Muchas veces eludió Emir Félix el centro de la escena. Esta vez, no: tomó las riendas del PJ mendocino en su hora más difícil.
Sin embargo, antes del arranque de su gestión, dice y repite en esta entrevista que quiere manejar el partido para que recupere su competitividad electoral, no como trampolín para pelear la gobernación.
Habla además de promover cuadros y recuperar a los peronistas que se fueron. Y aclara los términos de su relación con La Cámpora, en medio de palabras que sugieren que la era del kirchnerismo está por terminar.
-¿Qué lo llevó a aceptar la presidencia del PJ?
-Empecé a recibir de todos lados que alguien se tenía que hacer cargo de la situación del peronismo y conducirlo en esta etapa. En el estado en que está el peronismo no podía quedarme ausente, porque está pasando una situación muy difícil. Si podía evitar una interna, era importante. No puede haber interna. En este momento no estamos en condiciones de afrontarla. Hoy, que todo se establece por primarias abiertas y simultáneas, es una locura tener una interna cerrada en el PJ.
-¿Qué descripción hace de la situación del partido?
-Es dificilísima. Hay que cambiar el chip en muchas cosas y hacer una organización que sea muy efectiva. Me parece que primero hay que darle potencia. Hay que tener muchos proyectos políticos para los departamentos y para la provincia. Hay que permitir que muchos dirigentes que están abajo empiecen a tomar decisiones y empiecen a tener entidad política. Eso es lo que me va a tocar desde el consejo partidario, pero el PJ como tal es una herramienta, el Partido Justicialista no es todo el peronismo. No estamos en una definición de candidatos a gobernador. No es eso. Nosotros lo que tenemos que lograr de aquí a 2027 es tener cuadros políticos que comprendan la situación de la provincia, que entiendan que la foto cambió y que va a seguir cambiando.
-El peronismo tiene que ser más crítico o más colaborativo con Cornejo?
-La política tiene que tener diálogo. Las políticas públicas se tienen que resolver por consenso. Es lo que tiene que haber para armar un programa de gobierno de mediano plazo. Me parece que hay que contribuir a que haya consenso y cuando el gobierno no sepa consensuar con nosotros, tendremos que directamente ser críticos. Pero no hay que tomar una postura fija para todos los temas.
-¿Por qué hubo una parte del PJ que no quedó abarcado en el acuerdo interno?
-Un consejo partidario es como un gabinete de gobierno del partido. Tiene que haber mucha convivencia interna para proceder. Durante el gobierno de Flor Destéfanis, yo estuve afuera, pero no afuera del peronismo. Al que no pudimos integrar dentro del consejo, vamos a armar la mesa de trabajo para ir a buscarlo ya.
-En esa búsqueda, ¿qué nivel de relevancia tiene traer a peronistas que se fueron a otras fuerzas, como La Unión Mendocina?
-Hay que entender que algo nos pasó para que hiciéramos la peor elección de nuestra historia. Hubo hechos para que muchos no se sintieran representados y se fueran. Los que se quedaron hicieron un esfuerzo terrible y no lograron hacer una buena elección, pero no se puede tirar por la borda el esfuerzo que hicieron. Es el caso de (Omar) Parisi. Pero en definitiva es lo que viene pasando sucesivamente desde el 2013, desde entonces venimos perdiendo elecciones. Los procesos (partidarios) de cierre son muy cortos y no se logra conversar con todos de manera de poder acomodar las fichas. Ahora, el Consejo Partidario hay que ampliarlo con los que quedan afuera de la única lista. Y la búsqueda de aquellos que estuvieron en otros partidos, es básica. Hay que encontrar la causa por la que se fueron y resolverla. Hay que encontrar la manera de que el peronismo vuelva a enamorar a los mendocinos en su propuesta, en sus prédicas, en la calidad de sus dirigentes y en sus métodos.
-¿La renovación del PJ viene por el lado del liderazgo de los intendentes?
