Las ideas separatistas no son una rareza en la historia argentina, pero tras el suceso que ha tenido el Mendoexit, otras provincias y pueblos están imitando el fenómeno mendocino e impulsando sus propios movimientos “independentistas”.
Cordobexit y Tandilexit son las expresiones más recientes, pero también San Luis, Corrientes y Santa Fe tienen sus grupos de militancia separatista, que se expresa sobre todo en las redes sociales pero que tras el ejemplo mendocino están empezando a organizarse. Incluso la Ciudad de Buenos Aires tiene su Cabaexit, que se vio revitalizado ahora cuando la semana pasada el Presidente le quitó fondos de la coparticipación para dárselos a la provincia de Buenos Aires.
Está claro que como la Argentina es una federación, la Constitución Nacional no permite que ninguna provincia se independice. Distinto sería el caso si el país fuera una confederación, en la que cada parte tiene la libertad de escindirse.
Por eso y más allá de los memes que se multiplican en internet, los distintos “exit” que empiezan a movilizarse más bien son expresiones de la búsqueda de una cierta autonomía política y económica de la Nación sin que eso signifique separar a las provincias para crear un nuevo país.
Lo cierto es que tras el triunfo electoral de Alberto Fernández en 2019 y con la cuarentena impuesta desde marzo por el Gobierno nacional, estas expresiones se han visto fortalecidas a partir de su rechazo al kirchnerismo y a la presencia de un Estado fuerte y según ellos, omnipresente en al vida de los ciudadanos.
La “república” de Tandil
El último ejemplo es Tandil, pueblo del sureste de la provincia de Buenos Aires cuyo intendente, el radical Miguel Lunghi, la semana pasada pidió ser exceptuado de la Fase 1 que mantiene el gobernador peronista Axel Kiciloff.
Como ocurrió con el Mendoexit, en las redes sociales ya circulan diseños del pasaporte de la “República Separatista de Tandil” y hasta de un escudo de este imaginario estado. Su logo tiene un salame y la famosa piedra movediza.
“Defendemos nuestra autonomía política, institucional, administrativa y financiera”, le dijo el intendente al diario La Nación. “Nuestra realidad es distinta que la del conurbano y tenemos el derecho de administrar la cuarentena en forma local, no me pueden controlar desde La Plata a 370 kilómetros”, declaró molesto Lunghi.
Tandil, que tiene 140 mil habitantes (similar a Maipú o San Rafael), es un pueblo muy próspero que tiene una de las mejores calidades de vida de la provincia de Buenos Aires y tal vez del país. En eso se basan quienes, medio en broma y medio en serio, impulsan su “independencia”.
El caso cordobés
Lo mismo ocurre en Córdoba. El Cordobexit (que tiene cuenta propia en Twitter) hizo mucho ruido en octubre de 2019 cuando esa provincia se transformó en el mayor bastión del antikirchnerismo en el país (un “logro” que ahora detenta Mendoza, según las encuestas). Hoy, el separatismo cordobés quedó algo relegado frente al Mendoexit, que está más organizado y hasta tramita ser un partido político para participar de las elecciones 2021.
Sin embargo, en la provincia mediterránea la idea sigue en movimiento. A fin de mes tienen programado un zoom con sus pares de Mendoza para compartir experiencias.
“Existe un clima propicio para este tipo de cosas y el Mendoexit es un estímulo”, le dijo a Los Andes Prudencio Bustos, historiador, ex militante de la Ucedé y uno de los adherentes a la idea de la “independencia” cordobesa.
Bustos entiende que esto tiene que ser “un instrumento para presionar por un federalismo en serio, por un sistema fiscal más federal. Porque no existe federalismo institucional sino existe un federalismo fiscal”. Por eso, propone “que las provincias cobren impuestos y eventualmente le comparticipen a la Nación”, y no al revés como es hoy.
Bustos sostiene además que el Mendoexit ha despertado a muchos en el centro del país que consideran injusta esta situación. “Me parece bárbaro que los mendocinos empiecen a pensar en el Gran Corredor Central, que son las provincias productivas que cortan a la Argentina. Con todas esas provincias que tendrían un peso importante en el Palramento podríamos impulsar estas ideas y hasta amenazar con la separación”, imagina este militante del Cordobexit.
Más separatismos
Corrientes es otra provincia donde algunos hace años vienen impulsando mayor autonomía de las decisiones del gobierno nacional. Y no es casualidad: allí también gobierna hoy la oposición, el radicalismo, en medio de un noreste argentino dominado hace tiempo por el peronismo.
También en Santa Fe, al igual que Córdoba una provincia grande del centro con muchos recursos propios, hay amagues por una “independencia” siguiendo la experiencia del Mendoexit.
Y hasta San Luis, que ha sido pionera en esto de considerarse una “república” separada del país (aunque por otras razones impulsadas por la dinastía Rodríguez Saá), tiene su movimiento independentista nacido al calor del regreso del kirchnerismo a la Nación en octubre de 2019.
Salvo Corrientes, estas provincias integran una franja central del país donde el año pasado Cambiemos (la alianza del macrismo y el radicalismo) obtuvo más votos, lo que llevó a que circulara por las redes sociales el recordado “mapa de Boca”: amarillo al centro, azul al norte y al sur, regiones donde ganó el peronismo.
A esa franja del país se lo llamó con malicia “Chetoslovaquia”, por ser la zona más rica de la Argentina, la que concentra
la mayor productividad y gran parte del PBI nacional.
Qué dice la Constitución Nacional
La separación de un Estado federal no es viable en términos constitucionales, coinciden todos los expertos. “La secesión se puede dar en una confederación donde los estados soberanos deciden, a través de un pacto, crear el estado confederal y se reservan los derechos a separarse y declarar nulas decisiones de la confederación”, explica a Los Andes la constitucionalista Gabriela Ábalos.
“En un estado federal los estados o las provincias autónomas, a través de la Constitución Nacional, reconocen la supremacía de las leyes nacionales y no tienen derecho de secesión o nulificación. No pueden separarse porque el principio general es la unión a partir del respeto por las diversidades locales”, agrega la magistrada mendocina.