El Frente de Todos está en un proceso de asimilación de la fuerte derrota que sufrió este domingo en las elecciones generales. Si bien no se trató de un récord de votos hacia el frente Cambia Mendoza en términos nominales (en otros comicios ha superado el 50%), sí impactó la gran diferencia de votos entre ambas fuerzas, en la cual el oficialismo tuvo casi el doble de votos del PJ.
El peronismo quiere levantarse rápidamente y prepara en paralelo a la Nación, un acto por el día de la militancia este miércoles en Santa Rosa, uno de los 4 departamentos donde pudieron ganar los comicios. Aún no saben quiénes participarán; el análisis de las causas de la derrora esperaría a la semana que viene, cuando se realice una cumbre con intendentes -ayer por la mañana hubo una pero solamente del kirchnerismo-, debido a que algunos dirigentes no estarán en Mendoza en estos días.
En el Frente en estos momentos hay “enojo y frustración” por la derrota, pero aseguran que han captado el mensaje de las urnas y que intentarán asimilar rápidamente la decisión en la jurisdicción. Análisis, autocrítica, silencio, acusaciones internas y hasta un llamado a ampliar el frente, son algunas de las primeras repercusiones en caliente que ha tenido el Frente de Todos, que perdió 49% a 26% ante su principal adversario en la provincia. El principal acusado ha sido el Gobierno Nacional, sobre quien creen que les jugó en contra la mala imagen de la gestión de Alberto Fernández.
Frente a un panorama hoy desolador, en el cual han perdido terreno en la Legislatura y en la mayoría de los concejos deliberantes, así como también con fuertes derrotas en las comunas más pobladas, hay varias recetas o posibles salidas a una situación que hoy es compleja, y que tiene como objetivo recuperar la confianza que hace años le otorgó la ciudadanía mendocina.
Si bien es muy pronto para acordar y no están previstas medidas rápidas en el peronismo, la gran mayoría de los espacios que lo integran están de acuerdo con que debe haber un proceso de análisis, y manifiestan que deberían producirse cambios en el corto y mediano plazo, ya con la mira al 2023, a sabiendas que desde el 2013 no han tenido el acompañamiento de los mendocinos en las urnas (salvo la PASO nacional del 2019, que luego fue recuperada por Juntos por el Cambio).
Otro punto clave es el área metropolitana, en el cual Cambia Mendoza ha arrasado en este comicio y viene mejorando números respecto a otros buenos resultados anteriores en esos departamentos.
Resistencia al kirchnerismo
Algunos espacios del interior del peronismo indican que una buena porción de mendocinos ha resistido y resiste al kirchnerismo tanto a nivel nacional como provincial -en la general 2019, en Mendoza, Mauricio Macri venció a Alberto Fernández, a pesar de que el Frente de Todos ganó la PASO-. Los más apocalípticos sostienen que más allá del trabajo que se realice desde el Frente a nivel local, esa resistencia posiblemente seguirá si no se tuerce el rumbo de la gestión a nivel país.
De hecho, diferentes consultoras marcan que las imágenes de Cristina Fernández de Kirchner y también de Alberto Fernández vienen desplomándose en esta jurisdicción, lo que complicó el panorama para el peronismo local.
“Lamentablemente no hay nada que esconder, pero es cierto que hay resistencia al kirchnerismo. El radicalismo y Alfredo Cornejo se han encargado de demonizarlo y eso se ha impregnado fuerte en buena parte de los mendocinos”, admiten dentro del Frente, echando la culpa a sus rivales de la percepción negativa en nuestra provincia.
Pero por otro lado, la autocrítica también ha sido para todo el Frente de Todos en términos generales, teniendo en cuenta que en la primaria provincial de 2019 fue en las urnas donde el espacio kirchnerista, con Anabel Fernández Sagasti a la cabeza, venció al peronismo tradicional encolumnado detrás de Alejandro Bermejo. Además, estiman que “nadie puede hacerse el distraído- porque junto a Fernández Sagasti estuvo Adolfo Bermejo, ambos representantes de cada uno de los espacios en una lista de unidad”.
