El intendente de San Martín explotó contra AYSAM por las dificultades de agua potable en zonas rurales

Raúl Rufeil dijo que la compañía estatal se queda “con la crema” del presupuesto y no reparte nada a las cooperativas vecinales que deben atender la población de los distritos.

El intendente de San Martín explotó contra AYSAM por las dificultades de agua potable en zonas rurales
El intendente de San Martín explotó contra AYSAM por las dificultades de agua potable en zonas rurales

“Vamos a decirlo de una vez: Los mendocinos son todos iguales. AYSAM no puede comerse siempre la crema de la torta y a las uniones barriales que están involucradas en la provisión de agua, dejarles solo la blonda”, se despachó el intendente de San Martín, Raúl Rufeil, al referirse a las dificultades que tienen las cooperativas de agua para darles servicio a los vecinos de las zonas rurales.

En una entrevista con Los Andes, mientras contaba sobre sus planes de gestión para el año próximo, Rufeil definió el agua potable en los distritos como una de las prioridades y criticó duramente a la compañía provincial.

“San Martín necesita fortalecer la ruralidad, que su población tenga las necesidades básicas satisfechas. Porque, si no es así, va a haber una migración de los distritos a los núcleos poblacionales más grandes. Por eso, necesitamos tener agua potable en todo el departamento”, dijo Rufeil.

Sobre quienes administran la provisión de agua en la zona rural, bajo la tutela de AYSAM, el intendente sanmartiniano dijo que “tenemos entre 14 y 15 cooperativas, solo dos de ellas están en orden y una más está en una situación extremadamente complicada. Esto ocurre por los altos costos. Una perforación nueva está entre 160 y 180 millones de pesos, para lograr una conductividad que tenga las condiciones organolépticas adecuadas para el consumo humano”.

Rufeil sostuvo que las cooperativas no pueden afrontar semejante inversión, indispensable para dar un servicio acorde a las necesidades de cada distrito, y el presupuesto provincial para resolver las necesidades de agua potable, pero Aguas y Saneamiento Mendoza (AYSAM) “se come la crema de la torta y les deja la blonda a las cooperativas”, dijo Rufeil, subrayando que se arriesgó a dar esta definición “porque tengo que ser claro, tengo que decirlo de una vez”.

Temor por la migración

El intendente de San Martín reconoció que teme que se acentúe la migración de las zonas rurales a los centros poblados. Para evitarlo “se necesita darles respuestas satisfactorias a las necesidades básicas de esa población porque, en algún momento, no va a haber personas que trabajen en el agro. Los distritos van a tender a desaparecer si no hay desarrollo urbanístico. Sin factibilidad de agua, ningún barrio se va a instalar allí, ni del IPV ni de ningún desarrollo privado. Cada vez va a haber más migración hacia el Gran Mendoza, más gente hacia Maipú, hacia Luján”.

El médico pediatra agregó que “cuando nos miramos hacia adentro, parece ser que Mendoza está dividida. No somos equitativos”, y reconoció que el departamento de San Martín “tiene su fortaleza en la ruralidad. Nosotros somos agrícolas y tenemos que fortalecer la ruralidad”.

Al respecto agregó que “necesitamos gente joven que quiera trabajar en el agro. Hoy ya no se consiguen contratistas, por ejemplo. La mayoría ya se jubiló. Y esto sucede porque nadie quiere trabajar en algo que no es remunerable y en donde no se han generado las condiciones necesarias para el desarrollo individual”.

Al respecto advirtió: “En la zona rural la mayoría no tiene agua. Y esto no lo dice Rufeil, sino la Organización Mundial de la Salud: Si hay agua potable y cloacas, la proyección de vida de las comunidades se estira entre ocho y diez años. Es más importante que tener la medicina más avanzada”, dijo.

El más complicado en San Martín

Secos y sedientos, especialmente olvidados. Eso les ocurre a las familias, varios centenares, que desde hace dos años tiene serios problemas con el agua potable y hace un año que directamente están sin suministro en el histórico distrito de Alto Salvador y también en amplios sectores de Montecaseros y Chivilcoy.

Pagan una factura mensual de 18.000 pesos mensuales, para un servicio que no tienen.

“No hay agua, no hay respuestas de nadie, no hay nada de nada”, dice Eva Llanos, que vive en Alto Salvador, una de las últimas calles donde llega la red de agua potable del sistema que administra la Unión Vecinal del Barrio López, debería mantener el sistema operativo, ya que los vecinos pagan una boleta tres veces más cara que la de un vecino de la ciudad de San Martín.

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