-A mí la palabra renovación no me gusta mucho, porque si no, siempre vamos a terminar hablando de si el problema son las caras. Y el problema son los métodos y la estructura de trabajo. Lo que necesitamos construir es lo que fue el peronismo de algún momento, amplio y con facciones que, si bien eran diversas, eran de mucha tolerancia interna. Y esto es lo que falta. La renovación se va produciendo, aunque no se vea. Hay muchos dirigentes territoriales de los departamentos donde no ganamos que necesitan eso. El sistema electoral de hoy, con PASO y boleta única, lo exige, porque al vecino le cuesta votar una cara que no conoce. Mi función es tratar de que el peronismo recupere competitividad. Si lo vamos a lograr en dos años, no, es un proceso más largo. Tenemos que apuntar al 2027.
-¿El peronismo también tuvo un problema de fondo, además de la forma? ¿Se fue muy a la izquierda?
-No, no, no. Es un problema de intolerancia contra el que piensa distinto. El peronismo siempre tuvo amplitud y hoy nos hemos estrechado. Eso nos va a mejorar la relación con los mendocinos.
-¿Hay un quiebre con el kirchnerismo?
-¿Por qué quiebre? Yo no vengo a hacer un proceso de quiebre. Vengo a hacer un proceso de sumar, no de quebrar. El kirchnerismo es una etapa del peronismo. Y aquellos que entienden al peronismo saben que hubo una época de menemismo, una de kirchnerismo y una del cristinismo, que fue distinta a la primera etapa de Néstor. Pero la base hoy en la construcción de un peronismo mendocino, que también tuvo su época exitosa con el equipo de los mendocinos. Hoy hay que pensar que vino una nueva etapa, una nueva fase.
-¿Entonces están terminadas las etapas del kirchnerismo y el cristinismo?
-No, no, no. Mientras no haya una etapa que la supere, no. Toda etapa tiene un principio y un final. Hoy no es el final del kirchnerismo y yo no pretendo generar un final a nada. Lo que pretendo es que venga una etapa superadora. Pero, en definitiva, cuidado. Simplemente voy a ser el presidente del peronismo. Voy a buscar nuevos dirigentes, unidos a viejos dirigentes que se retiraron, para crear propuestas de políticas públicas mendocinistas, que representen el sentir de los mendocinos.
-¿Se excluye de una competencia electoral en 2027?
-Nadie se excluye de nada. Pero no vengo a usar el partido para construir una candidatura. Eso sería el primer error. Yo tengo que buscar que se incluya a un montón de peronistas que están lejos de la política partidaria. Ese va a ser el trabajo.
-¿Está diciendo que en 2027 el candidato del PJ no debería ser necesariamente un intendente?
-No no, para nada. Porque aparte hoy el sistema es abierto. A mí me encantaría que hubiera una PASO con muchos candidatos que quisieran ser. Porque para ir primero en la lista hay muchos candidatos. En mi caso he rechazado dos veces ser diputado nacional. No necesito un cargo público.
-Yo creo que falta ánimo de protagonismo o hay temor a ese protagonismo en el PJ.
-La política es esencialmente motivacional. Hay procesos que pueden haber sido desmotivadores. Nosotros tenemos que recuperar esa motivación. Porque lo que nos pasó en la última elección fue que en muchos departamentos no había dirigentes motivados para tener un proyecto para la intendencia. Entonces desembocamos en esta situación.
“ESTÁS LOCO”
-Por qué Matías Stevanato no está en la mesa de conducción del partido?
-Matías está dando un fuerte apoyo. Él, por la intendencia en la que está, se siente muy complicado con el tiempo para ser parte de la mesa partidaria. Es un poco parecido a lo que me pasaba a mí (ndR: Emir Félix viene de ser intendente de San Rafael). Yo soy un obsesivo y él también.
-Su hermano Omar también fue presidente del PJ ¿Qué le dijo de aquella experiencia?
