A horas de que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ingrese al Congreso y después de haber abandonado la Asamblea Legislativa en medio de un escándalo, los referentes del PRO endurecieron su discurso contra el entendimiento, al que calificaron como una “bomba de tiempo”, pero todavía no definieron cómo votarán en el Congreso.
El tema se analizó durante una reunión en la casa del expresidente Mauricio Macri, con la participación de autoridades partidarias y legislativas. El encuentro estaba previsto de antemano, aunque tomó otro color después de la retirada del bloque en rechazo a las expresiones del presidente Alberto Fernández sobre las responsabilidades de la deuda.
La cumbre fue encabezada, además de Macri, por la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Estuvieron los jefes de los bloques de diputados y senadores, Cristian Ritondo y Humberto Schiavoni, y Omar De Marchi, vicepresidente primero de la Cámara baja.
También asistieron diputados María Eugenia Vidal, Diego Santilli, Gerardo Milman, Álvaro González, Laura Rodríguez Machado, Federico Angelini y Silvia Lospennato. Pero los invitados estelares fueron el exministro de Hacienda Hernán Lacunza y el diputado Luciano Laspina, vicepresidente de la Comisión de Presupuesto.
Los economistas dieron una charla técnica para nutrir a los legisladores de datos y argumentos en contra del acuerdo, pero no hubo una resolución sobre cómo votarán en el Congreso. A pesar de las críticas, siguen esperando conocer la letra chica para definir la estrategia parlamentaria.
“Todos coincidimos en que esto es una bomba de tiempo que le puede explotar al gobierno que viene. Eso es lo que intenta el Gobierno, dando por descontado que va a perder la elección y pateando la explosión hacia adelante”, advirtió a este medio Milman, vicepresidente del bloque de diputados.
En el mismo sentido se expresó Rodríguez Machado, vicepresidenta segunda del PRO. “Todavía no tenemos el acuerdo, pero sí tenemos las manifestaciones del presidente sobre lo que no va a ser el acuerdo, y eso nos permite decir que es una bomba de tiempo que prorroga la agonía de este país”, sentenció.
El mendocino De Marchi coincidió: “El acuerdo es muy malo. Lo único que genera es una prórroga irresponsable hacia el futuro. Es una granada que le va a explotar al próximo gobierno”.
En el PRO consideraron negativo que el acuerdo no implique reformas en materia previsional, tributaria o laboral, como anunció Fernández en su discurso. “Son los tres ejes que mayores problemas tienen, y él lo planteó como algo positivo”, observó otro de los participantes de la reunión.
Además, dudan de que el Gobierno pueda cumplir con la meta de reducción del déficit a través de un crecimiento de la economía. “Las metas son incumplibles, salvo que se alcancen por licuación inflacionaria”, se escuchó en la cumbre en casa de Macri.
Para el partido amarillo, también existe el riesgo de que se termine ejecutando un aumento de impuestos, algo que no están dispuestos a acompañar. Fue una promesa de campaña que todo Juntos por el Cambio sostiene hasta el final.
“Si el presidente dice que no va a aplicar una reforma laboral, ni subir las tarifas, ni tampoco le pondrá un límite a la emisión, lo único que nos deja saber sobre cómo va a financiar el déficit es con una suba de impuestos, porque pensar que el país va a crecer exponencialmente para poder cubrir esa diferencia también es una ilusión”, dijo a este medio Rodríguez Machado.
El PRO se empeña en remarcar que la responsabilidad de juntar los votos es del Gobierno, que primero debe resolver su interna. “Un eventual default en la Argentina no es responsabilidad nuestra. El Gobierno tiene los números para garantizarse el quórum, aunque después algunos de ellos voten en contra o se abstengan”, aseguran.
A la hora de analizar lo que dejó la Asamblea Legislativa, algunos se quejaron de que la retirada del recinto tuvo “más repercusión mediática” que la ausencia del diputado Máximo Kirchner o la de otros cristinistas como el senador Oscar Parrilli o el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro.
Por eso, la preocupación del PRO es no figurar avalando un acuerdo que no tiene un apoyo unánime del oficialismo. “Nosotros no gestionamos, no queremos co-gobernar. A ellos los votaron para gobernar y a nosotros para ser opositores”, remarcó Milman.
Asimismo, recuerdan que cuando Macri se endeudó por 45.000 millones de dólares no existía la obligación legal de que el acuerdo pasara por el Congreso. Y aclaran que, ante un escenario crítico, el Ejecutivo podría derogar la ley que estableció esa obligación y aprobar el pacto vía DNU. “No lo necesitan ni a Máximo ni a nosotros. Si entran en cesación de pagos es porque quieren”, dicen.
El PRO había planteado de antemano a sus socios de Juntos por el Cambio que se iría del recinto si se sentía ofendido por el presidente en la apertura de sesiones. En el bloque defienden la decisión final y descartan que haya habido un malestar con la UCR y la Coalición Cívica, que se quedaron.
En ese sentido, destacan que, una vez terminada la Asamblea, la alianza emitió un comunicado unificado con duras críticas al discurso presidencial. “Ante la prensa y en las redes sociales, el mensaje de todo Juntos por el Cambio fue el mismo. No hay nadie que haya avalado el discurso de Fernández”, resaltó un diputado.