Desde la provincia de Buenos Aires, el predominante distrito electoral que reúne el 38 por ciento del padrón nacional, el kirchnerismo impulsa el operativo clamor “Cristina 2023″. En paralelo, arremete contra la posibilidad de que Alberto Fernández busque su reelección. “Es muy doloroso ver que, sobre la condena de Cristina, el Presidente lance su candidatura”, criticó ayer Andrés Larroque, funcionario bonaerense y secretario general de La Cámpora.
En el kirchnerismo denuncian “la situación de proscripción” que pesa sobre Cristina Kirchner, por la inhabilitación perpetua para ocupar cargos que el impuso la condena en el juicio de Vialidad, cuyos fundamentos se conocerán este jueves. Esta postura será amplificada el próximo sábado. La dirigencia kirchnerista evocará el 50 aniversario del triunfo electoral de Héctor J. Cámpora con el FREJULI. “Cristina 2023″, dicen los afiches convocantes. Acompaña la consigna “Luche y Vuelve”, emblema de la resistencia peronista durante los 18 años del exilio de Juan Perón.
“Se busca empoderar a Cristina. Ella tiene que ser candidata y si no fuese así porque ella lo decide o las circunstancias no lo permiten, empoderada, ella tiene que definir quién es el candidato que la representa como fue con Perón y Cámpora”, explicó el Cuervo Larroque. La posición es clara: o Cristina es candidata, o ella elige al candidato.
La posición del kirchnerismo también fue ratificada por el gobernador Axel Kicillof, al hablar este lunes ante la asamblea legislativa bonarense. Dijo que a la “atrocidad” del atentado (contra Cristina Kirchner) “se agrega la actual situación de proscripción de la vicepresidenta”.
“El hecho de que la mayor dirigente política sea perseguida y proscripta entraña un deterioro de la calidad democrática preocupante e inadmisible”, insistió Kicillof.
La semana pasada, también en un ámbito institucional como el Congreso nacional, Alberto Fernández aludió a la situación judicial de la Vicepresidenta. Afirmó que se simuló un juicio “en el que no se cuidaron las formas mínimas del debido proceso” y dijo que con la condena se busca la “inhabilitación política” de Cristina Kirchner. No usó el término “proscripción” reclamado insistentemente por el kirchnerismo.
Alberto Fernández, para enojo de sus críticos dentro del FDT, repite que su aspiración es que en las próximas elecciones gane el peronismo y que hará todo lo posible por sostener la unidad del Frente de Todos. Mientras tanto, desde comienzos de enero Alberto Fernández visita un par de provincias por semana, en un despliegue territorial semejante a una campaña electoral.
“A veces dudo de que Alberto quiera que gane el peronismo”, chicaneó Larroque. No habrá definiciones prontas. Ni de un lado ni en el otro. En el kirchnerismo, pesan los antecedentes: en 2019, Cristina Kirchner anunció la fórmula con Alberto Fernández el 18 de Mayo. En junio de 2015 se anunció que Daniel Scioli sería acompañado por Carlos Zannini.
Alberto Fernández tampoco da indicios acerca de una definición temprana. Fernández multiplicará su presencia en el interior con actos oficiales. Y esperan en su entorno el 15 de mayo. Ese domingo se votará en Tucumán, La Pampa, Tierra del Fuego, Salta y San Juan. Se esperan triunfos del Frente de Todos. Fernández cree que esa jornada puede ser un buen envión para su candidatura. O para avalar un candidato suyo.
La vicepresidenta recibirá este jueves un galardón de la Universidad de Río Negro. Dictará la clase magistral “¿Hegemonía o consenso? Ruptura del pacto democrático en una economía bimonetaria: inflación y FMI, crisis de deuda y fragmentación política”. El día después, en la sede de la UTN de Avellaneda, sus seguidores pedirán por una nueva candidatura para Cristina Kirchner.