El martes Esther Sánchez asumirá la conducción de la Universidad Nacional de Cuyo en lugar de Daniel Pizzi. Antes de arrancar su gestión de cuatro años como rectora recibió a Los Andes en el despacho que ocupó en los últimos ocho años como decana de la Facultad de Ciencias Económicas.
-Arranquemos con los recursos ¿A cuánto asciende el presupuesto de la UNCuyo?
-Este año el Presupuesto fue reconducido, porque no hubo aprobación del Congreso de la Nación. Esto significa es que tenemos el mismo presupuesto del año pasado, aunque ajustado por las pautas salariales. Las partidas de servicios generales, insumos, becas, contrataciones especiales, también están ajustadas, pero no de la misma manera. No tenemos una disposición del presupuesto como en un año normal.
-Reformulo entonces ¿A cuánto estiman llegar, respecto del reconducido?
-El año pasado el presupuesto fue alrededor de 8.000 millones de pesos y estimamos llegar a 12.000 millones, con el ritmo que venimos. Vamos a ver, porque dependemos de la pauta salarial.
-Cuánto representa la pauta salarial en el presupuesto? ¿Un 90 o 95% no?
-Es menos de 95% seguro. Gran parte del presupuesto de la universidad tiene que ver con sueldos.
-Qué obras tienen en mente para su gestión.
-Obras es un tema bastante complejo. Nosotros presentamos proyectos en convocatorias que se abren a nivel nacional. Tenemos muy pocas en ejecución y por la situación actual es bastante complejo, porque no solo se tienen que ir pagando certificados, sino también la actualización de precios. Con los índices de inflación que tenemos son importes considerables. Actualmente hay una obra en ejecución, el edificio de la Facultad de Educación, que lo ganamos en un concurso. Nos presentamos en una convocatoria del Ministerio de Obras Públicas. Hacia adelante tenemos en vista la construcción del edificio de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, que funciona actualmente en el Espacio de la Ciencia y la Tecnología (ex Eureka).
-¿Cuáles son los desafíos de la universidad para los próximos cuatro años?
-Los desafíos son enormes para toda la sociedad y también para la Universidad. Hay cambio de época, estamos en una revolución tal que nos obliga como institución formadora a ponernos en esa frecuencia, porque de lo contrario, nuestros graduados no van a estar en condiciones para desempeñarse en la sociedad. En respuesta de eso estamos planteando un nuevo modelo académico, desde trabajar en la multimodalidad, como combinar la virtualidad con la presencialidad; y la formación por competencias.
-¿Qué es la formación por competencias?
-Es aprender a hacer las cosas. Hay que distinguir los contenidos y la formación de competencias, que es saber hacer. Es ahí dónde tenemos que poner el foco, saber resolver desafíos, que no haya una transición traumática de ser estudiante a ser profesional. Eso sin lugar a dudas va a demandar presencialidad. Los conocimientos se incrementan dramáticamente; se estima que en 2030 los conocimientos que tiene la humanidad se van a duplicar cada 12 horas; entonces parte de lo que un estudiante aprendió en la mañana es probable que a la noche será obsoleto. Además, estos conocimientos van a estar disponibles en internet o en la nube; entonces lo que tiene que incorporar el estudiante es qué hacer con ese conocimiento, cómo resolver situaciones.
-¿En qué otro tema piensa trabajar?
-Estamos planteando una gestión innovadora. Vamos a tener una nueva secretaría, Transformación Digital, entendida como una nueva forma de hacer las cosas, en la gestión en todas las áreas. Esto implica transformación de los procesos, un cambio de la cultura organizacional. No va a haber una sustitución de personas, de ninguna manera. Transformación digital significa hacer las cosas y de un modo más sostenible; la sostenibilidad es un concepto que será transversal a toda nuestra gestión. El expediente digital ya está acá. Queremos profundizarlo y tener sistemas aplicados para toda la universidad, redefinir todos los procesos para usar herramientas digitales, en busca de la mejora continua. Buscamos una universidad más ágil; nuestro objetivo es llegar a la queja cero, es muy difícil pero el camino hay que emprenderlo.
-¿Cuál es el principal problema que tienen los estudiantes cuando llegan?
-En términos generales, lo podemos resumir en interpretación de textos y resolución de problemas. Esas son las competencias que deben tener bien formadas para llegar a la vida universitaria. No sólo es un problema originado por lo socioeconómico. Ya estamos trabajando en eso, articulando con el nivel medio. Hace un año venimos convocando a directivos y docentes de matemáticas y lengua para resolver estos problemas. Los aspirantes tienen acceso a una plataforma para responder preguntas y a través de ese formulario se puede hacer un diagnóstico. Hemos detectado cuáles son los temas en los que cuáles tienen falencias y trabajamos con el nivel medio para reforzar en esos temas.
-¿Esos problemas son causal de fracaso? ¿El nivel de desgranamiento es alto?
