El Partido Justicialista (PJ) comenzó a visibilizar nuevamente las fuertes internas dentro del espacio, luego de meses de reflexión tras la profunda derrota que obtuvieron en las últimas elecciones provinciales del 25 de septiembre pasado. Quedaron en tercer lugar detrás del Frente Cambia Mendoza (CM) y La Unión Mendocina (LUM).
Con una menor representación legislativa a la de años atrás (9 diputados y 10 senadores), y el control de 7 intendencias de los 18 departamentos que tiene la provincia, el peronismo hoy discute cómo reconectarse con la ciudadanía que lo supo elegir de forma mayoritaria años atrás, y así volver a recuperar su confianza.
Lo cierto es que esta semana fue la suspensión de la legisladora Janina Ortiz. A priori parecía ser sólo una discusión entre Cambia Mendoza (CM) y La Unión Mendocina (LUM), lo que reavivó la pelea interna en el peronismo: el sector del kirchnerismo puro y duro contra una “nueva alianza” en la cual resaltan el ex vicegobernador y operador político Carlos Ciurca (que tiene fuertes vínculos con Flor Destéfanis y Fernando Ubieta), junto al intendente maipucino, Matías Stevanato.
Grieta a la vista
Quien puso a la vista las diferencias internas fue el ex senador Lucas Ilardo, quien advirtió un “apriete fuerte” por parte del cornejismo dentro del PJ para llegar a los votos necesarios para la suspensión; y señaló que sería “inadmisible” que el peronismo fuera “genuflexo ante este atropello”. El resultado fue el voto positivo para la suspensión de Ortiz con 5 de los 9 diputados peronistas.
Lo que entre líneas exponía también el ex legislador (más allá del embate al oficialismo) era la división entre el kirchnerismo/camporismo, que se mantiene en una línea de crítica fuerte a los gobiernos provincial y nacional; y el peronismo de esta nueva “afinidad” de Ciurca.
El ex vicegobernador, que hasta hace algunos meses fue aliado del kirchnerismo, está cerca de Stevanato, quien pretende establecer mayor prudencia en sus declaraciones respecto tanto a Cornejo como al presidente Javier Milei, y comenzar a rearmar al PJ con otro impulso.
De hecho, en la votación se vio que los diputados peronistas que responden a los “intendentes” apoyaron la suspensión de Ortiz, mientras que los del sector kirchnerista más la massista Gabriela Lizana y el tunuyanino Julio Villafañe, se abstuvieron.
No obstante, algunos memoriosos pusieron énfasis en que, por ejemplo, Stevanato evitó apoyar el año pasado a la fórmula kirchnerista de Omar Parisi y Lucas Ilardo; y que de ahí comenzó a profundizar sus diferencias.
Reconfiguración y tensiones
Para la gran mayoría de dirigentes peronistas consultados, hablar de “alianzas” internas es complejo y apresurado, aunque a grandes rasgos marcan dos grandes espacios políticos.
Por un lado está el kirchnerismo, que cortó relaciones con el ciurquismo, sector con el que tuvieron varios meses de trabajo en conjunto. Sus principal referente sigue siendo Anabel Fernández Sagasti, senadora nacional con mayor influencia dentro del peronismo a nivel nacional; y mantienen alianzas con sindicatos como por ejemplo la CTA.
En tanto, resalta el espacio de Matías Stevanato y Carlos Ciurca con firmeza, a quienes se agregan la intendenta santarrosina Flor Destéfanis (presidenta del PJ) y el paceño Fernanda Ubieta.
A partir de allí, marcaron a Los Andes que hay un incipiente “funcionamiento” y posible “entendimiento” entre los hermanos sanrafaelinos Emir y Omar Félix, con los jefes comunales nombrados.
“Tienen voluntad, se hablan, han compartido algunas primeras decisiones y empiezan a mirar el futuro próximo juntos. Pero no es un sector ni mucho menos aún”, expresan a Los Andes desde el sur.
Lo cierto es que la diferencia entre el kirchnerismo y estos intendentes por ahora es fuerte, ya que evalúan incluso algunos una progresiva “separación” en la que se dirima todo en internas, de cara a la renovación de autoridades a fines de este 2024.
Pretenden, sobre todo desde el ciurquismo, que sean más “autocríticos” y se mantengan en parte “en un silencio más respetuoso”, teniendo en cuenta que, según sus miradas, la ciudadanía ha levantado el rechazo al sector kirchnerista tanto provincial como nacional.
No obstante, está corriente es aún más ambiciosa al incluso pensar en dejar de lado el vínculo con el kirchnerismo y abrir paso a alianzas otros sectores, como por ejemplo el Partido Verde, con quien tienen una buena relación parlamentaria; y han votado de la misma forma en las últimas votaciones de proyectos y causas importantes dentro de la Cámara Baja.
Es importante aclarar que dentro de este espacio, que en el sector más ligado a Stevanato, al margen del antecedente de las elecciones pasadas y su “no apoyo directo“ a Parisi/Ilardo, que tienen “buena relación interna con el PJ“ y que no promueven hoy una intención de generar otro espacio. “Está pensando en su equipo de gestión“, indicaron.
