El presidente Alberto Fernández viajó en la tarde del lunes a Europa, donde a las ya pactadas reuniones al más alto nivel político en España y Alemania, se confirmó a último momento Francia como cierre de la gira. La delegación argentina llegará a una Europa cuya economía ya sufre los efectos de la guerra en Ucrania. La última salida al exterior de Fernández fue a principios de febrero pasado, cuando visitó Rusia y China, y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional dominaba la agenda local, hoy cruzada por la crisis política dentro del Frente de Todos.
Desde Ezeiza en un vuelo chárter de Aerolíneas Argentinas, Fernández partió pasadas las cinco de la tarde rumbo a Madrid, acompañado por el canciller Santiago Cafiero; los secretarios de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca; y de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y la portavoz Gabriela Cerruti. El ministro de Economía, Martín Guzmán, desistió de viajar y se quedó en Buenos Aires para atender la agenda doméstica, que lo tiene como blanco de las críticas del kirchnerismo.
En fuentes oficiales se destacaba la necesidad del Ejecutivo argentino de intercambiar de primera mano opiniones con líderes europeos respecto al conflicto bélico desatado por la invasión de Rusia a Ucrania. Las perspectivas económicas inmediatas no son auspiciosas. Europa -y buena parte del mundo- atraviesa una inflación de alimentos que no se veía en décadas; la suba del precio de la energía tampoco da tregua.
Aunque se descuenta la impronta de política exterior que dominará las reuniones de Fernández, el gobierno apuesta a obtener resultados económicos y comerciales en la gira. El Presidente encabezará una ronda de encuentros con empresarios, tanto en España como en Alemania: Argentina busca posicionarse como proveedora de alimentos y energía a Europa, los dos sectores jaqueados por la guerra en Ucrania.
El arribo de la comitiva argentina al aeropuerto internacional Adolfo Suárez-Barajas, de Madrid, será a las 10.50 (hora de España).
Según informó la agencia Télam, Fernández mantendrá el martes un nuevo encuentro bilateral con el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, quien estuvo en Buenos Aires el año pasado.
La reunión del Alberto Fernández con Sánchez está prevista para después del mediodía. A la cinco de la tarde tendrá una audiencia con el rey Felipe VI.
La agenda presidencial marca después el desplazamiento a Alemania. Entre miércoles y jueves, Alberto Fernández será recibido en Olaf Scholz, el socialdemócrata que meses atrás reemplazó a Angela Merkel en el Gobierno germano, y sobre quien el gobierno argentino cree encontrar coincidencias políticas. Al igual que en España, la delegación argentina se reunirá en Alemania con empresarios en la búsqueda de inversiones y de ampliar el horizonte de las exportaciones.
La reunión con el reelecto presidente Emmanuel Macron se terminó de confirmar poco antes de que despegara el vuelo presidencial. La agenda en Francia está abierta.
Alberto Fernández también viajó como presidente pro-témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), por lo que no descuidará, junto al canciller Cafiero, el diálogo con el bloque de la Unión Europea.
En junio del año pasado al visitar Buenos Aires, Pedro Sánchez destacó la “oportunidad única para entenderse y poder avanzar” entre los dos países y expresó la voluntad de que las empresas españolas sigan invirtiendo en Argentina. Sánchez fue uno de los mandatarios que apoyó desde un principio la posición negociadora argentina respeto al Fondo Monetario Internacional.
Antes de viajar, Alberto Fernández participó en la mañana del lunes del congreso de trabajadores de la Sanidad, sector gremial que conduce Héctor Daer, co-secretario general de la CGT y aliado político del Presidente. “Yo a los problemas no los oculto. Sé que la economía crece, que el trabajo formal aumenta”, dijo Fernández, a la vez que reconoció que el gobierno está teniendo un problema con la inflación.