratamientos extraordinarios, debiéndose proporcionar analgesia. Esa persona tenía derecho a la sedación terminal según estableció el texto.
Actualmente hay dos diputadas nacionales cordobesas, Gabriela Estévez (Frente de Todos) y Brenda Austin (Juntos por el Cambio) que tienen textos avanzados, pero ninguna accedió a hablar sobre el tema ante la consulta de Los Andes hasta no presentarlos formalmente. Desde el entorno de la legisladora peronista aclararon que no se habla de eutanasia en el texto que está en revisión técnica, sino de “un nuevo derecho en torno a una nueva prestación de salud integral para morir dignamente”.
Que las iniciativas surjan desde Córdoba no es casual. Allí hubo un caso emblema, el de Alfonso Oliva, quien sufrió ELA y hasta último momento pidió por la ley de eutanasia; conmocionó a esa provincia al punto de llamar “Ley Alfonso” en caso de que se sancione la reglamentación.
El tercer borrador está en manos de Julio Cobos, quien recibió ayer diversos llamados luego de que Daniel Ostropolsky contara cómo son sus días. “Tenemos que regular, no podemos mirar para un costado”, dijo el ex gobernador a Los Andes quien analiza lo sucedido en Países Bajos, España, Colombia y Chile por nombrar algunos países en donde ya se aplica la medida.
“Hemos estudiado casos de otros países, es un tema que tiene muchas aristas religiosas, sociales, de salud, éticas pero tenemos que regularlo. La legislación tiene que ser acorde, que contemple a todos, que satisfaga a todos. Lo estamos trabajando con muchas consultas porque hay muchas cosas que prever, es una situación complicada”, agregó.
Entre los puntos a tener en cuenta está la edad de las personas que pueden pedir una práctica eutanásica, el diagnóstico, las instancias previas desde que se aprueba el pedido, los requisitos que deben cumplirse. “Lo que se pretende dar es una muerte digna, ‘buena muerte’ significa eutanasia en griego”, indicó Cobos que no descarta en pedir un plebiscito para avanzar en la ley.
Hay otros legisladores que no se oponen a una legislación como es el caso del diputado nacional Alfredo Cornejo. “No hay que negarse al tratamiento de una ley de este tipo”, sostuvo ante la consulta de este medio.
Omar De Marchi (PRO), también dentro de Juntos por el Cambio, aseguró que es un tema “muy complejo, muy controvertido porque una cosa es lo que uno pueda opinar desde la cuestión objetiva de si se le permite a una persona decidir sobre su vida o no y otra cosa distintas es ponerse en la piel de la persona que está sufriendo”.
“Seguramente, si este tema se pone en tratamiento, hay que estudiarlo con mucha profundidad”, advirtió.
Eber Pérez Plaza, por el Frente de Todos, evitó dar una postura sobre el tema pero consideró que “las necesidades que tiene la gente tienen que ser debatidas”, y de alguna manera no le cerró la puerta a un posible tratamiento en caso de que alguno de los proyectos avance.
“Suena absurdo que un animal pueda ser sacrificado cuando está sufriendo y no tiene cura y no se le pueda dar a una persona la posibilidad de morir en paz. La constitución consagra a la libertad como uno de los bienes más preciados y no puede ser coartada, le moleste a quien le moleste”, reflexionó Ostropolsky, quien pide una ley de eutanasia cuyo debate no se ha dado aún en el país.