El Gobierno Nacional se prepara para comenzar el lunes que viene a debatir las sesiones extraordinarias, con varios proyectos de alto impacto político, como lo son la posible eliminación -o suspensión- de las elecciones primarias y el proyecto de Ficha Limpia. No obstante, en el Senado tienen en la mira la discusión de los pliegos de magistrados, entre quienes se encuentran los dos enviados por el presidente Javier Milei para la Corte Suprema de Justicia.
Aquí entran Manuel García Mansilla y sobre todo Ariel Lijo, sin dudas el magistrado más resistido de los dos, pero por el cual el libertario dejó en claro que son “los dos o ninguno”. Desde Mendoza, aún hay dudas respecto a este pliego, pero ninguno de los legisladores que representan a la provincia dieron posturas a favor o en contra.
En la Nación, si bien no tienen los votos garantizados para aprobar el pliego, tampoco lo tienen descartado, más allá que Lijo haya generado más controversias que adhesiones, particularmente en el propio seno oficialista. De hecho, el senador Francisco Paoltroni fue eyectado de La Libertad Avanza y se enfrentó a Milei por manifestar abiertamente su oposición al juez en el puesto en el máximo tribunal.
En la Cámara Alta, para aprobar el pliego se requieren dos tercios de los votos de la cámara (a diferencia de los pliegos locales, donde sólo se necesita la mitad más uno de los senadores para pasar el filtro). Es decir que el oficialismo debe negociar necesariamente con el peronismo (tiene 33 bancas), ya que debe reunir 48 votos para nombrar a un supremo.
La insistencia del Gobierno con Lijo se ha dado, en gran parte, por la fuerte especulación política dentro de todos los sectores políticos. Como muestra está Mendoza, que tiene tres senadores nacionales (dos radicales “dialoguistas” y una peronista) y más allá que ninguno lo apoye abiertamente, tampoco lo descartan, lo que da la pauta que el pliego de Lijo está dentro del espacio o ámbito de negociación entre los diferentes espacios.
Especulación local
Los Andes consultó a los tres senadores y ninguno dio indicios de que votará ni a favor ni en contra.
El radical Rodolfo Suárez sostuvo escuetamente a este medio que está “evaluando” el pliego de Lijo, pero dudó de igual manera que sea un hecho que se trate el pliego en el Congreso. “Hay que ver si realmente se trata”, lanzó el exgobernador, quien espera contar en algún momento con un tipo de votación “en bloque” por parte de la bancada radical.
No obstante, es difícil que ocurra. De hecho, lo remarcó su compañera de banca, Mariana Juri, quien duda que Lijo pueda encontrar votos “unánimes” de los bloques políticos en la Cámara Alta.
Más allá que su voto no esté decidido, desde su entorno aclararon que Juri no cree que se vote unificado “casi en ningún bloque”, pero de igual modo aseguraron que aún no lo han resuelto en la UCR, más allá que el pliego de Lijo haya sido enviado por Milei el 28 de mayo de 2024, es decir, hace más de siete meses.
Además, agregaron que al requerir mayoría especial “al menos con un sector del peronismo deberá acordar el oficialismo” para tener luz verde en el Senado.
Por último, desde el espacio de la senadora kirchnerista Anabel Fernández Sagasti, aseguraron que no tiene decidido su voto, pero aguarda una “definición del bloque” para hacerlo de manera unificada y no romperlo.
De hecho, a fines de agosto sostuvo que las audiencias de los magistrados no le dejaron “gusto a mucho” por diferentes motivos. “No contestaron demasiado, argumentan que son causas que les podrían llegar como jueces. Hay cosas que pesan en el bloque, como la ley del Consejo de la Magistratura, aborto. También la dolarización sí o no, desde lo jurídico, no desde lo económico”, explicó la mendocina.
Cornejo y su “confusión”
Para aportar algo de indecisión a los radicales mendocinos, se sumó en su momento la definición de Cornejo, quien sostuvo que les generaba “confusión” la candidatura de Lijo y que no era un tema fácil de resolver.
“Somos parte de un partido nacional y aliados que estamos colaborando con el gobierno. Nos genera confusión la candidatura de Lijo, pero no tenemos una posición definida para hacerla pública todavía. Con lo cual no vamos a dar una respuesta de una posición pública, aunque tenemos varias ideas al respecto”, admitió Cornejo también a fines de agosto.
“Estamos coordinándolo con el resto del bloque de la UCR, pero también con el bloque del PRO a nivel nacional. No es un tema fácil porque tiene mucha influencia institucional”, manifestó con cautela.
Aunque dejó una observación: “Nosotros creemos que la Corte nacional ha sido buena hasta aquí, y todo lo que trasciende es que esa Corte también ve con malos ojos la postulación de Lijo”.
La advertencia de Human Rigths Watch sobre Lijo
Mientras tanto, esta semana, la organización de derechos humanos Human Rigths Watch puso la mira sobre la candidatura de Lijo: “Numerosas organizaciones de derechos humanos, ciudadanos, asociaciones empresariales y académicos expresaron su preocupación por el historial de Lijo como juez federal”.
Marcaron que, a octubre del año pasado, Lijo “tenía cinco investigaciones disciplinarias pendientes en el Consejo de la Magistratura”, y que enfrentó “otros 29 procedimientos disciplinarios que fueron archivados, incluidos 16 in limine, es decir, sin ningún análisis. Algunos procedimientos se basaron en acusaciones de que Lijo atrasó o manipuló investigaciones por casos de corrupción”, acotaron.
Ariel Lijo
Nacido en 1968, en CABA, egresado de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Lijo fue nombrado juez federal en 2004, a propuesta del expresidente Néstor Kirchner, sobre un concurso del que también participaron Guillermo Montenegro, Daniel Rafecas y Julián Ercolini.
En noviembre de 2017, Lijo, a diferencia del juez Jorge Di Lello, ordenó la detención de Amado Boudou en una causa por enriquecimiento ilícito. La causa sigue en proceso. También intervino en causas judiciales de Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri.