-El nivel de desgranamiento es fuerte en el primer año, aproximadamente 20%. Hay desgranamiento, pero por diversas razones. Hay casos de estudiantes que tienen que empezar a trabajar en edad muy temprana; según una encuesta que hicimos este año, el 53% de los estudiantes de la Universidad están trabajando. En esto nos va a ayudar mucho la virtualidad, aunque, desde nuestra perspectiva, es una modalidad que no puede ser generalizada para toda la universidad, que tiene ver con la carrera e incluso con asignaturas. No es la mismo medicina u odontología con derecho.
-Supongo que se estira la terminalidad de las carreras por la actividad laboral...
-Los que trabajan tienen una visión distinta y aprenden a hacer las cosas trabajando. Es obvio que les va a llevar más esfuerzo y un poco más de tiempo, pero no es la causa principal de la duración de la carrera. Hay otras causas.
-¿Cómo cuáles?
-Diría que hay que revisar correlatividades y organización de las carreras. Sin renunciar a la calidad, algo que nunca vamos a renunciar, debemos ir hacia carreras más flexibles, que los estudiantes puedan hacer distintos trayectos en distintas unidades académicas.
-El debate virtualidad-presencialidad fue muy fuerte en pandemia, hubo muchas críticas.
-Es distinto lo que ha sucedido en cada una de las unidades académicas y en los colegios de la Universidad. En el caso de las facultades, dependía de si estaba preparada esa unidad académica para responder. La Facultad de Ciencias Económicas, no perdió un sólo día de clases desde el cierre, porque desde 2014 estábamos trabajando en plataformas y capacitando a nuestros docentes, de modo que cuando nos dijeron que se cerraba la facultad, se cumplió con el calendario académico, los días de clases, los exámenes, se recibieron los estudiantes sin problemas. Esto no sucedió en toda la universidad, porque no todas estaban preparadas para responder. Todas se fueron acomodando, algunas les costó un poco más de tiempo, pero hubo respuesta y los estudiantes no perdieron el ritmo de estudio.
-¿Y en los colegios?
-No se les soltó la mano a los estudiantes. No hubo una respuesta inmediata a la presencialidad total, pero también entiendo que hubo herramientas que fueron usadas y ningún estudiante dejó de ser atendido durante la pandemia. No se cayó la matrícula.
-¿Tuvo una reunión con padres antes de las elecciones?
-Tuve una reunión con los padres, que reclamaron la pérdida de días de clase por los paros. No ha sido un año de muchos paros, hasta el momento. Si los docentes hacen paro por cuestiones salariales, no es un tema que la universidad pueda resolver, porque los gremios paritan con el Ministerio de Educación de la Nación. No tenemos manera de resolver esa situación. Esperamos encontrar consensos en el disenso.
-Hablando de consensos. En la elección se notó mucho la grieta política en la universidad.
-Entiendo que, a diferencia de otras elecciones, la última estuvo más áspera. Pero también la universidad es distinta de lo que son las elecciones nacionales, provinciales o municipales, nos tenemos que ver las caras al otro día y trabajar todos juntos. Vamos a tener que reconstruir esa trama que probablemente habrá quedado herida.
-¿Ha hablado con los adversarios?
-Estuve con Adolfo Cueto y Arturo Tascheret en el Consejo Superior (decanos de Filosofía y Letras y Artes y Diseño; ambos terminan su mandato; Tascheret fue candidato a vicerrector en la lista opositora Compromiso Universitario). Con Adriana García (candidata a rectora de Compromiso Universitario y esposa de Cueto) no he tenido una charla. Sería bueno tenerla, porque hemos tenido una buena relación por muchos años.
-¿Se vienen más sedes del interior de la provincia?
-Ese es un trabajo a definir. Hay demandas de los intendentes. Tenemos que analizar que necesitan y responder a esas demandas. Y una vez más, nos va a ayudar mucho la virtualidad.
-Incorporó a una reconocida investigadora al equipo de gestión (María Teresa Damiani estará a cargo de la secretaría de Investigación Internacionales y Posgrado. ¿Qué tarea tendrá?
-Queremos impulsar un modelo de investigación abierta, que no sólo resuelva problemas regionales, sino también aportes a nivel nacional e internacional. Tenemos investigadores y queremos trabajar en red con otras instituciones de la región y del país.
-Cuál es la estrategia para buscar recursos extrapresupuestarios?
-Queremos participar de la solución de los problemas y vamos a salir a buscar recursos a nivel internacional, como nacional, también a nivel provincial. Donde haya fondos disponibles para resolver problemas, allí estaremos. Así fue como se consiguió la plata para hacer la sede de la Facultad de Educación en un concurso. Ahora estamos concursando para Ciencias Exactas y Naturales y para la sede San Rafael de Ciencias Económicas.
Vida y obra
Es contadora pública y licenciada en Administración egresada de la UNCuyo. Tiene dos maestrías, una en gerenciamiento en negocios agroindustriales y otra en Psicología Social.
Es profesora en la Facultad de Ciencias Económicas y docente visitante en la Université de Pau et des Pays de l’Adour (Pirineos-Francia).
Tiene una extensa participación en concursos docentes y como docente de postgrado y directora de tesis, así como también como expostitora en congresos.