El Presidente Alberto Fernández se pronunció ante el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, a favor de comprometer a los Estados y a las empresas “a la acción para construir un mundo diferente”, basado en valores como “la fraternidad y la solidaridad”, y dejando atrás prácticas financieras y especulativas.
“La pandemia que vivimos no es un mero accidente es un llamado de atención para edificar una casa común, con otros cimientos”, dijo Fernández, apelando una vez más a la necesidad de fortalecer el multilateralismo. También dijo que la vacuna contra el Covid-19 debe ser considerada “un bien público global”. El Presidente participó de manera virtual desde su despacho en la residencia de Olivos.
“Se ponen a prueba todos los paradigmas; el imperativo moral que se impone en esta hora es poner nuestra prioridad en los últimos, en los descartados, en los invisibilizados, en los más vulnerables. La fraternidad debe ser el nuevo nombre del desarrollo y la solidaridad el nuevo nombre de la paz social”, dijo.
“Son valores que deben comprometer a los Estados y a las empresas”, agregó. Fernández puso como ejemplo las políticas estatales de ATP (“que asistió al 60 por ciento de los empleadores del país”), la línea de crédito a tasa cero para monotributistas, y los créditos subsidiados para 110 mil PyMES “por un total del 2 por ciento del PBI argentino”. También mencionó al IFE como auxilio “a los más necesitados y para apuntalar la demanda” en la economía.
Fernández habló de las negociaciones con distintos laboratorios para adquirir la vacuna contra el Covid-19. Aludió entonces a la necesidad de “cooperación entre actores públicos y privados”.
“La vacuna debe ser considerada un bien público global”, afirmó. Para destacar los esfuerzos del Estado y sector privado argentino para “junto a México” avanzar en la producción de la vacuna de Oxford-Astrazéneca “para toda Latinoamérica”.
El Presidente Fernández dijo que el país “empezó una recuperación económica mucho más veloz que la pensada hace unos meses” y dijo que “la opción no es la vida o la economía, sino la vida con más y mejor economía”. Calificó de “notable” la recuperación del sector industrial. Ejemplificó que en noviembre pasado “alcanzó el 87 por ciento de la producción perdida por la pandemia” y dijo que ya se registran en la industria “4500 puestos de trabajo que antes de la pandemia no existían”.
“Llevamos cinco meses seguidos de recuperación del empleo industrial”, afirmó. Al hablar de la deuda externa criticó al gobierno de Macri, aunque sin mencionarlo. “Endeudamiento tóxico e irresponsable”, dijo. Repasó el acuerdo con los acreedores privados, por “un 99 por ciento de aceptación”.
“El diálogo con el Fondo Monetario Internacional está en marcha y ha sido hasta aquí muy constructivo” dijo y agradeció los apoyos de la comunidad internacional y del G 20. “No hay más lugar para ajustes irresponsables imposibles de cumplir”, agregó.
Destacó que el acuerdo que se llegue será enviado al Congreso para involucrar a todas las fuerzas políticas. “Desarrollo sustentable, inclusión social y transparencia”, resumió sobre el acuerdo que se busca con el FMI.
“Es necesario vincular el multilateralismo con un concepto de multi-solidaridad que involucre a Estados, empresas, y también a trabajadores”, dijo. Dijo que en la Argentina esto se traducirá en la creación del Consejo Económico y Social para el Desarrollo, para fijar políticas a mediano y largo plazo.
“El sector privado es un social esencial para afrontar la escalada tecnológica y productiva de la Argentina”, dijo.
“Argentina quiere demostrar que es posible conciliara políticas económicas que fomenten inversiones del sector privados y que al mismo tiempo protejan a los sectores más vulnerables”, sostuvo.
También reafirmó los compromisos del país con los acuerdos climáticos de París. “El desarrollo futuro será verá o no va a ser”, dijo.
“Queremos desarrollar una Argentina sustentable en un mundo menos contaminado”, dijo Fernández, a la vez de informar que se trabaja para conseguir el financiamiento internacional “que nos permita acelerar la transición hacia una matriz energética sostenible, dinámica, estable y soberana”.
Fernández dijo que como presidente pro tempore del Mercosur se comprometió junto a los países del bloque, a constuir una “integración más profunda e innovadora con el resto de América, con Europa y Asia.
“La ética de la solidaridad nos convoca”, dijo desempolvando el concepto vertido en su momento por el expresidente radical Raúl Alfonsín. “Etica y ambiental”, agregó.
Se refirió entonces al “enorme potencial” del país para desarrollar energía limpia en todo su territorio para aprovechar “las magníficas oportunidades solares en el Norte y los mejores vientos del mundo en la Patagonia”.
“Creemos que hay condiciones para que Argentina sumar un rol de liderazgo en materia de electro-movilidad con un marco legal robusto que estamos creando”, dijo.
También calificó como “prioritario” para Argentina integrarse a las cadenas globales de valor a través de la tecnología 4.0. “Tenemos una ley aprobada como política de Estado”, dijo.
“Mantenemos firme un idealismo realista y un pragmatismo que no olvida los valores a la hora de tomar decisiones”, sostuvo.
“La economía debe recuperar el sentido ético que ha perdido. Nuestro querido Papa Francisco lanzó el año pasado una convocatoria universal a pensar otro modo de hacer la economía”, recordó.
“El pacto solidario global es la meta que tenemos por delante. Tenemos que superar la infelicidad opulenta de sociedades que descartan a los más débiles e idolatran las ganancias desenfrenadas y deshumanizadas de un modo amoral”, dijo.
“De esta pandemia debe nacer un mundo mejor es nuestra responsabilidad que esto suceda”, concluyó.