Desde el kirchnerismo, mientras tanto, advierten por supuesto la distancia entre los espacios, pero se niegan a “hacer silencio” ante las críticas que puedan hacer ante Cornejo y Milei y, por supuesto, entienden también que terminan siendo “funcionales” a los objetivos que tiene el oficialismo con sus votaciones dentro del peronismo.
Por otro lado, aseguran que esta fractura se hará más evidente en la Legislatura en tanto y en cuanto no haya una mesa “con todos los sectores representados donde puedan discutirse los principales temas de los mendocinos”. Y advierten: “Sin una mesa política no habrá conducción, como no la hay ahora”.
De hecho, aseguran que hay hechos donde se puede ver una atomización de las estrategias del peronismo. Por ejemplo, mencionaron que cuando Félix González (kirchnerismo) puso en evidencia la polémica del viaje de funcionarios del Casino, no hubo un acompañamiento “integral” del resto de sectores; y que lo mismo pasó cuando Mercedes Derrache (del sector de Destéfanis) presentó el proyecto para modificar la coparticipación.
“No hay conducción, hay expresiones individuales que terminan sin el efecto que podría tener un peronismo unido”, marcan.
Pero dentro de todos los actores nombrados, también resalta por afuera de estos dos “sectores” la figura del diputado nacional tunuyanino Martín Aveiro, quien hoy tiene un buena relación con gremios como la CGT y organismos sociales del peronismo; y que no está del todo separado del kirchnerismo.
Según sondeó este medio, Aveiro, quien también está por supuesto junto al intendente Emir Andraos, pretende la unidad del PJ con el kirchnerismo adentro, pero fuera de los principales puestos de conducción. No obstante, se diferencia del resto de los intendentes, quienes preferirían la interna para definir los puestos, o que incluso aventuran algún tipo de escisión, que de igual forma hoy no es viable.
Por otro lado, también está el malargüino Celso Jaque, quien hoy intenta centrarse más en los problemas departamentales antes que la discusión del peronismo, pero como dato interesante es que, si bien hoy no aparece como aliado del kirchnerismo, en las últimas elecciones se ha mostrado bien cercano a Fernández Sagasti y compañía.
En tanto, el intendente restante es el lavallino Edgardo González, que mantiene un perfil más bajo, pero se vislumbra un acercamiento con Stevanato, Félix y compañía.
Futuro complejo
Tanto desde el kirchnerismo como del sector de algunos intendentes ven una situación compleja a futuro, sobre todo porque las diferencias en la actualidad son grandes, hay poco diálogo y no se ve a ciencia cierta algún evento que pueda acelerar algún tipo de negociación u ordenamiento interno entre los principales dirigentes del peronismo.
“Hoy el PJ está complicado, porque algunos esperan algún tipo de orden a través de la Nación, y la verdad es que lo nacional está todo más revuelto que en Mendoza. Seguro se avecinan mayores tensiones”, confiaron a Los Andes.
Y acotaron desde el kirchnerismo: “Ellos quieren a un peronismo sin nosotros, pero no saben cómo llevarlo adelante”, y agregaron que ellos no tienen la idea de romper relaciones, pero sí “dar las discusiones importantes de Mendoza”.
En tanto, desde el otro espacio sostuvieron que en el kirchnerismo “es fácil salir a criticar sin tener la obligación de gestionar como hace el resto de los intendentes peronistas de Mendoza”, y acotaron que los jefes comunales “están en una situación muy dura” por el recorte fenomenal de recursos que manejan, sobre todo los coparticipables (nacionales y provinciales), al igual que las tasas”.
“Hoy es importante ser pragmáticos. No existen las ventanillas nacionales como antes tenían algunos (ndr: en relación al Gobierno de Alberto Fernández). Es un momento difícil en el cual hay que ser prudentes y trabajar para que mejore la situación económica y social del país y la provincia”, marcaron.
Por otra parte, agregaron: “Tenemos que ser autocríticos y aguardar con prudencia esta etapa, sin prejuzgar al gobierno nacional y provincial. No seguir protagonizando como si nada hubiera pasado años atrás. Tener un silencio respetuoso no significa ser libertario ni pactar con nadie. Somos peronistas y la identidad no se discute. Pero es neceasrio reordenar los protagonistas. Los roles cambian y trabajamos en un espacio donde gobiernen los intendentes”.
¿Avanzan con el Partido Verde?
Por último, a raíz de trascendidos de cierta posibilidad de encontrar puntos en común entre el ciurquismo y parte de intendentes con el Partido Verde, ha sido momentáneamente descartado por el sector político ambientalista, aunque curiosamente no han cerrado la puerta en un futuro.
“Hemos conversado sobre diversos temas de la agenda legislativa buscando mejorar proyectos y puntos de coincidencia en pos de mejorar proyectos q envía el Ejecutivo. Pero no más que eso, al menos por ahora”, acotaron desde el Partido Verde.
También remarcaron que todos anhelan “un espacio político que sea capaz de dar un proyecto político distinto a Mendoza, pero por ahora no hay nada más que un buen diálogo parlamentario”.