El festival de candidaturas, que pasará el tamiz de las elecciones primarias, en algunos departamentos presenta un problema: no hay listas colectoras en cantidad como otras veces. Por cada candidato a la Gobernación, sólo pueden ir dos nombres a la intendencia. El resto de los aspirantes van en una adaptación de la “lista corta”.
Las columnas encabezadas por fotos de candidaturas a la Gobernación captan la atención en la marquesina electoral. Los que no vayan enganchados con los aspirantes al sillón de San Martín, se ubicarán más cerca del fondo de la boleta. El desafío de acordar.
Las lapiceras partidarias suben la cotización con la implementación de la boleta única en Mendoza en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). De acuerdo a la ley, el diseño incluye fotografías solamente para candidaturas a Gobernador o Gobernadora y a las intendencias.
El formato en columnas, con fotos en los márgenes superiores, concentra la atención del votante (según advierten algunos conocedores de elecciones) facilitando la cruz en estas columnas. Al eliminarse la posibilidad de tener varias colectoras, sólo hay una sola en carrera demás de la lista oficial y complica más el panorama.
Así, por cada candidatura a la Gobernación se permiten dos aspirantes a los despachos comunales. Y desde esa categoría, se enganchan los concejales. El problema se suscita con los que quieran jugar en las elecciones y no puedan acoplarse a las fotos principales, ya sea porque el partido no aprueba la adhesión o bien, porque se llenó el cupo de candidaturas.
Este escenario es el que tiene como más probable el peronismo. Guaymallén tiene casi una decena de candidaturas, y sin bien se puede especular con que hay algunos que manifiestan estos deseos pero encubren la pretensión a otro cargo, más de dos tienen el convencimiento de ser una alternativa seria. Y ese entusiasmo se encuentra con el techo del instrumento electoral.
El diseño vertical
De acuerdo a la legislación y al modelo exhibido en los debates legislativos que están utilizando los partidos en las capacitaciones, las fotos estarán en las cabezas de las columnas. Debajo de cada nombre y foto con intenciones de ser titular del Poder Ejecutivo se enganchan los nombres a intendentes. Dos es el cupo máximo del cual se entiende que una de las candidaturas será la que provenga de la lista “oficial” y la otra es una adhesión (colectora).
La adhesión la debe aprobar el partido, por lo tanto, la lapicera pesará y mucho a la hora de abrochar el acuerdo y tener una mejor ubicación en el diagrama de candidaturas con el que se encontrará el electorado.
En caso de ocupar los dos lugares mencionados, el resto de los aspirantes deberá ir en una adaptación a la “lista corta” que aparecía en las mesas de los cuartos oscuros. Los primeros casilleros estarán en blanco, hasta llegar al de las intendencias. “Te van a tener que buscar, es difícil”, cuenta un dirigente que ve en la boleta única la bondad de terminar con el robo de boletas y en poner a todos de frente al votante, pero con dudas en las ubicaciones.
Acuerdo o poder partidario
El que aparenta tener estos inconvenientes es el Partido Justicialista que ya tiene anotados al menos nueve nombres en la carrera para volver a gobernar en Guaymallén. “Todos hablan de 5 o 6 candidatos, bueno sólo dos van a ir con el candidato a Gobernador”, reconoce un dirigente del PJ.
En este panorama, empieza a tener consideración la relación que haya con la conducción partidaria. Léase, qué tan bien se lleven con la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti, que ha entregado la conducción en Flor Destéfanis pero sigue teniendo peso en el PJ mendocino.
“De esos nombres que se hablan hay más cercanos o más distantes a la conducción. Van a tener que ponerse de acuerdo o ir sin esa candidatura a Gobernador con lo cual se hace muy difícil”, se sincera otra voz peronista.
Entonces, la solución estará en manos de la lapicera partidaria porque lo resolverá el candidato o candidata con el apoderado del partido. “El que quiera ir con el partido justicialista, enganchado a un candidato a Gobernador, va a tener que estar con ella (Sagasti) o que se pongan de acuerdo”, agregan.
Valentía y orden
El peronismo tiene sangre en el ojo con Guaymallén y apuesta a volver. Al ser oposición, ordenar las ansiedad es difícil pero para los más experimentados, es una necesidad. “Vamos a tratar de ordenar porque tantos nombres no es bueno, no hace bien”, dice un dirigente importante.
Algunos candidatos saben que sin acuerdo, habrá una tira de fotos abajo de las candidaturas y el tamaño de la boleta única puede ser considerable. “De eso se trata la política, de ponerse de acuerdo”, dice Lautaro Cruciani, del Movimiento Evita.
El problema aparece al haber un solo candidato a Gobernador como es Martín Hinojosa. El peronista oriundo de Tunuyán es el único lanzado, y en caso de haber más podría haber lugar para otros candidatos a intendentes con mejor ubicación que la tendrían hoy, con este escenario.
A la espera de que aparezcan otros nombres, habrá que ver si los espacios aliados proponen candidatos al sillón de San Martín que permitan contener algunas aspiraciones. De lo contrario, habrá que aunar esfuerzos para elegir como máximo dos nombres o habilitar las “listas cortas” en las columnas que acompañen al frente por el que compiten.