-Le fue muy bien a Omar. Cuando le tocó ser presidente del partido, veníamos de perder la provincia. Veníamos de un gobierno provincial nuestro que no había pagado los sueldos y de perder las principales intendencias. Agarrar el peronismo en ese momento era dificilísimo. Y así todo, se sostuvo. Sobre que yo sea ahora presidente del PJ, mi hermano me dijo: “estás loco, pero si estás motivado, hacelo”.
-¿Le motiva tener los fierros del partido?
-¿Qué fierros? Al partido hay que levantarlo, hay que sostenerlo, si no nos poníamos, lo perdíamos. Esta es una realidad. He escuchado a dirigentes importantes que se propusieron exterminar al peronismo. Yo les aseguro a esos dirigentes que al peronismo se lo necesita, porque contiene una identidad fuerte de políticas sociales que son necesarias. Estoy convencido de eso. Por eso voy a trabajar con todas mis fuerzas para que el peronismo renazca.
-¿Qué mirada tiene de modelos exitosos de peronismo a nivel provincial, como el de Córdoba?
-El peronismo cordobés es una fiel representación de esa provincia, que es muy distinta a la nuestra, porque tiene un potencial muy importante, no sólo en lo económico. Pero lo que quiero decir es que no se pueden replicar modelos de otras provincias. Lo interpretó muy bien el Pilo (Bordón) en su momento y en otros momentos en los que ganamos elecciones. Los cordobeses supieron lograr esa ecuación que les permitió subsistir a los vendavales nacionales que sufrió el peronismo, como en 1999 o en 2015. Supieron darle fuerza territorial a una fuerza que unifica. Se han escindido de lo nacional, pero creo que es necesario que se conviertan en una fuerza nacional. Uno no puede escindirse por completo de la política nacional.
-¿Cuál va a ser su relación con el peronismo nacional?
-Nosotros creemos que es una locura que haya una interna nacional por el partido. Tiene que haber una fuerte responsabilidad de los dirigentes para llegar a un acuerdo. Es una situación grave porque el partido no define quién es el próximo candidato a presidente de la Nación. Puedo dar mil ejemplos, como Cafiero-Menem. Hay que ser coherentes respecto de lo que representa el partido en sí. La tarea del partido es poner jugadores en la cancha.
-¿Hubo un pacto con Anabel Fernández Sagasti para que usted pueda ser presidente del PJ en Mendoza?
-No hubo ningún tipo de pacto. Hubo acuerdo y consensos, yo me niego a hacer todo tipo de pacto, porque si no, no puedo trabajar. Trabajó y colaboró con este proceso Anabel.
MILEI Y CORNEJO
-¿Qué piensa de Milei?
-Lo de Milei es muy triste por su nivel de agresividad y de violencia. Él puede estar anclado en la necesidad de terminar el déficit, pero el problema es que el déficit sigue existiendo porque no paga las cuentas. Tengo claro que al Estado hay que transformarlo, pero no hay que desaparecerlo. Es un disparate. El presidente alienta los enfrentamientos y eso no es lo que sociedad necesita. Que gobierne porque está legitimado, tiene que hacer la política que se comprometió con sus votantes, pero la Argentina ya sufrió mucho por los mensajes de odio y división.
-¿Y qué piensa de Cornejo?
-Me gustaría que el radicalismo defienda lo que defendió toda la vida, que sea consecuente con su historia, no que vaya donde va el viento. Me gustaría verlo defendiendo la institucionalidad y el Estado; siempre habló de transformar el Estado, no de desaparecerlo. Tiene que defender los intereses de la provincia. Por ejemplo, tenemos muchísimas obras nacionales paradas que son necesarias. El gobernador lo sabe.
-¿Está gobernando bien o mal Cornejo?
-No soy quién para juzgar eso. Hay cosas que nos preocupan muchísimo, como el sistema de salud y la estructura educativa que está destruida en la provincia. No vemos que llegue la inversión ¿Si no hay inversión para la infraestructura educativa qué hacemos, las cerramos? ¿Le decimos al chico que no vaya a la escuela? Difiero muchísimo de Cornejo.
