El ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, dio detalles del protocolo que se está trabajando con la Cámara Nacional Electoral (CNE) para llevar adelante las elecciones en plena pandemia. Lo hizo al defender el proyecto que modifica las fechas de las Paso (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) y las elecciones generales, que quedó a un paso de ser ley.
La iniciativa del Poder Ejecutivo, aprobada la semana pasada en la Cámara de Diputados por amplia mayoría, recibió dictamen unánime en la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, que preside María de los Ángeles Sacnun (Frente de Todos), y sería tratada la semana próxima en el recinto.
Conectado a la reunión virtual desde Casa Rosada, De Pedro adelantó que se aumentará la cantidad de establecimientos de votación, de 15.000 a 19.000 aproximadamente. “Hemos hablado con gobernadores e intendentes para conseguir establecimientos donde pueda circular el aire, que tengan cualidades de infraestructura que hagan a un mayor cuidado de la salud de los votantes”, dijo.
También anticipó que se evalúa establecer una franja horaria específica para la votación de personas mayores, y garantizó la distribución de kits sanitarios entre las autoridades de mesa.
El kirchnerista Oscar Parrilli sugirió modificar el horario de votación, de 7 a 19 en lugar de 8 a 18, pero De Pedro descartó esa posibilidad. “La CNE entiende que es mejor aumentar la cantidad de establecimientos para disminuir la concentración de personas que ensanchar el horario, porque hay un proceso previo y posterior: la logística para que lleguen las urnas y la logística posterior para el escrutinio”, argumentó el funcionario.
Por eso, indicó De Pedro, “se resolvió disminuir la cantidad de gente por lugar de votación”. Ese día se movilizarán, según sus estimaciones, 33 millones de ciudadanos. Habrá un máximo de ocho mesas por establecimiento, según precisó la secretaria de Asuntos Políticos, Patricia García Blanco, también presente en la reunión de comisión.
Por otra parte, ante una pregunta de Adolfo Rodríguez Saá (Frente de Todos), De Pedro confirmó que se les pidió a los gobernadores de las provincias con elecciones desdobladas que unifiquen las fechas con el calendario nacional. Es el caso de Salta, Corrientes, Misiones y Jujuy. En Salta, el gobernador Gustavo Sáenz anunció en las últimas horas que se postergarán los comicios del 4 de julio, con fecha a definir.
“La única provincia que tiene impedimento constitucional es Corrientes. El resto manifestó su voluntad de adherir una vez que estén las nuevas fechas”, afirmó el ministro del Interior, y reclamó “no jugar con la salud de la gente y sacar las especulaciones del medio”.
En tanto, volvió a desestimar la discusión sobre la boleta única de papel. “No nos dan los plazos. Las licitaciones del calendario vigente comenzaron en 2020. Una reforma se tiene que dar en el marco del Congreso, por consenso y en un año que no sea año electoral”, sostuvo De Pedro. Además, puso en duda que ese formato sea más seguro a nivel sanitario: “No hay ninguna evidencia científica de cuánta gente manosea las boletas”.
Durante su breve exposición, De Pedro destacó que el proyecto de ley “nos permite ganar cinco semanas más para vacunar a los argentinos”.
“El calendario de vacunación sigue siendo exitoso. Estamos entre los países que más vacunas recibieron y administraron. Por supuesto, no es lo que nosotros quisiéramos. Quisiéramos estar entre los tres o cuatro países que ya vacunaron a la mayoría de la población. Pero siendo realistas, estamos conformes, y negociamos permanentemente con el resto del mundo para tener más vacunas”, explicó.
Desde Juntos por el Cambio, la jujeña Silvia Giacoppo -que responde al gobernador Gerardo Morales- ratificó el acompañamiento del interbloque tanto en el dictamen como en la votación en el recinto. “Posponer las elecciones es fortalecer el sistema democrático. Vamos a tener a gran parte de la población con, por lo menos, la primera dosis, y eso nos va a dar tranquilidad, previsibilidad y seguridad”, expresó.
Por tratarse de una reforma electoral, se necesita mayoría absoluta -es decir, 37 votos, un número que será superado ampliamente-. En Diputados, el proyecto recibió el miércoles pasado 223 votos afirmativos, tres negativos y ocho abstenciones. Juntos por el Cambio se dividió: si bien la mayoría acompañó, un grupo de diputados “rebeldes” optaron por el rechazo y otros, por la abstención.
