Ayer, Néstor Grindetti estuvo más de siete horas en la Legislatura porteña presentando su obligatorio informe de gestión como jefe de Gabinete de Ministros de la Ciudad de Buenos Aires. El funcionario de Jorge Macri llegaba al final de su primera intervención cuando notó algo que no podía subsanar: le faltaba la última página de su discurso escrito. “Un papelón, qué desastre”, se quejó Grindetti en medio de reclamos a sus asistentes.
Acto seguido, los asesores corrieron para alcanzarle la carilla perdida al estrado y Grindetti retomó su discurso sin más, apenas 38 segundos después de su incómodo momento de pausa. Sin embargo, la incómoda situación fue suficiente para que la oposición porteña viralizara el momento desorientado del jefe de ministros porteños.
“Insistimos en la urgencia de aprobar...” llegó a leer Grindetti ante la Legislatura porteña, en base a las últimas palabras de los papeles que tenía en la mano. Improvisó completar la frase, con “una ley nacional”, al saber de lo que hablaba, pero luego cabeceó con la mirada hacia su equipo y abordó lo que sucedía.
“Me falta un cacho de discurso”, se quejó el jefe de Gabinete porteño y miró también hacia las gradas, buscando la explicación. Hojeó los papeles bajo su mano izquierda y giró hacia la derecha. “Me faltó la última hoja... Papelón”, opinó él mismo sobre lo que le sucedía. “Qué desastre”, siguió lamentándose. “Los voy a matar”, le salió decir mientras hacía ruido con los papeles apilados.
Y continuó desorientado un poco más, por lo bajo, tratando de relativizar la condescendencia de quienes lo rodeaban. “No, bueno, pero somos la presidencia”, lanzó Grindetti. Segundos eternos. En ese momento, un hombre corpulento y calvo corrió raudo entre los estrados con una hoja entre sus manos, a contratono con el ambo oscuro que vestía: la última hoja del discurso. Y Grindetti, todo en una interminable brevedad, continuó como si nada.
“Hoy el Jefe de Gabinete CABA, Néstor Grindetti, se quedó sin discurso”, lo chicaneó luego la legisladora Celeste Fierro, de la izquierda, en la red X. Cabe mencionar también que pese al traspié, no hubo enojo en el funcionario. Casi siete horas después -y varias decenas de preguntas mediante- Grindetti cerró su ponencia en la cámara legislativa con palabras gratas para los suyos y también para el resto.
“Le agradezco a todo el equipo que estuvo trabajando, recogiendo las preguntas de ustedes y procurando el acercamiento de las respuestas. A mi equipo más cercano que me acompañó, a la presidenta de la Legislatura (por la vicejefa de Gobierno Clara Muzzio) y a todos ustedes (los legisladores) por la paciencia de estas horas de compartir. Espero haber respondido todo y lo que no, lo trataremos de responder en los próximos días”, concluyó.