Fernández, el peor de todos
Ante la dificultad del peronismo de generar confianza en el electorado local, la gestión nacional de Fernández y su imposibilidad de solucionar los problemas económicos, más la pandemia del coronavirus, complicó aún más las cosas. De ahí es que hay quienes hablaban de una “tormenta perfecta” que pudo tratar de controlarse, al menos para no perder más votos del piso que tiene el peronismo.
“Perdimos en provincias históricamente peronistas como La Pampa, en Mendoza, con todo el escenario negativo, al menos mantuvimos el pie en nuestra base”, acotan desde un sector. Quienes al menos defienden el resultado que se obtuvo, señalan que “podría haber sido aún peor” la derrota, como ocurrió en otras jurisdicciones, por un contexto que le fue contraproducente al espacio en este proceso eleccionario.
“Vos si sos gestor o intendente, podés tener el departamento muy bien, podés hasta construir un polideportivo frente a la casa de una familia. Pero si no tienen qué comer, claramente ese poli no va a servir, y eso se vio en las urnas”, acotaron.
En tanto, quienes no comulgan con las ideas de Fernández Sagasti, expresan que las tres últimas elecciones “fueron muy malas” y que los más de 35 puntos que tuvo la presidenta del PJ en la carrera a la gobernación en 2019 (10 más que este domingo), “se dieron porque Cristina Fernández tenía un acompañamiento mayor al haber renunciado a la presidencia”.
Por ahora, sostuvieron a Los Andes que a mediano plazo tampoco aparecen a priori figuras del peronismo tradicional, según quienes conocen el paño, que puedan acompañar con protagonismo, o tomar la posta que hoy tiene la senadora nacional, y será interesante conocer dentro de dos años cuál es el rol que querrán ocupar dirigentes de peso en el PJ local como el intendente sanrafaelino Emir Félix; el tunuyanino Martín Aveiro y el lavallino Roberto Righi, ya que a los tres se les terminan sus mandatos como intendentes.
Sumar a los partidos Verde y Federal al Frente de Todos
Una de las personas que decidió hablar fue el intendente de Lavalle Roberto Righi, quien sostuvo en primer lugar que “a la política le fue mal” -incluyendo en el diagnóstico a Cambia Mendoza – y lo que primero propuso fue “ampliar el peronismo”, por lo que aconsejó que se debería “convocar a todas las fuerzas políticas que sientan deseo y actitud necesaria para transformar Mendoza. El PJ tiene que ser un frente amplio”, marcó.
En este sentido, dijo que pedirá reunir al partido Federal de Carlos Iannizzotto; a Compromiso Federal de Jorge Pujol e incluso al Partido Verde. “Hace rato que nos falta discutir un programa de gobierno más profundo que tenga que ver con Mendoza. Esos votos dispersos podrían sumar a futuro”, confió. La idea de Righi ha tenido como primer término aceptación dentro del espacio, de cara al 2023.
Por otro lado, Liliana Paponet, candidata electa a diputada nacional del Frente de Todos, pidió una “profunda autocrítica” en el interior del peronismo y en “todos los niveles”, debido a que ese fue el mensaje de las urnas, y pidió un proyecto más sólido “que vuelva a enamorar a los mendocinos y argentinos”.
“Nos falta entender y considerar cambios. Puede ser a nivel comunicacional o a nivel estructura, dentro del partido”, lanzó.
Por último, quedaron los resultados adversos de Maipú y San Rafael, aunque prácticamente se relativizó la derrota. Referentes destacaron que en la comuna que administra Matías Stevanato, “se logró cortar todo el panorama adverso que se tenía en el Gran Mendoza. De derrotas mayores al 50%, acá fue de 14 puntos”, marcaron, y sintetizaron que desde hace más de 10 años el peronismo no gana una legislativa en Maipú, por lo que no lo vieron como un escenario tan complejo.
En tanto, en el caso de San Rafael, Paponet expresó que recortaron la diferencia a 5 puntos y que “nos faltó tiempo para darlo vuelta”.