¿Realmente es para festejar tanto el tercer puesto? En el contexto del peronismo mendocino se justifica, después de una sucesión de derrotas mucho peores que ésta y que construían un horizonte mucho menos esperanzador que el actual.
Salvando las elecciones adelantadas en siete departamentos, en las que el PJ logró retener el control de sus comunas, los resultados que había obtenido este año en el resto de las elecciones locales habían sido decepcionantes. En la pelea por la gobernación, el justicialismo obtuvo apenas 14,7%. En la propia PASO nacional, Unión por la Patria reunió 16,8% en Mendoza.
Trepar a poco más de 24% en la presidencial general, quedando muy cerca de Juntos por el Cambio, fue una gran bocanada de oxígeno para los peronistas. Más que nada porque esa cifra supo ser un piso para el PJ en Mendoza, antes de que esa base se hundiera hasta lo impensable.
Por supuesto que este resultado en las urnas termina de abrir el camino de una reconfiguración del poder en el peronismo mendocino. En el búnker del festejo alocado no faltó nadie, ni los popes de La Cámpora, ni su fallido candidato a gobernador, Omar Parisi, que parecía haber colgado el traje de político para dedicarse a pleno a la actividad privada.
Sin embargo, en ese mismo lugar, hubo quienes se encargaron de resaltar que el control partidario está migrando (como hace tiempo ya se distanció de La Cámpora el operador Carlos Ciurca) y que ahora a Anabel Fernández Sagasti le corresponde “acompañar”, no conducir.
¿Quiénes tendrán el timón partidario desde ahora en Mendoza? Un conjunto de dirigentes en mayor o en menor medida ligados a Sergio Massa. Los “accionistas” del tigrense que se pusieron a su servicio cuando inició su carrera presidencial, y a quien le prendieron una vela para salir de su oscuro presente.
Hablamos de la presidenta partidaria, Flor Destefanis, que es de Ciurca más que de nadie en el PJ; el intendente de Maipú, Matías Stevanato, recientemente ganador de la reelección como la reina nacional de la Vendimia de mandato cumplido; los hermanos Félix, que acaban de sacar chapa de imbatibles en el sur; y la legisladora provincial electa Gabriela Lizana, quien ya es funcionaria del ministro de Economía de la Nación.
Si ese ministro se convierte en Presidente, el renacimiento para un partido que no ha logrado rehacerse sin un líder nacional tendrá una nueva oportunidad.