Sin apuro, Suárez busca consenso para avanzar con la reforma de la Constitución

El proyecto no será tratado mañana en comisión porque la idea es acordar algunos puntos con la oposición y un estudio conjunto con Diputados.

Sin apuro, Suárez busca consenso para avanzar con la reforma de la Constitución
Negociador. El vicegobernador Mario Abed será el encargado buscar el acuerdo.

Hace dos semanas Rodolfo Suárez envió el proyecto de reforma parcial de la Constitución a la Legislatura y todo indicaba que el miércoles iba a empezar el tratamiento en la comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales de la cámara alta. Pero el mismo gobernador decidió postergar su tratamiento hasta que alcance los consensos necesarios con la oposición. Estas negociaciones previas van a quedar en manos del vicegobernador Mario Abed que ya demostró -con la aprobación de Mendoza Activa y el banco de vinos- que tiene cintura política para aunar voluntades.

En el discurso del 1° de mayo en la Asamblea Legislativa, Suárez prometió reformar la carta magna pero recién el martes 11 de agosto el ministro de Gobierno, Víctor Ibáñez, ingresó por mesa de entrada la iniciativa mientras los senadores estaban sesionando. En medio del apuro, corrió el rumor de que el miércoles siguiente se empezaría a tratar en comisiones pero eso no ocurrió y todavía no hay fecha cierta. “Hay tiempo”, aseguraron desde el oficialismo y esperan que en estos días se avance en acuerdos con las otras fuerzas políticas.

En la reunión de LAC de la semana pasada, el presidente Marcelo Rubio informó al resto de los integrantes de la comisión que mañana avanzaría con el tratamiento del proyecto pero ayer les llegó a todos un correo para avisarles que la discusión de la reforma quedaba suspendida hasta “que coordinaran con Diputados el estudio en conjunto”.

Según trascendidos, ayer a última hora hubo una reunión por Zoom en la que participaron dirigentes de Cambia Mendoza de las dos cámaras para empezar a ponerse de acuerdo con algunos puntos y el cronograma de trabajo.

Desde el Senado, tenían la idea de armar jornadas con distintos expositores. El primero sería el ministro Ibáñez que tendría a su cargo la explicación de los trece puntos del proyecto en general. Después habría que avanzar sobre temas particulares y sería el momento de los especialistas. Por ejemplo, convocarían a la constitucionalista Gabriela Ábalos para que hable de derecho municipal (autonomía) y a Jorge Albarracín para disertar sobre el tema electoral (comicios de medio término y nuevos distritos electorales).

El plan original estima unas cinco reuniones de debate en LAC antes de dar despacho, pero la proyección podría modificarse con los aportes de la cámara baja, los disertantes que sume la oposición o las intervenciones que soliciten organizaciones vinculadas al tema. Y desde el Ejecutivo no tienen apuro en empezar con el debate hasta que no estén claros los consensos y hayan logrado el apoyo de la oposición.

Desde el PJ, Adolfo Bermejo y Lucas Ilardo aseguraron que participarán de todas las reuniones de la comisión como lo han hecho hasta ahora. Es que por LAC pasan los proyectos más importantes que se refieren a la modificación de leyes, y en este caso, de la carta magna.

Cuestión de números

El oficialismo cuenta con mayoría propia para tratar el proyecto de la reforma en LAC porque 6 de los 11 integrantes son del frente Cambia Mendoza. Con esos números, además del quórum propio, tienen la posibilidad de sacar despacho por mayoría y conseguir que el proyecto se trate en el recinto.

Pero el oficialismo no tiene los dos tercios propios para aprobar la reforma constitucional por lo que sí o sí necesita de los votos de la oposición para convertir la iniciativa en ley. Allí radica el especial interés en que la reforma salga de LAC con el apoyo de todas las fuerzas políticas. “Si no participa la oposición se frena el tratamiento”, dicen desde la casa de la leyes las filas oficialistas porque quieren que al menos el peronismo haga aportes y dé su opinión sobre la reforma. Es más, confiesan por lo bajo que están dispuestos a resignar algunos puntos con tal de que el tema avance.

Por ahora, el PJ sigue blindado sin manifestarse ni a favor ni en contra de la reforma de la carta magna porque saben que necesitan de sus votos para que una de las promesas del gobernador se haga realidad.

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