La presidenta del Senado, Cristina Fernández de Kirchner, le envió un mensaje de apoyo y acompañamiento al senador bonaerense Esteban Bullrich (Juntos por el Cambio), quien confirmó este miércoles que padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
“Estoy segura que su profunda y sincera fe en Dios le dará la fortaleza necesaria para afrontar esta difícil situación”, escribió en Twitter la vicepresidenta de la Nación.
“Como siempre, desde el Senado de la Nación ponemos a disposición todo lo que sea necesario para el ejercicio de su función. En memoria de Héctor Timerman creo firmemente que la confrontación política no puede ni debe deshumanizarnos”, reflexionó.
A través de sus redes sociales, el legislador contó esta mañana sobre su afección.
“Es difícil transmitir noticias dolorosas, pero compartirlas es aliviador. Después de varios meses consultando médicos y haciéndome todos los estudios necesarios, finalmente dimos con un diagnóstico definitivo sobre mi condición”, había manifestado esta mañana el senador Bullrich.
Sin embargo, descartó dejar su cargo en el Senado y se comprometió a seguir trabajando: “No me voy a mover de donde estoy. Esta situación no me impide continuar con mis funciones”.
“La ELA es compleja, pero cuidándose y respetando los tratamientos se pueden atenuar los síntomas. Como católico, creo que Dios nunca nos pone pruebas que no podamos superar. Él hace nuevas todas las cosas, confío en Él”, expresó en su carta.
¿Qué es la ELA?
La esclerosis lateral amiotrófica forma parte de un grupo de neuropatías motoras, que provocan una degeneración física progresiva, haciendo perder a los enfermos el control de sus músculos. En el caso del astrofísico británico Stephen Hawking, por ejemplo, él solo era capaz de controlar un músculo de su cuerpo, en la mejilla. De allí que durante décadas se movilizara en una silla de ruedas, se comunicara con un dispositivo especial y llevara un respirador artificial.
La ELA comienza con la pérdida de la capacidad de mover los brazos y las piernas. Aunque también se refleja en problemas en el habla. Cuando la parálisis alcanza a los músculos del diafragma y la pared torácica, los pacientes pierden su capacidad respiratoria y requieren asistencia artificial.
Las motoneuronas, que son las más largas de las células nerviosas, van del cerebro a la médula espinal (motoneurona superior) y de ésta a los músculos de todo el cuerpo (motoneurona inferior).
Cuando éstas no funcionan adecuadamente, el cerebro no puede iniciar y controlar el movimiento muscular.
La demora habitual para identificar la enfermedad suele variar entre 12 y 20 meses, señalaron desde ELA Argentina.
A nivel mundial se estima que afecta a dos de cada 100.000 personas al año y tan solo 10% de los pacientes puede ser relacionado con un factor genético (es decir, tener familiares afectados).
La enfermedad afecta, especialmente, a personas de edades comprendidas entre los 40 y 70 años, más frecuentemente en varones y entre los 60 y 69 años.